El documento describe la población española en el siglo XIX. La población creció un 60% hasta alcanzar 18.6 millones en 1900, aunque a un ritmo menor que otros países, debido principalmente a la disminución de la mortalidad. Muchos campesinos emigraron a las ciudades en busca de trabajo, especialmente a Madrid, Barcelona y Vizcaya. Esto produjo un aumento de la urbanización aunque la mayoría de la población seguía viviendo en pueblos al comienzo del siglo XX.