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VÍDEO DE HOY:
Padre Kenet: "Mi testimonio es resumen
de lo que Dios es capaz de hacer"
Mensaje del Papa en la Jornada Mundial
de la Paz: No más esclavos, sino
hermanos
Martes, 30 diciembre, 2014
La esclavitud, "el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre",
centra el mensaje que el papa Francisco va a dirigir al mundo el Día de Año Nuevo, que coincide con la
48 Jornada Mundial de la Paz. El Pontífice aboga por abolir "este fenómeno abominable, que pisotea los
derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad".
En su mensaje Francisco señala que hoy, a pesar de que el derecho de toda persona a no ser sometida a
esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable,
"todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su
libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud".
Y entre las causas que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud, el Pontífice se
refiere primero a "una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un
objeto". Y se refiere, después, a "la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se
combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no
decir inexistentes oportunidades de trabajo". Y cita también a "la corrupción de quienes están
dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas
humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los
intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de
diferentes instituciones, civiles y militares". Y no olvida los conflictos armados, la violencia, el crimen y el
terrorismo.
El Papa pide un compromiso común para acabar la esclavitud: "Debemos reconocer que estamos frente
a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para
derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por
esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos
los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo
de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos
del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad".
Niños usados como soldados o "bombas
suicidas" en Afganistán y Pakistán
06/01/2015
Los más pequeños han sido utilizados e instruidos en cómo hacer explotar artefactos explosivos
improvisados o efectuar labores de vigilancia e información sobre la ubicación de las fuerzas de
seguridad y funcionarios del estado. Esto es cada vez más común en la región.
Adolescentes han sido hallados arrastrando a militantes heridos del Talibán,
recogiendo armas abandonadas o incluso combatiendo.
Las autoridades afganas aseguran haber arrestado a unos 250 menores de edad
en los últimos 10 años debido a estas actividades. Un cambio en estas tendencias
regionales es el creciente número de niños atacantes suicidas.
Los menores están siendo reclutados simplemente porque son niños.
La capacidad de las fuerzas de
seguridad afganas se ha incrementado y cada
vez es más difícil para los atacantes suicidas
adultos llegar hasta sus blancos.
Se considera que los niños son más
fáciles de "reclutar": pueden ser fácilmente
influenciados para que lleven a cabo un ataque
y las fuerzas de seguridad rara vez sospechan
de ellos.
Madrazas como campo de reclutamiento
Al igual que cientos de miles de otros niños, el tío de Naqibullah -que cuidaba
de él desde la muerte de su padre- lo inscribió en una escuela religiosa.
Los militares afganos han aprendido a desconfiar de los niños en ciertas zonas.
Las familias pobres de Pakistán y Afganistán envían a sus hijos a las madrazas
para obtener educación y alojamiento gratuitos.
Pero estos colegios son el principal campo de reclutamiento para los talibanes.
Entrevistas con niños detenidos revelan que son recogidos de las calles y también en
vecindarios pobres.
En muchos casos, los padres y representantes dicen no ser conscientes de la
situación.
Niñas reclutadas
Hay casos muy raros de niñas
reclutadas.
Spozhmai, de 10 años, recibió mucha
atención internacional cuando fue apresada en
enero de 2014 en el sur de la provincia de
Helmand.
La pequeña Spozhmai fue detenida en
un puesto de control.
Tras su arresto, dijo que su hermano intentó obligarla a que detonara los
explosivos que cargaba.
En 2011, una niña de ocho años resultó muerta en la provincia central de
Uruzgan con unos explosivos que cargaba en un bolso de tela, que fueron detonados a
control remoto cuando llegaba a un puesto de la policía.
Pakistán, campo de entrenamiento
Funcionarios afganos señalan que más del 90% de los potenciales atacantes
suicidas son "entrenados y engañados" en Pakistán. Agregan que allí "son forzados y se
les lava el cerebro".
Sin embargo también hay evidencia de que se los entrena en partes de
Afganistán controladas por el Talibán.
El año pasado un padre afgano en la norteña ciudad de Kunduz entregó su hijo
adolescente a la policía.
"Lo hice porque temía que pudiera radicalizarse cuando desapareciera por unos
meses", señaló. Su familia había regresado de Pakistán un año antes.
Algunos han llevado a cabo ataques suicidas en Pakistán. Un niño de 12 años
con uniforme colegial hizo detonar los explosivos que cargaba matando cerca de 30
personas en la localidad de Mardan en febrero de 2011.
Promesa de mejor futuro
Naquibullah dice que quienes le dieron adiestramiento le dijeron que iría al
cielo, que todos sus problemas desaparecerían.
Funcionarios señalan que los predicadores prometen a los niños un camino
alejado del aburrimiento y del trabajo duro relacionados con la pobreza.
"Les ofrecen visiones de un paraíso, donde fluyen ríos de leche y miel, a cambio
de dejar sus vidas y convertirse en atacantes suicidas", señaló un funcionario.
Los niños son fácilmente influenciados para que lleven a cabo ataques.
Aunque las confesiones que se obtienen de los jóvenes a veces no son
confiables, se trata de relatos escalofriantes de cómo fueron adiestrados para intentar
misiones suicidas.
 Se les asegura que las niñas y mujeres afganas son violadas por las "fuerzas
extranjeras invasoras" y que el Corán es quemado por los estadounidenses.
 A los niños se les dice que es su deber religioso resistir las fuerzas infieles de la
coalición, y que ellos y sus padres irán al paraíso.
 Y se les dice que los afganos que intentarán matar "merecen morir" porque "no
son verdaderos musulmanes" o son "colaboradores de los estadounidenses".
 En todo caso, los niños rara vez se enteran de quienes son sus objetivos y por
qué merecen la muerte.
En algunos casos simplemente se les miente. Algunos reciben amuletos que
contienen versos del Corán que supuestamente los ayudarán a sobrevivir.
Otros reciben llaves que cuelgan de sus cuellos y se les dice que abrirán para
ellos las puertas del paraíso.
El Talibán lo desmiente
Hay, por supuesto, leyes internacionales contra el uso de niños en conflictos.
De acuerdo al Artículo 1 de la Convención de 1989 de los Derechos del Niño,
todo el que tiene menos de 18 años es un niño. La ley afgana también prohíbe el
reclutamiento de menores en las fuerzas armadas o la policía.
En Pakistán, muchos de los jóvenes son coaccionados para que lleven cabo
misiones suicidas.
Los portavoces del Talibán suelen negar que usan niños, especialmente niñas.
Los tres Códigos de Conducta y Regulaciones promulgados después de la caída
del régimen del Talibán a finales de 2001 prohíben que jóvenes sin barba puedan unirse
a sus filas.
Sin embargo un funcionario del Talibán reconoció que los comandantes locales
podían cometer irregularidades. Para muchos la edad exacta no es importante. Se
considera que cualquiera que ya haya pasado la pubertad y que sea mentalmente apto
está listo para combatir.
Niños en rehabilitación
Según funcionarios de seguridad afganos, más de 30 niños acusados de tener
vínculos con la insurgencia aún están en centros de detención.
La rehabilitación se complica debido a la escasez de recursos. Si bien algunos
niños logran pasar el proceso de recuperación, unos pocos, según un informante, incluso
lamentan no haber podido llevar a cabo la misión suicida.
Naqibullah describe lo que le sucedió a él: "Me mantuvieron en otra madraza
durante unos meses. Entonces otros hombres vinieron y me llevaron a Kandahar".
"Un día me llevaron en un auto, me dieron un chaleco pesado y apuntaron hacia
unos soldados".
Los niños han sufrido de manera desproporcionada en la guerra afgana.
Pero la policía lo detuvo antes de que detonara los explosivos y los hombres
que lo acompañaron desaparecieron en la distancia en un auto.
Autor: Dawood Azami
Kivu del Norte y su eterno padecimiento
de grupos armados
02/01/2015
La agencia de refugiados de Naciones Unidos (ACNUR) ha informado de que desde hace semanas se
están produciendo matanzas de civiles en Kivu del Norte, en el este de la República Democrática de
Congo (RDC).
Según ACNUR, los ataques comenzaron en octubre y se concentran en los
alrededores de Beni, aunque la violencia se está expandiendo hacia el norte de la región.
"Cerca de 256 personas, entre ellas niños, han muerto de manera horripilante",
dijo Karin de Grujil, portavoz de la citada agencia.
En relación con la autoría de los ataques, De Grujil dijo que la responsabilidad
no es aún del todo clara. "Es difícil decir en este momento. Creemos que hay varios
grupos y restos de otros grupos, que son milicias que circulan por la zona y se
aprovechan de los civiles. No tenemos información de que se trate de un grupo en
particular, pero hay un problema general de falta de ley", dijo.
No obstante, un encuentro de tres día organizado por la Coordinación de la
Sociedad Civil Local, –que cuenta con cargos políticos, comerciantes, líderes religiosos
cristianos y musulmanes, representantes de la sociedad civil, de Beni y de Butembo,
entre otros–, ha concluido con un documento en el que se afirma que las masacres son
obra de "lo que queda" del grupo de origen ugandés ADF-Nalu. Según publica Fides, la
milicia está presente en la provincia desde hace dos décadas, y se ha visto reforzada por
"hijos perdidos de las comunidades locales". El documento afirma que el grupo "ha
podido incorporar a su causa, que es criminal e incluso con prácticas yihadistas, a
algunos políticos, agentes de finanzas mafiosos y autoridades tradicionales (como jefes
de aldeas) con la complicidad de los países vecinos".
La violencia de estos últimos meses ha provocado el desplazamiento de cerca
de 88.000 personas. "Están intentando llegar a las grandes ciudades del norte de Kivu.
(...). La gente está viviendo en cuclillas en las iglesias, en edificios escolares. Sin
embargo, la zona ya es bastante pobre en recurso de por sí. Muchos de los proyectos
de ayuda han tenido que ser suspendidos por culpa de la inseguridad", dice De Grujil.
Fuente: Mundo Negro
"Siempre preguntarnos, ¿dónde está la
estrella?", Papa en la Epifanía del Señor
2015-01-06 Radio Vaticana
(RV).- (Actualizado) En su homilía de la Santa Misa del día de la Epifanía del Señor, el Papa habló
y analizó profundamente la figura de los Magos de Oriente y su camino en busca del Mesías. Francisco
habla de la procesión que siguieron y asegura que ese camino de encuentro se repite en todas las
épocas, también en la actualidad, reconociendo el mensaje que nos hace encontrar a Dios, “Los Magos
representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las religiones y filosofías del mundo
entero, una búsqueda que no acaba nunca”, dijo.
El Santo Padre explica como los Magos encontraron muchas dificultades, y tuvieron también
tentaciones, como la de ir al palacio del rey pensando que el Niño Dios nacería allí, o como la de
rechazar la pequeñez. Pero esto les sirvió para “reconocer que los criterios de Dios son muy distintos a
los de los hombres”: “Dios nos habla en la humildad de su amor”.
“Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el
camino de su conversión”, y en este contexto nos pregunta Francisco por nuestra conversión, y nos
exhorta a pedir al Señor para que nos conceda vivir el mismo camino de conversión que vivieron los
Magos, y para que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos ¿dónde está la estrella?
(MZ-RV)
Palabras del Papa
Ese Niño, nacido de la Virgen María en Belén, vino no sólo para el pueblo de Israel, representado en los
pastores de Belén, sino también para toda la humanidad, representada hoy por los Magos de Oriente. Y
precisamente hoy, la Iglesia nos invita a meditar y a rezar sobre los Magos y su camino en busca del
Mesías.
Estos Magos que vienen de Oriente son los primeros de esa gran procesión de la que habla el profeta
Isaías en la primera lectura (cf. 60,1-6). Una procesión que desde entonces no se ha interrumpido jamás,
y que en todas las épocas reconoce el mensaje de la estrella y encuentra el Niño que nos muestra la
ternura de Dios. Siempre hay nuevas personas que son iluminadas por la luz de su estrella, que
encuentran el camino y llegan hasta él.
Según la tradición, los Magos eran hombres sabios, estudiosos de los astros, escrutadores del cielo, en
un contexto cultural y de creencias que atribuía a las estrellas un significado y un influjo sobre las
vicisitudes humanas. Los Magos representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las
religiones y filosofías del mundo entero, una búsqueda que no acaba nunca. Hombres y mujeres en
búsqueda.
Los Magos nos indican el camino que debemos recorrer en nuestra vida. Ellos buscaban la Luz
verdadera: «Lumen requirunt lumine», dice el himno litúrgico de la Epifanía, refiriéndose precisamente
a la experiencia de los Magos; “Lumen requirunt lumine”. Siguiendo una luz ellos buscan la luz. Iban en
busca de Dios. Cuando vieron el signo de la estrella, lo interpretaron y se pusieron en camino, hicieron
un largo viaje.
El Espíritu Santo es el que los llamó e impulsó a ponerse en camino, y en este camino tendrá lugar
también su encuentro personal con el Dios verdadero.
En su camino, los Magos encuentran muchas dificultades. Cuando llegan a Jerusalén van al palacio
del rey, porque consideran algo natural que el nuevo rey nazca en el palacio real. Allí pierden de vista la
estrella. ¡Cuantas veces se pierde la vista de la estrella! y se encuentran una tentación, puesta ahí por el
diablo, es el engaño de Herodes. El rey Herodes muestra interés por el niño, pero no para adorarlo, sino
para eliminarlo. Herodes es un hombre de poder, que sólo consigue ver en el otro a un rival. Y en el
fondo, también considera a Dios como un rival, más aún, como el rival más peligroso. En el palacio los
Magos atraviesan un momento de oscuridad, de desolación, que consiguen superar gracias a la moción
del Espíritu Santo, que les habla mediante las profecías de la Sagrada Escritura. Éstas indican que el
Mesías nacerá en Belén, la ciudad de David.
En este momento, retoman el camino y vuelven a ver la estrella. El evangelista apunta que
experimentaron una «inmensa alegría» (Mt 2,10), una verdadera consolación. Llegados a Belén,
encontraron «al niño con María, su madre» (Mt 2,11). Después de lo ocurrido en Jerusalén, ésta será
para ellos la segunda gran tentación: rechazar esta pequeñez. Y sin embargo: «cayendo de rodillas lo
adoraron», ofreciéndole sus dones preciosos y simbólicos. La gracia del Espíritu Santo es la que siempre
los ayuda. Esta gracia que, mediante la estrella, los había llamado y guiado por el camino, ahora los
introduce en el misterio. Aquella estrella que ha acompañado el camino les hace entrar en el misterio.
Guiados por el Espíritu, reconocen que los criterios de Dios son muy distintos a los de los hombres, que
Dios no se manifiesta en la potencia de este mundo, sino que nos habla en la humildad de su amor. ¿El
amor de Dios es grande? ¡Sí! Pero el amor de Dios es humilde, ¡muy humilde! De ese modo, los Magos
son modelos de conversión a la verdadera fe porque han dado más crédito a la bondad de Dios que al
aparente esplendor del poder.
Y ahora nos preguntamos: ¿Cuál es el misterio en el que Dios se esconde? ¿Dónde puedo encontrarlo?
Vemos a nuestro alrededor guerras, explotación de los niños, torturas, tráfico de armas, trata de
personas… Jesús está en todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños
que sufren tales situaciones (cf. Mt 25, 40.45). El pesebre nos presenta un camino distinto al que anhela
la mentalidad mundana. Es el camino del anonadamiento de Dios, aquella humildad de amor de Dios se
baja, se aniquila, de su gloria escondida en el pesebre de Belén, en la cruz del Calvario, en el hermano y
en la hermana que sufren.
Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el
camino de su conversión. ¿Y la nuestra? Pidamos al Señor que nos conceda vivir el mismo camino de
conversión que vivieron los Magos. Que nos defienda y nos libre de las tentaciones que oscurecen la
estrella. Que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos, ¿dónde está la estrella?, cuando, en
medio de los engaños mundanos, la hayamos perdido de vista. Que aprendamos a conocer siempre de
nuevo el misterio de Dios, que no nos escandalicemos de la “señal”, de la indicación, aquella señal dicha
por los Ángeles: «un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12), y que tengamos la
humildad de pedir a la Madre, a nuestra Madre, que nos lo muestre. Que encontremos el valor de
liberarnos de nuestras ilusiones, de nuestras presunciones, de nuestras “luces”, y que busquemos este
valor en la humildad de la fe y así encontremos la Luz, Lumen, como han hecho los santos Magos. Que
podamos entrar en el misterio. Que así sea.
"Caminar atentos, incansables y
valerosos", el Papa a la hora del Ángelus
2015-01-06 Radio Vaticana
(RV).- (Actualizado con audio) En un clima de alegría y felicidad, el Santo Padre rezó la oración del
Ángelus este martes en el que celebramos la Epifanía del Señor. Antes de la oración mariana
recordó a los presentes la figura de los Magos de Oriente y lo que representan en la historia de la Iglesia,
ya que ellos vinieron desde muy lejos “para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador, y para
ofrecerle dones simbólicos”, y esto representa la universalidad de la Iglesia, “Él no reserva su amor a
algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos”, explicó Francisco.
Con esta idea nos recuerda que nosotros, como los Reyes Magos, también debemos buscar a Dios
distinguiendo la estrella. “La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios:
ella es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera”. Así nos invita a leer y
meditarla cada día, para que sea como una llama, y nos ayude a aclarar nuestros pasos”.
Francisco dedicó un saludo especial a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y
ortodoxos, muchos de los cuales celebran este miércoles la Navidad del Señor. Además quiso subrayar
también que este 6 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. “Es la fiesta de los
niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del
mundo”. Así alentó a los educadores a cultivar en ellos “el espíritu misionero” para que sean
anunciadores del amor de Dios.
El Santo Padre invitó a los presentes a repetir varias veces que la vida es "caminar atentos, incansables y
valerosos". Saludó detenidamente a los peregrinos llegados a la Plaza de San Pedro desde diferentes
partes del mundo, un total aproximadamente de 50.000 personas.
(MZ-RV)
Texto completo de la alocución del Papa antes de rezar el Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Buena Fiesta!
En la noche de Navidad hemos meditado sobre la visita a la gruta de Belén de algunos pastores
pertenecientes al pueblo de Israel; hoy en la solemnidad de la Epifanía, hagamos memoria de la llegada
de los Reyes Magos, que vinieron de Oriente para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador
universal, y para ofrecerle dones simbólicos. Con su gesto de adoración, los Reyes Magos dan testimonio
que Jesús ha venido a la tierra para salvar no a un solo pueblo, sino a todas las personas. Por lo tanto, en
la fiesta de hoy nuestra mirada se amplía al horizonte del mundo entero para celebrar la
“manifestación” del Señor a todos los pueblos, es decir, la manifestación del amor y de la salvación
universal de Dios. Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos. Así como es
Creador y Padre de todos, del mismo modo quiere ser el Salvador de todos. Por esto, estamos llamados
a nutrir siempre gran confianza y esperanza por toda persona y por su salvación: también ellos, que nos
parecen alejados del Señor son seguidos – o mejor “perseguidos” – por su amor apasionado, su amor
fiel y también humilde. ¡Porque el amor de Dios es humilde, tan humilde!
El relato evangélico de los Reyes Magos, describe su viaje desde Oriente como un viaje del alma, como
un camino hacia el encuentro con Cristo. Ellos están atentos a los signos que indican la presencia; son
incansables en el enfrentar las dificultades de la búsqueda; son valientes en el deducir las consecuencias
de vida que derivan del encuentro con el Señor. Es decir, la vida es esto: la vida cristiana es caminar
siendo atentos, incansables y valerosos. ¡Así camina un cristiano! Caminar atento, incansable y
valeroso. La experiencia de los Reyes Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como los
Reyes Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar – y como decía: atento,
incansable y valeroso - fijando el cielo y distinguiendo en el signo visible de la estrella, el Dios invisible
que habla a nuestro corazón. La estrella que es capaz de guiar todo hombre a Jesús es la Palabra de
Dios. Está en la Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es la luz que orienta nuestro camino, nutre
nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios que renueva continuamente nuestros corazones, nuestras
comunidades. Por lo tanto, no olvidemos leerla y meditarla cada día, para que se transforme para cada
uno en una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros pasos, y también aquellos de
quién camina junto a nosotros, que quizás le cuesta encontrar el camino hacia Cristo. Siempre con la
Palabra de Dios. La Palabra de Dios a mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera, siempre,
para leerlo. No se olviden de esto: ¡siempre conmigo la Palabra de Dios!
En este día de la Epifanía, nuestro pensamiento se dirige también a los hermanos y a las hermanas del
Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales celebran mañana la Navidad del Señor. A
ellos les llegue nuestra afectuosa felicitación.
Me gusta luego recordar que hoy se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. Es la fiesta de
los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños
del mundo. Aliento a los educadores a cultivar en los pequeños el espíritu misionero. Que no sean niños
y jóvenes cerrados, sino abiertos; que vean un gran horizonte, que su corazón siga adelante, hacia el
horizonte, para que nazcan entre ellos testigos de la ternura de Dios y anunciadores del Evangelio.
Nos dirijamos ahora a la Virgen María e invoquemos su protección sobre la Iglesia Universal, para que
difunda en el mundo entero el Evangelio de Cristo, Lumen gentium, luz de todos los pueblos. Y que Ella
nos haga estar siempre más en camino, nos haga caminar y en el camino, ser atentos, incansables y
valerosos.
Saludos del Papa al finalizar la oración mariana
Queridos hermanos y hermanas,
Los saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos, renovando el deseo de paz y de todo bien en el
Señor.
Saludo a los fieles venidos de Aachen (Alemania), de Kilbeggan (Irlanda), y a los estudiantes de
Northfield - Minnesota (Estados Unidos); los confirmandos de Romano de Lombardía y sus padres; los
fieles de Biassono, Verona, Arzignano, Acerra y de algunas Diócesis de Puglia; y los jóvenes de la Obra de
Don Orione.
Un saludo especial a cuantos dan vida al desfile histórico-folclorístico que este año está dedicado al
territorio de los Municipios de Segni, Artena, Carpineto Romano, Gorga y Montelanico.
Y acuérdense bien: la vida es un caminar, caminar siempre, buscando a Dios. Caminar atentos,
incansables y valerosos. Y falta una cosa, falta una cosa: atentos, incansables y valerosos y... ¿qué falta?
¡Caminar con la luz! ¿ Y quién es la luz? El Evangelio, la Palabra de Dios. Siempre con el Evangelio en el
bolsillo, en la cartera, para leerlo, siempre con nosotros. Caminar atentos, incansables, valerosos y con
la luz de la Palabra de Dios.
A todos les deseo una buena Fiesta. No se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo! ¡Hasta pronto!
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)
Dos nuevos cardenales españoles
2015-01-06 Radio Vaticana
(RV).- La Conferencia Episcopal Española expresa en un comunicado su alegría y gratitud al Papa
Francisco por el nombramiento de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid,
como nuevo cardenal de la Iglesia. Como se sabe el Papa el domingo al concluir el rezo del ángelus
anunció un próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que
serán creados veinte nuevos cardenales, entre ellos dos españoles, Mons. Ricardo Blázquez y el agustino
recoleto Mons. José Luis Lacunza, obispo de David, Panamá. En la nota los obispos españoles añaden
que esta elección además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal
de Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una
señal que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Papa. A los
dos nuevos cardenales le aseguran su cercanía y les felicitan. El nuevo Cardenal, Mons. Ricardo
Blázquez, presidente de la conferencia episcopal española desde marzo de 2014, nació en Ávila en 1942
y fue ordenado sacerdote en 1967. Ha sido Obispo Auxiliar de Santiago y obispo de Palencia, Bilbao y
actualmente de Valladolid. Mons. Lacunza nació en 1944 en Pamplona. Fue ordenado sacerdote en 1969
y obispo en 1986 y ha sido en dos ocasiones presidente de la conferencia episcopal de Panamá.
Actualmente 10 cardenales españoles forman parte del colegio cardenalicio. A ellos se unirán el 14 de
febrero Mons. Blázquez y Mons. Lacunza.
(Pilar Pérez del Yerro para Radio Vaticano)
El Papa elige al presidente de la CEE,
Mons. Ricardo Blázquez, nuevo cardenal
La Conferencia Episcopal Española expresa su alegría y gratitud al Papa Francisco por el nombramiento
de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, como nuevo cardenal de la
Iglesia en el próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que serán
creados veinte nuevos cardenales.
Esta elección, además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal de
Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una señal
que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Romano
Pontífice, Sucesor del Apóstol S. Pedro.
Nuestra alegría es aún mayor por la elección también como nuevo cardenal del agustino recoleto español,
de origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá).
A ambos les aseguramos nuestra cercanía y oración y les felicitamos junto con sus diócesis.
El Papa Francisco anunció ayer que el Consistorio para la creación de nuevos Cardenales tendrá lugar el
14 de febrero Mons. Blázquez es Arzobispo de Valladolid.
También ha sido elegido cardenal el agustino recoleto español Mons. José Luis Lacunza, obispo de David
(Panamá) El Papa Francisco ha anunció ayer, al concluir el rezo del Ángelus, la celebración, el próximo
14 de febrero, de su segundo Consistorio Ordinario Público para la creación de 15 nuevos cardenales y la
incorporación al Colegio Cardenalicio de otros 5 cardenales de más de 80 años. Entre ellos será creado
Cardenal el Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. D.
Ricardo Blázquez Pérez.
Mons. Blázquez, Arzobispo de Valladolid desde marzo de 2010
Mons. D. Ricardo Blázquez nació en Villanueva del Campillo, Ávila, el 13 de abril de 1942. Fue
ordenado sacerdote el 18 de febrero de 1967. Cursó estudios de Bachillerato en el Seminario Menor de
Ávila desde 1955 a 1960 y los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de Ávila entre 1960 y 1967.
Es Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1967-1972).
Tras cursar sus estudios en Roma regresó a su diócesis de origen, Ávila, donde fue, entre 1972 y 1976,
Secretario del Instituto Teológico Abulense. En el año 1974 comenzó la docencia en la Universidad
Pontificia de Salamanca, donde fue, hasta 1988, Profesor de la Facultad de Teología y Decano de esa
misma Facultad entre 1978 y 1981. Ha sido Gran Canciller de la Universidad del episcopado español del
2000 al 2005.
El Papa Juan Pablo II le nombró en 1988 Obispo auxiliar del entonces Arzobispo de Santiago de
Compostela, Mons. Rouco Varela. En 1992 fue promovido a Obispo de Palencia y el 8 de septiembre de
1995 fue nombrado Obispo de Bilbao. En la actualidad, y desde el 13 de marzo de 2010, es Arzobispo de
Valladolid.
Mons. Blázquez fue elegido Presidente de la CEE el 12 de marzo de 2014, cargo que ya había
desempeñado durante el trienio 2005-2008. Ha sido Vicepresidente de la CEE durante dos trienios
consecutivos, 2008-2011 y 2011-2014. También ha sido miembro de las Comisiones Episcopales para la
Doctrina de la Fe (1988-1993) y de Liturgia (1990-1993). Ha sido Presidente de las Comisiones
Episcopales para la Doctrina de la Fe (1993-2002) y de Relaciones Interconfesionales (2002-2005).
10 cardenales españoles en el Colegio Cardenalicio
Actualmente forman parte del Colegio Cardenalicio 10 cardenales españoles. De estos, son miembros de
la CEE los Cardenales Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo emérito de Madrid; Francisco Álvarez
Martínez, Arzobispo emérito de Toledo; Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo emérito de Sevilla; Antonio
Cañizares Llovera, Arzobispo de Valencia; Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona; José Manuel
Estepa Llaurens, Arzobispo emérito Castrense; y Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de
Pamplona y Obispo emérito de Tudela.
Además de los españoles en la curia romana, Eduardo Martínez Somalo, Prefecto emérito de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y Camarlengo
emérito del Colegio Cardenalicio; Julián Herranz Casado, Presidente emérito del Consejo Pontificio para
los Textos Legislativos y Presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana; y Santos Abril y
Castelló, Arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor.
Son electores, es decir menores de 80 años, los cardenales Santos Abril y Castelló (21-9-1935); Rouco
Varela (20-8-1936); Martínez Sistach (29-4-1937) y Cañizares Llovera (15-10-1945). A ellos se unirá
después de ser creado el nuevo cardenal Ricardo Blázquez.
Entre los elegidos hoy para ser creados cardenales también se encuentra el agustino recoleto español, de
origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de la diócesis de David (Panamá), quien
formará también parte del grupo de cardenales electores. Nacido el 24 de febrero de 1944 en Pamplona,
hizo el noviciado en la Orden de los Agustinos Recoletos en España (1963–1964). Profesó los votos
simples en la misma orden el 14 de septiembre de 1964 y los votos solemnes el 16 de septiembre de 1967
en Pamplona. Fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1969 en Pamplona y ordenado obispo el 18 de
enero de 1986. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Panamá de 2000 a 2004 y de 2007 a
20013.
Los cardenales de Etiopía y Cabo Verde
y el África de los migrantes
(©Ansa)
(©Ansa) Migrantes africanos en el Mediterráneo
Souraphiel denunció en el Sínodo de 2009 el tráfico de seres humanos;
Gomes Furtado será el primer purpurado en un país en el que la
diáspora es mayor que la población local
Giorgio Bernardelli
roma
«Espero que este Sínodo estudie las causas profundas del tráfico de seres humanos, de los desplazados
internos, de los trabajadores domésticos explotados, de los prófugos y de los migrantes, sobre todo de
los que huyen en las barcas. Y que afirme posiciones concretas y propuestas que demuestren al mundo
que también las vidas africanas son sacras y no ‘baratas’, como a veces parece que las presenten
muchos de los medios de comunicación».Era octubre de 2009 cuando el arzobispo de Addis Abeba
pronunció estas fuertes palabras en el Vaticano, en donde se estaban llevando a cabo los trabajos de la
Segunda Asamblea del Sínodo africano. Cinco años después, el arzobispo Berhaneyesus Demerew
Souraphiel, que guía a la comunidad católica de Etiopía, es uno de los dos africanos que Francisco
decidió crear cardenales en el próximo Consistorio del 14 de febrero.Es evidente la consonancia entre la
mirada del arzobispo Souraphiel y la denuncia de la «cultura del descarte» que, desde la visita a
Lampedusa hasta el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2015 (dedicado justamente al tema
del tráfico de seres humanos), es una de las plagas más graves de nuestro tiempo según Papa Francisco.
De 66 años, el religioso que pertenece a la Congregación fundada por San Vincenzo de’Paoli, es el
arzobispo de Addis Abeba desde 1999, cuando Souraphiel sustituyó en la guía de esta Iglesia de rito
oriental a otro cardenal, Paulos Tzadua. La comunidad católica etíope es una comunidad pequeña, que
representa apenas el 1% de la población de un país en el que el cristianismo (que es mayoría) tiene el
rostro de la Iglesia ortodoxa etíope. Se trata de un país muy pobre y con un gobierno acusado de
constantes violaciones de los derechos humanos contra las minorías étnicas; además, se encuentra
sumergido en una región en la que las personas huyen de los regímenes y de los conflictos en Eritrea,
Sudán y Somalia.Diferente, pero igualmente marcada por la migración, es la historia de Cabo Verde,
archipiélago del África Occidental en donde el catolicismo que llegó con los portugueses es la confesión
de mayor difusión. Con la decisión de Papa Francisco de elevar a la púrpura a mons. Arlindo Gomes
Furtado, Santiago de Cabo verde (sede episcopal desde 1533) contará con el primer cardenal de su
historia. Un cardenal para los casi 500 mil habitantes de estas islas, pero también para los más de 700
mil caboverdianos que viven en el extranjero. Desde 1800, efectivamente, desde esta ex-colonia
portuguesa las personas parten hacia Estados Unidos o Europa para buscar fortuna (y el dinero que
envían a sus familiares en las islas representa un porcentaje muy importante de la riqueza nacional). Es
un signo de los tiempos. Y es importante el hecho de que en la biografía del futuro cardenal Gomes
Furtado (de 65 años, biblista y obispo de Santiago, después de haber guiado la diócesis de Mindelo)
aparezcan un periodo como capellán en los Países Bajos y una visita pastoral a la gran comunidad de
migrantes que viven en Suiza.
Misterio y ministerios de la mujer, de Louis Bouyer
Misterio y ministerios de la mujer
Louis Bouyer
Epílogo de Hans Urs von Baltasar
Fundación Maior
12 euros
«Toda nuestra cultura, demasiado machista y demasiado técnica, olvida fácilmente su fundamento
femenino». Estas palabras de Hans Urs von Balthasar (en María hoy), quien tradujo, prologó y publicó
en alemán el pequeño ensayo de Louis Bouyer que ahora presentamos en español, se pueden reconocer
también como punto de partida de las reflexiones del gran teólogo francés.
No se trata de negar dignidad a la mujer, sino de recibir y –especialmente en el caso de Bouyer–
defender en la Iglesia el lugar que Dios mismo ha dado a la mujer. Que ese lugar excluye el ministerio
sacerdotal no es algo que se pueda interpretar como una rémora cultural que desaparecerá pronto
también de la Iglesia, sino meramente como la otra cara de la sorpresa de Adán, nunca superada,
sorpresa también de Jesucristo, Nuevo Adán: esta sí es carne de mi carne, hueso de mis huesos..
Louis Bouyer ha sido uno de los más grandes teólogos del siglo XX. Sacerdote del Oratorio de Francia,
entró en la Iglesia Católica en 1939 cuando, siendo pastor luterano, el estudio de los Padres de la Iglesia,
especialmente de San Atanasio, le condujo al catolicismo. En dos ocasiones nombrado por el Papa
miembro de la Comisión Teológica Internacional, fue consultor de liturgia en el Concilio Vaticano II así
como miembro de la Congregación para el Culto y del Secretariado para la Unidad de los Cristianos. El
centro de su teología fue la Sagrada Escritura, con un marcado interés auténticamente pastoral.
El arte de la vida
14,00 €
El P. Rupnik trata en esta obra de evangelización y educación, exponiendo la orientación fundamental
de su trabajo artístico. Es una profunda propuesta de educación cristiana, nutrida principalmente del
Oriente cristiano y de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
Acierta a situarse en el hoy y trazar caminos para superar las graves dificultades que padecemos en la
Iglesia para dar a Dios la última palabra sobre nuestra vida, para dejarnos vivificar por su gracia.
Teología, seguimiento de Cristo, arte litúrgico, se unen en una síntesis sencilla que señala el camino de
la fe.
El arte de la vida es la propuesta clara y completa de una visión de la educación cristiana, ciertamente
consciente de la fortaleza y la sencillez de la fe que se requiere para entrar en esta materia.
El P. Marko Rupnik ha querido con este libro mostrar su más personal orientación de espíritu en su obra
artística, bien conocida en España. El autor nos hace volver a un principio pedagógico que, por
elemental que sea, hemos perdido de vista: la vida es más grande de lo que alcanzamos a pensar, por lo
que la tarea educativa es siempre palabra introductoria a otra Palabra, la única decisiva porque sólo ella
alcanza a dar la libertad a quien la escucha y sin la cual no es posible educar.
Mis diez libros
preferidos en 2014
Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano). -
Martes, 6 de enero de 2015
Las presiones del trabajo y el ministerio, por
desgracia, limitan el tiempo que tengo
disponible para leer tanto cuanto me gustaría. Así, adicto como soy a los libros y sabiendo que sin la
visión y estímulo que consigo de ellos me estancaría espiritualmente para siempre, casi todos los días
saco escrupulosamente algo de tiempo para leer. También, dado mi ministerio y personalidad, me gusta
leer diversos géneros de libros: novelas, biografías, ensayos de crítica y, no los menos, libros sobre
escritura, teología y espiritualidad.
Aquí está mi predisposición hacia la lectura: en mi primer año de estudiante en la universidad, me
introduje en buenas novelas. Entonces me di cuenta de qué empobrecido había estado en mi vida sin
buena literatura. Desde entonces, hace más de 40 años, nunca he estado sin una novela abierta a mi
alcance en alguna parte. Los buenos novelistas tienen con frecuencia atisbos que los escritores de
espiritualidad y psicología sólo pueden envidiar, disparando la imaginación y la inteligencia emocional
de un modo que frecuentemente no pueden los libros académicos. También, teniendo siempre abierta
al alcance en algún sitio, habrá una buena biografía o un libro de ensayos. Estos sirven para ampliar mis
horizontes, mientras encogen perennemente mi imaginación y mi corazón. Finalmente, hay libros de
teología y espiritualidad que, dado mi temperamento y mi vocación, leo con pasión, pero que también
me sirven como una fuente de progreso profesional.
Así, dados estos gustos personales, ¿cuáles son los mejores libros que leí en 2014?
Entre las novelas, recomiendo particularmente estas cuatro:
- Anthony Doerr, Toda la luz que no podemos ver.
Este no es precisamente uno de los mejores libros que leí este año pasado; es para mí, exceptuando los
grandes clásicos de la literatura inglesa, una de las mejores novelas que he leído en mi vida. Es
simplemente un gran libro; no como el Diario de Ana Frank, pero sí una historia que mueve el corazón
de forma parecida.
- Marilynne Robinson, Lila.
Robinson recoge algunos de sus personajes de Gilead, inserta a una perdida y joven mujer llamada Lila
y, a través de su voz, nos da una íntima poesía de soledad y fe. Además de su emotiva profundidad y
perfecta prosa, Robinson ofrece también una apología de la compasión y misericordia de Dios que hoy
puede hacer la fe más creíble a muchos de sus escépticos.
- Sue Monk Kidd, El invento de la alas.
Esta es una intensa novela histórica sobre el mal de la esclavitud y el sexismo. Reflejando la historia
cristiana de la redención, buenos triunfos a la larga, pero no sin que antes alguno tenga que derramar
sangre en el martirio. Sue Monk Kidd siempre merece ser leída, pero este libro sobresale, aun para una
novelista de su calibre.
- Jhumpa Lahire, La hodonada.
Como muchas de las novelas de Lahire, esta historia también juega con las particulares pruebas de los
que emigran de India a América, pero el destello de luz que brilla en las relaciones humanas ayuda a
poner al desnudo algunas luchas muy generales.
Entre los ensayos biográficos, dos libros sobresalieron, en mi opinión, este pasado año:
- Trevor Herriot, El camino sabe cómo. Una peregrinación campestre a través de la naturaleza, el
deseo y el alma.
La corriente del libro sigue su título. Herriot hace una peregrinación a pie a través de parte de las
praderas de Saskatchewan, una tierra por la que ha vagado el búfalo durante siglos, y deja a la
naturaleza y al deseo hablar a su alma. El resultado es una notable crónica, un libro profundamente
moral sobre la naturaleza, la naturaleza humana, la sexualidad, la fe y el deseo.
- Nancy Rappaport, En su estela. Una psiquiatra de niños explora el misterio del suicidio de su madre.
En este libro, Nancy Rappaport hace lo que todos nosotros haríamos si perdiéramos por suicidio a una
persona amada, a saber, trabajar por la historia de esa persona y encontrar los hilos para lavar y
rescatar su memoria.
Entre los libros de teología y espiritualidad, recomiendo:
- James Martin, Peregrinación.
Este es el mejor James Martin, ofreciendo una teología buena, equilibrada y sana, presentada de
manera atractiva. Erudición accesible a todos.
- Barbara Brown Taylor, Aprendiendo a caminar en la oscuridad.
Hizo, merecidamente, la cubierta de la revista TIME para este libro. Taylor ofrece una visión dentro de
“la noche oscura del alma” para los que no pueden, no podrán, leer literatura teológica más técnica.
- Gerhard Lohfink, Jesús de Nazaret. Qué quiso. Quién fue.
Este es más un libro erudito, aunque todavía bastante accesible a los no profesionales. Combina la
erudición sólida, la visión creativa, el buen equilibrio y la comprometida fe cristiana.
- Christian Salenson, Christian de Cherge. Teología de la esperanza.
Christian de Cherge era el abad de la comunidad de monjes trapenses que fueron martirizados en
Argelia en 1996. Este libro recoge sus escritos claves, particularmente los que atañen al tema de la
relación del Cristianismo con otras religiones, especialmente con el Islam. La fe -se dice- se construye
sobre la sangre de los mártires. El futuro diálogo interreligioso se puede construir a la vez sobre la
sangre y los escritos de este mártir. Un libro excepcional, aunque apenas sorprendente, dada la
excepcional fe y el carácter de Christian de Cherge
Que muchos libros den con vosotros en 2015.
Vida y lenguaje: el Wittgenstein
(más) desconocido
Carlos Javier González Serrano
3 enero, 2015
“Todo el resultado de todo el trabajo es dejar a un lado el mundo”
Cuando alguien se acerca a la figura de Ludwig Wittgenstein suele pensar, con suerte, en sus
Investigaciones lógicas o en el Tractatus, lecturas de corte técnico y eminentemente filosóficas (por
mucho que se presenten a diversas lecturas desde la literatura, la física o la biología). Sin embargo, existe
una faceta casi oculta de este pensador vienés que le acerca a la reflexión estética sobre el bien, la belleza,
el sentido de la vida, el amor o el arte, que ha quedado muy a la sombra de aquellas dos obras.
El silencio al que nos aboca Wittgenstein en la última de las proposiciones del Tractatus provocó no poca
desazón en la filosofía emprendida durante todo el siglo XX. ¿Qué puede decirse de cuanto conocemos —
si es que acaso conocemos aquello que creemos conocer? Como sugiere muy atinadamente Allan Janik en
“Wittgenstein, la ética y el silencio de las musas”, primero de los artículos recogidos en Wittgenstein. Arte
y filosofía (Plaza y Valdés Editores), tal silencio
… es, curiosamente, una cuestión de perspectiva, un modo de ver, en el sentido de comprehender, el
mundo correctamente. Así es como ganamos acceso a las cosas en su aspecto moral. El acto de
mantenerse en silencio (que es lo que schweigen significa en alemán) nos permite comprehender los
aspectos morales (y estéticos) del mundo que se ven oscurecidos cuando discutimos sobre ellos o
intentamos de algún modo afirmarnos en el mundo. En resumen, el silencio nos muestra algo que estamos
tentados a decir, pero que realmente no podemos.
Como ya indicara Unamuno, el acto mediante el que las palabras son proferidas, pronunciadas, dirigidas a
un oyente o incluso a uno mismo, induce a una cierta pérdida de dignidad de las propias palabras, por
cuanto son traicionadas y utilizadas para decir algo que, quizá, sea imposible expresar. Una vez que han
salido de la boca, las palabras hacen esclavo a quien las emite y ellas son conducidas a un foso en el que
permanecen enterradas bajo una capa de indecoroso moho conceptual. Aquello que resulta imposible
expresar con palabras (el indómito resto que siempre deja tras de sí el lenguaje) cobra, igualmente en
Wittgenstein, una importancia central en su pensamiento. En uno de los aforismos redactados en 1931
leemos:
Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizá el
trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que pudiera expresar.
Es por eso que se hace imprescindible trabajar continuamente en la comprensión de un mismo, al igual
que sucede al edificar una estructura mediante el arte de la arquitectura (que depende tanto de la forma y
la técnica en que los edificios son erigidos como en la manera en que, una vez construidos, son
observados). No existen, igualmente, posiciones dominantes desde el punto de vista del lenguaje (y por
tanto tampoco existencialmente, puesto que la vida es lenguaje y aquélla necesita de éste): “Nada de lo
que uno hace puede defenderse absolutamente, sino sólo en relación con algo distinto ya establecido. Es
decir —prosigue Wittgenstein en otro de sus aforismos—, no puede darse ninguna razón de por qué debe
obrarse así (o debió obrarse así), como no sea que por ello se hizo surgir esta situación, que de nuevo
deberá tomarse como meta”.
“Se podría poner precio a los pensamientos. Algunos cuestan mucho, otros poco. Y ¿con qué se pagan los
pensamientos? Creo que con ánimo”
La vida prescinde en su desenvolvimiento de fórmulas fijas, y cada existencia es única en su manera de
llevarse a cabo, de decirse. Cada historia es singular, individual, personal. La existencia es un problema
porque se dice de muchas formas, y no hay, de este modo, ningún camino que conduzca al ser, a lo que
siempre es de una única y determinada manera. En parte, debido a la idiosincrasia de nuestra voluntad;
como leemos en un breve escrito fechado entre 1939 y 1940,
La enorme vanidad de los deseos se muestra en que yo, por ejemplo, tengo el deseo de llenar tan pronto
como sea posible un bello cuaderno. No obtengo nada con ello; no lo deseo porque muestre mi
productividad; es sólo el ansia de librarme muy pronto de algo que ya se ha hecho habitual; aun cuando
tan pronto como me haya librado de él empiece uno nuevo y todo se repita otra vez.
“El hombre puede ver todo lo malo de él como un deslumbramiento”
La única vía para enfrentarse al mundo en toda su complejidad consiste en acoger el combate al que nos
invita sincera y abiertamente, sin excusas ni remilgos epistemológicos, teniendo en cuenta que en muchas
ocasiones “los aspectos de las cosas más importantes para nosotros están ocultos por su simplicidad y
familiaridad (se puede no reparar en algo -porque siempre se tiene ante los ojos”. En una crítica velada al
eterno retorno de Nietzsche, Wittgenstein asegura que “la visión apocalíptica del mundo es, en verdad,
que las cosas no se repiten”. El único antídoto contra la falta de sentido reside en la admiración, en el
desgarrarse de la mirada ante las cosas (que en su no repetición acaban por pasar desapercibidas). Como
explica Ilse Somavilla en el mencionado volumen Wittgenstein. Arte y filosofía:
El asombro de Wittgenstein ante la existencia del mundo está al mismo nivel que su actitud de silencio
hacia la esfera de lo inefable: en otras palabras, el asombro fundado éticamente lleva a un silencio
fundado éticamente. Como señaló [Wittgenstein] a los miembros del Círculo de Viena: “Extrañeza ante el
hecho del mundo. Cualquier intento de expresarla lleva al sinsentido”.
Wittgenstein. Arte y filosofía muestra la cara más desconocida del filósofo austríaco e investiga aspectos
del todo inéditos de la obra de este genial pensador. A través de un recorrido por la música, la pintura, la
escultura o la arquitectura, además de abordar temas como el sueño, el sentido de la vida, el lenguaje, el
deseo o el amor, el lector encontrará en este libro una auténtica guía para adentrarse en un nuevo
Wittgenstein que a todos, sin excepción, sorprenderá. Y es que, como ya escribiera el filósofo en 1948,
“los problemas vitales son insolubles en la superficie, sólo se pueden solucionar en la profundidad. En las
dimensiones de la superficie son insolubles”. Un libro, así, para transitar la profundidad más fresca y
original del fantástico pensador vienés. Imprescindible.
No es posible guiar a los hombres hacia lo bueno; sólo puede guiárseles a algún lugar. Lo bueno está más
allá del espacio fáctico.
05
Ébola y comunidad global
El Mundo | Rafael Domingo Oslé
Además del llanto por la muerte de más de cuatro mil personas y de las inestimables muestras de
solidaridad ejemplar por parte del personal sanitario de tantos países, el virulento brote de ébola ha
servido para concienciarnos, una vez más, de que la comunidad humana es totalmente
interdependiente, quizá más de lo que nos imaginábamos. Cuanto sucede en Guinea, Sierra Leona,
Liberia y Nigeria afecta a EEUU, España o Alemania. Los errores y los aciertos, los problemas y las
soluciones, los virus y las epidemias, las ideas y las noticias no nacen, crecen y mueren ya en un mismo
sitio, sino que se desarrollan y esparcen de acuerdo con modelos universales, muchas veces
impredecibles.
Por más que el ser humano se empeñe en aislar o cercar espacios, en construir muros o barreras, la
fuerza de la naturaleza y la de los propios acontecimientos acaban superando cuanto se pone por
delante. Nada más artificial que una frontera. Ynada más limitativo que el territorio. El universo, y la
tierra y los hombres con él, está diseñado para funcionar interdependientemente, con una enorme
unidad.
Fue Arthur Koestler que acuñó por primera vez el término holón para referirse a algo que es al mismo
tiempo un todo y una parte. En realidad, el principio general del holismo había sido ya visto y definido
magistralmente por Aristóteles muchos siglos antes, con palabras bien conocidas: «El todo es mayor que
la suma de sus partes». Pero el holismo añade algo más. Cada holón emergente incluye al anterior y los
trasciende. Así, la célula incorpora y trasciende sus componentes moleculares. Las moléculas incorporan
y trascienden los átomos, que, a su vez, incluyen y trascienden partículas. Yasí sucesivamente.
La teoría holística tiene perfecta aplicación a la ciencia del derecho global. Cada modelo de comunidad
integra el anterior y los trasciende, así como la comunidad global integra las comunidades políticas
menores y las trasciende. La comunidad global es mayor que la suma de todas las naciones. Por eso, la
comunidad global no se puede gobernar sólo por acuerdos entre la mayoría de los Estados nación.
Requiere algo más. Lo mismo sucede con el Estado nacional u otras comunidades políticas menores,
locales o regionales: éstas no se pueden gobernar exclusivamente por acuerdos entre familias, o por
meros acuerdos entre pueblos o regiones. El Estado nacional exige una estructura política concreta, un
ordenamiento jurídico pleno, como sociedad perfecta que es. Se denominan perfectas aquellas
comunidades que, informadas por el principio de autonomía, tratan de satisfacer el mayor número
posible de necesidades humanas. Se llaman, en cambio, sociedades imperfectas aquéllas que se
conforman con satisfacer tan sólo algunas necesidades concretas.
El Estado nacional, además de perfecto, es una sociedad instrumental, no necesaria por sí misma pues
su fin no es natural y puede ser cubierto por otras sociedades intermedias. De la misma manera que
Francia, España o EEUU comenzaron a existir en un momento histórico concreto, pueden dejar de
hacerlo. El Estado nacional no es una exigencia humana. La rica variedad de comunidades existentes
entre la familia y la comunidad global es mutable, pues está sometida totalmente a cambios políticos. En
ella impera la ciencia de lo posible, es decir, de la política, no de lo necesario. Por eso son
instrumentales.
Todo lo contrario sucede con la familia y la comunidad global. Ambas son necesarias para el buen
funcionamiento de la humanidad y, a la vez, imperfectas por cuanto no son autosuficientes:ninguna de
ellas desea satisfacer todas las necesidades del ser humano sino tan sólo un aparte de ellas. La familia
nos abre las puertas de la vida y del amor. Nos educa y nos convierte en seres autónomos, capaces de
construir nuestra propia historia. Su territorio, el hogar, el dulce hogar, es el lugar al que se vuelve. La
comunidad global, por su parte, nos satisface exclusivamente aquellas necesidades que afectan a la
humanidad en su conjunto y que sólo pueden ser cubiertas globalmente. Su territorio, el planeta Tierra,
es un lugar que no se puede abandonar por el momento.
Tanto la familia como la comunidad global necesitan de un territorio, la casa y el planeta, pero ninguna
de ellas es eminentemente territorial, como sí, en cambio, lo es el Estado. En estas dos sociedades
necesarias e imperfectas como son la familia y la humanidad, la política está presente, como en toda
comunidad de vida, pero en su grado muy inferior al de las sociedades instrumentales. Al ser necesarias,
el principio de solidaridad prevalece sobre lo político. Esto explica que los modelos de Gobierno de estas
comunidades necesarias sean muy diferentes tanto entre sí como con respecto a las sociedades
intermedias, sean regionales, nacionales o supranacionales.
El gran cambio que se ha producido con la globalización es que la comunidad internacional de naciones,
que fue por siglos instrumental, se ha convertido en una comunidad humana global, de carácter
necesario, y por tanto, imperfecto. Los hechos se han impuesto, sin previo consenso. Su nacimiento ha
sido casi espontáneo, a consecuencia de su creciente interdependencia. Por eso, la comunidad global,
como comunidad necesaria que es, debe guiarse por unas normas y principios del todo diferentes a los
que rigen las comunidades políticas intermedias, perfectas e instrumentales.
Para los representantes de la filosofía analítica, muchas de las cuestiones de las que la filosofía clásica se
ha ocupado durante siglos se deben a un uso erróneo del lenguaje, a errores categóricos entre otros.
Eso mismo podemos decir sobre cuanto está pasando con la evolución del derecho global. Existe un
error categórico. Queremos aplicar a la comunidad global el mismo esquema que aplicamos a las
relaciones entre Estados, o las mismas normas que aplicamos a los propios Estados. Y estamos hablando
de algo distinto. De la misma manera que no se puede gobernar una familia con un ordenamiento
jurídico estatal, tampoco se puede gobernar la sociedad global como si fuese un Estado. Sería el
principio del fin de la vida política. El gran problema de nuestra comunidad global es que las grandes
potencias, sobre todo China y EEUU, no quieren, por el momento, desoberanizarse y reconocer que la
comunidad global es de naturaleza distinta a la de los Estados.
La modernidad nos permitió superar la estructura familiar que se proyectaba en las monarquías y
reinados por una estructura instrumental más consolidada como fue el Estado nación. La humanidad
aprendió entonces que una comunidad política perfecta como es el Estado no podía regirse con las leyes
propias de las dinastías familiares, por muy reales que fueran: que un Jefe de Estado es alguien distinto
de un padre, y que una pena impuesta por el ordenamiento jurídico no es exactamente lo mismo que un
castigo familiar. La posmodernidad globalizada nos ha mostrado recientemente que la comunidad global
no puede ser gobernada con las leyes de los Estados y nos ha dado las herramientas para transformar la
comunidad internacional de naciones en una auténtica comunidad humana global, fundada en los
principios de solidaridad y subsidiariedad.
La construcción de esta nueva comunidad global exige, en primer lugar, determinar qué materias y en
qué medida afectan a la humanidad, es decir, qué materias gozan de lo que podríamos llamar reserva de
globalidad. En segundo lugar, requiere una reforma profunda de Naciones Unidas, para adaptarla al
nuevo paradigma global. En tercer lugar, la creación de nuevas instituciones globales autónomas con
respecto a los Estados destinadas a la protección de los bienes públicos globales. Es hora de ponerse a
trabajar.
Rafael Domingo Oslé es catedrático de la Universidad de Navarra y profesor visitante de Emory
University.
El famoso individualismo español
El País | José Álvarez Junco
Al narrar el episodio de Viriato, Modesto Lafuente, en su tan leída Historia general de España, le
presenta como iniciador de una milenaria saga española de caudillos o generales salidos del pueblo,
protagonistas de proezas que asombran al mundo pero que acaban en derrotas. Los seguidores de
Viriato, incapaces de “agruparse en derredor de la bandera de tan intrépido jefe”, se dividieron en
facciones que convirtieron aquella gesta en un sacrificio inútil. El “individualismo” español hizo que
tanta heroicidad no lograra evitar la “esclavización” de la Península por los romanos. El individualismo,
concluía Lafuente, era el mayor defecto de los españoles: a él se debió también que el país se dividiera
en reinos durante la Edad Media, como se dividió en juntas frente a Napoleón, lo que prolongó
dolorosamente aquellas guerras.
Ángel Ganivet, medio siglo más tarde, diría que España se diferenciaba de Europa, y hasta era su polo
opuesto, por su ética estoica, su religiosidad intolerante, su creatividad poética, su incompatibilidad con
“objetivos materialistas” y su “individualismo enérgico y sentimental”.
EDUARDO ESTRADA
Al individualismo se refirió igualmente Rafael Altamira, en su Psicología del pueblo español. Y Ortega y
Gasset, en su España invertebrada, vio el país entregado “al imperio de las masas” nada menos que
desde los visigodos. Esa “rebelión sentimental de las masas”, ese “odio a los mejores”, era para él “la
raíz verdadera del gran fracaso hispánico”; de ahí partían los males desintegradores o desvertebradores
de España: la insolidaridad, el “particularismo”, el individualismo congénito.
Los exiliados en 1939 añadieron al individualismo otro negativo componente del “carácter nacional”: el
cainismo, el odio entre hermanos, que imposibilitaba la construcción de una convivencia civil europea,
moderna. Solo disentían en la causa de aquel defecto: las guerras sertorianas, los visigodos, la carencia
de feudalismo, la herencia árabe, el aislamiento cultural decretado por Felipe II, la represión
inquisitorial, el carácter austero e insolidario derivado de la sequedad del paisaje castellano… Pero del
arraigado individualismo hispánico no dudaba nadie.
La más célebre de las polémicas posteriores a la guerra se libró a miles de kilómetros de la Península,
entre Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz. El primero elaboró toda una teoría sobre la “morada
vital” española basada en el “absolutismo personal” o “integralismo de la persona”, derivado de la
pugna entre —y la represión sobre— las “castas” y la subsiguiente sumisión total de la sociedad a un
entramado de poder constituido por el Estado y la Iglesia que oprimía al creador intelectual. Pero en
lugar de concluir que eso había ahogado todo individualismo, para Castro eso había conducido a un
individualismo de tipo amargado y nihilista. Albornoz, por su parte, pese a declararse positivista y
enemigo del Volksgeist romántico, también defendía la existencia de una “forma de ser” española,
derivada del medio físico y la herencia y vigente durante milenios, cuyos rasgos constantes eran la
rudeza, la violencia, la sobriedad y un “exagerado individualismo”, consecuencia de la sequedad de la
tierra (mesetaria, desde luego; como tantos otros, identificaba España con Castilla).
En fin, tanto la izquierda como la derecha se han dejado cautivar por esta creencia en un “carácter
español” dominado por un disolvente individualismo. Pero ninguno de aquellos análisis fue una
descripción aséptica de la realidad ni se apoyó en datos mínimamente verificables. Fueron, en definitiva,
llamamientos a la unión, a la represión de toda discrepancia, y residuos del estereotipo romántico de los
guerrilleros y las Cármenes. Porque lo que de verdad ha caracterizado a la cultura política española
moderna ha sido precisamente la debilidad del individualismo: el estatismo, el corporativismo, el
clientelismo, la fuerza de la familia y del grupo sobre el individuo.
En ninguna revolución española del XIX y XX dominó el individualismo. La primera Constitución, la
“liberal” de Cádiz, carece de una declaración de libertades y no reconoce, por ejemplo, el derecho a no
ser católico. La nación sustituyó en ella, es cierto, al rey como sujeto de la soberanía. Pero la nación se
atribuyó poderes absolutos, en la senda del revolucionarismo francés que le había precedido pocos años
antes. Fue colectivismo autoritario, no individualismo libertario al estilo angloamericano.
En el otro gran estallido revolucionario del XIX, el Sexenio 1868-1874, brilló fugazmente alguien como Pi
y Margall, que hablaba de la soberanía individual, pero todo se vio anegado, durante el caótico verano
de 1873, por una revolución protagonizada por entes colectivos, como los cantones.
Llegó más tarde el anarquismo, que pareció confirmar el cliché del individualismo hispano. Pero el
anarquismo que dominó aquí fue kropotkiniano, de inspiración populista cristiana; su sujeto mesiánico
era una colectividad, el pueblo trabajador, puro y sufriente, y proponía como ideal de sociedad
igualitaria la de las hormigas o las abejas, regidas por la cooperación y el sacrificio por la colectividad.
Hormigueros y colmenas, vaya modelos de libertad individual.
Lo mejor de la tradición político-intelectual moderna estuvo representado por la Institución Libre de
Enseñanza, que sin duda dedicó sus esfuerzos a formar individuos autónomos, pero cuya base filosófica
era el organicismo y el armonismo de Karl Krause, importado por Julián Sanz del Río a mediados del XIX.
Preguntado por qué le había seducido precisamente Krause, filósofo de escaso renombre, el propio Sanz
del Río respondió que por la similitud que encontró entre sus principios fundamentales y los del
escolasticismo tomista aprendido en su juventud.
En fin, al revés que en las películas de Hollywood, el héroe del radicalismo español del XIX y XX nunca es
el individuo rebelde, sino una colectividad: el pueblo, la clase, la nación. Raras veces se ve con respeto
que el individuo persiga, por su cuenta, fines particulares.
La derecha tradicionalista o antiliberal, por su parte, sintetiza religión, orden social y patriotismo en la
fórmula “la verdadera España”, en la que no hay espacio para las libertades individuales. En los últimos
tiempos se diría que esto ha cambiado, porque parte de la derecha se declara “liberal”. Pero solo lo
aplican a la economía, a la privatización de empresas o servicios públicos o al desguace del Estado de
bienestar. Hay, sin duda, liberales entre ellos, pero como partido su liberalismo se esfuma ante su
intensa política clientelar. Aznar cambió presidentes de empresas privadas, obligó a fusiones, hizo que
se crearan empresas para perjudicar a adversarios políticos, desarrolló regulaciones que favorecían a sus
partidarios; su intervención en Caja Madrid, sustituyendo a Terceiro por Blesa, merece especial
recuerdo. En cuanto a defender e incrementar las libertades políticas, sencillamente no es lo suyo; al
revés, “liberales” como Aznar o Aguirre se distinguen por un autoritarismo chulesco que no respeta las
opiniones del adversario ni aun reconoce su derecho a opinar.
Lo comunitario es, en resumen, la referencia dominante en los programas políticos, el sujeto en cuyo
nombre se reivindican derechos. De ahí que sea tan fácil la conversión de excarlistas o exmarxistas en
nacionalistas (españoles, catalanes, vascos); transfieren su lealtad de una comunidad a otra. O que los
obispos, que durante dos siglos condenaron la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano,
se sumen tan alegremente a la defensa de “derechos colectivos”. De ahí también el carácter hasta cierto
punto engañoso de la Transición a la democracia. Como en 1812, una sociedad que se acostó un día
autoritaria se levantó al siguiente demócrata y moderna. Pero no liberal. No es el respeto al discrepante
lo que se enseña en la escuela. Y quien gana las elecciones se cree con derecho a ejercer un poder con
muy escasas restricciones.
El público, acostumbrado a este tipo de retórica desde hace siglos, lo acepta. Pero pagaremos sus
inconvenientes. Porque la sociedad ha cambiado. Es moderna, está secularizada, es individualista de
hecho; en la vida diaria, los españoles persiguen su bienestar material. El discurso político, sin embargo,
no lo refleja. En la retórica al uso siguen dominando las llamadas a la “solidaridad” y las condenas del
“individualismo”.
Eso dificulta los arreglos. Porque es más fácil partir del individuo y negociar cuotas de bienestar que
dirimir exigencias absolutas de comunidades metafísicas, como Euskadi, Cataluña o las “dos Españas”.
José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).
La activista, la ensimismada, la escritora
Especial Teresa de Jesús
OLVIDO GARCÍA VALDÉS | 02/01/2015 | El Cultural
Santa
Teresa de Jesús de Gregorio Fernández en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid
La vida de Teresa de Jesús está llena de momentos en los que se desenvuelve con soltura y enorme
poder de penetración. Así, cuando en 1577 -una época bien dura para ella-, regresa al convento de San
José en Ávila, visita en su celda a una de las monjas, una joven freila de origen campesino que en ese
momento está enferma, como descoyuntada y sin poder moverse. Mirándola a los ojos, Teresa le dice:
“Hija, véngase a mi celda, aunque al presente está enferma y sin fuerzas, para acudir a lo que fuere
necesario”. Y desde ese momento, Ana de San Bartolomé, que llegará a ser una figura relevante de la
reforma carmelita extendiéndola por Francia y Flandes, cambia su papel de enferma por el de
enfermera, aprende a escribir, y acompañará hasta el final a Teresa de Jesús como secretaria y
confidente, ayudándola y atendiéndola en todo.
Esa capacidad práctica y visionaria está en el origen de su proyecto renovador. La que en 1515 había
nacido en Ávila de familia judeoconversa es una reformadora religiosa que busca recuperar la raíz
ascética del Carmelo primitivo, bien lejos de la vida mundana habitual en los conventos de su época; es
uno de nuestros místicos mayores -la vía del recogimiento y la oración interior fue la suya-, y es, claro, la
escritora extraordinaria que es. Este año 2015 será de intensa celebración teresiana. Ojalá sirva para
leerla y conocerla mejor. Por cierto, ¿cómo la llamamos? ¿Teresa Sánchez?, ¿Santa Teresa?, ¿Teresa de
Cepeda y Ahumada? Cada uno de estos nombres tiene un personaje detrás, una historia detrás, no es
fortuito su uso; yo prefiero el que ella -que lo supo todo de los nombres, de sus lazos con la honra y el
lugar que se ocupa en el mundo- eligió para sí. Cuando en 2001 publiqué Teresa de Jesús, me
preguntaba cómo leer a una mística cristiana del siglo XVI, y cómo leerla, además, desde una posición
agnóstica como la mía. La suya es una vida bien documentada pero cuya transmisión ha cargado con el
peso tremendo de lo hagiográfico y lo ideológico (si no son lo mismo). ¿Quién fue -me planteaba
entonces- esa mujer, enferma casi siempre y monja, en cuyos textos oímos hablar un castellano solo
comparable al del Quijote, con el que nos cuenta experiencias tan subidas como las de Juan de la Cruz,
y que al mismo tiempo funda conventos, dirige una reforma religiosa y se enfrenta con castas
influyentes y eclesiásticos poderosos? Y que lo hace todo ya en la madurez, entre sus cuarenta y cinco y
sus sesenta y siete años, edad a la que muere.
Teresa de Jesús fue una activista y, a la vez, una mística, alguien para quien lo que de verdad cuenta es
el amor que siente en su relación con eso abismal, que ella denomina Dios pero que percibe en la
figura de Cristo. Quizá esos dos componentes de su ser, tan infrecuentes juntos, su activismo y su
vocación contemplativa, la arrastran a una escritura que brota de la necesidad interior -explicarse,
conocerse a sí misma-, pero también, de la necesidad de contrastar sus vivencias espirituales con los
letrados, los que “saben” y tienen poder para declararlas aceptables o heréticas. Sus textos,
apasionantes, son casi todos autobiográficos -con las cautelas, naturalmente, a que su posición de mujer
y no letrada la obligan.
Esta escritora, reformadora, mística, tuvo siempre el ojo de la Inquisición puesto en ella. Las pesquisas
se producen en dos fases: la primera, centrada en el proceso y examen del Libro de la vida, se desarrolla
desde 1574 a 1585. Cuando la autora muere en 1582 no ha habido aún veredicto exculpatorio ni
definitivamente inculpatorio, y el manuscrito permanece en los archivos del Tribunal hasta 1586. La
segunda fase se extiende desde 1589, año en que hay nuevas delaciones respecto a sus libros ya
impresos, hasta 1607, veinticinco después de su muerte.
Teresa de Jesús o Juan de la Cruz quedaron al lado de acá de la línea que preservaba la ortodoxia, y
luego la institución eclesiástica se apropió de ellos concediéndoles honores y santidad (muy
rápidamente en el caso de ella, tan carismática -es beatificada en 1614 y canonizada en 1622-; muy
despacio, en el de él -beatificado en 1675 y canonizado en 1726-). Con sus mismos escritos podrían
haber quedado del lado de allá. Ella no tuvo nada claro, mientras vivió, a qué grupo se la sumaría
finalmente y ese temor la acompañó siempre.
A veces se me ocurre imaginar cómo podría haber sido Teresa de Jesús en nuestra época. Y pienso en
esa otra escritora radical, Simone Weil (pensadora, profesora, sindicalista, anarquista, voluntaria en la
guerra civil española, obrera en las fábricas de Renault y en el campo), que fue activista y mística como
ella, también de origen judío y absolutamente inmersa en el pensamiento cristiano (así como en el
oriental y en el griego). Sus posiciones de fondo, sin embargo, no se asemejan. Para Weil aquel a quien
hay que amar (que es también Dios) está ausente; afirmación que no suscribiría la mística española
(aunque tal vez sí Juan de la Cruz, Miguel de Molinos...).
Teresa de Jesús fue una mujer de su tiempo y actuó con los condicionantes de una mujer de su tiempo
(semejantes aún, muchos, a los que las mujeres sufren hoy). Se hace monja no porque desee serlo, sino
porque no le queda más remedio -“y aunque no acababa mi voluntad de inclinarse a ser monja, vi era el
mejor y más seguro estado; y así poco a poco me determiné a forzarme para tomarle”-, así describe su
situación, y evocamos otras figuras socialmente díscolas en la ficción o la vida real: la pastora Marcela,
Sor Juana Inés de la Cruz, Emily Dickinson...
Ella ansiaba una forma de existencia, como explica a sus religiosas, a la que no sé si todos querríamos
adherirnos: “Porque vida es vivir de manera que no se tema la muerte ni todos los sucesos de la vida y
estar con esta ordinaria alegría que ahora todas traéis y esta prosperidad, que no puede ser mayor por
no temer la pobreza, antes desearla”. Leyéndola aprendemos mucho de la historia de las mujeres y de
la historia de este país -de la pasada y de la reciente-, aprendemos de la vida del espíritu y, mucho, del
cuerpo; hay que volver a leerla, sí.
...Y tan alta vida espero...
Especial Santa Teresa
ELENA DEL RIVERO | 02/01/2015 | El Cultural
Obras de
Elena del Rivero en el Museo de la Inquisición
La pieza utiliza las ventanas enrejadas ubicadas en los patios y jardín del Museo de la Inquisición de la
ciudad de Cartagena para recrear las rejas de los conventos de las ciudades del sur de España, y también
las rejas de las viviendas detrás de las cuales las mujeres del siglo XVI podían conversar con los
transeúntes y ser cortejadas por sus amantes sin incurrir en delito. A través de las rejas del museo se
pueden observar una profusión de agujas, alfileres y perlas.
El acto de bordar y tejer contrasta, aun pudiendo herir (la bella durmiente en el imaginario de los
cuentos de hadas), con las prácticas inquisitoriales que se muestran en este museo. Las perlas podría
pensarse que hacen referencia a los gustos cortesanos o a la simbología que las asemeja a la condición
femenina, o a las propiedades mágicas de la perla de los tiempos medievales.
Pero esta instalación está dedicada a Teresa de Ávila, porque desde el convento, único lugar de
reflexión y estudio para las mujeres de épocas pasadas, y aún sufriendo los ataques inquisitoriales,
traspasó sus rejas y se instaló en el mundo. Mujer contemporánea por excelencia.
Perlas, agujas e hilos se esconden en Y tan alta vida espero... (after Teresa de Ávila), uno de los proyectos
de la artista Elena del Rivero.
En este sentido, las perlas son un homenaje a esta mujer y las he utilizado en el estricto sentido que
describe María Zambrano en Notas de un método: “Más allá donde el horizonte se deslíe, se vislumbra
la perla naciente, sin envoltura alguna, sola. No está dentro ni fuera de nada: no está, y por ello no
puede ser visible mostrándose tan a las claras. Pura claridad de un cuerpo sin espesor ni condensación”.
El éxtasis de Santa Teresa
LUIS MARÍA ANSON, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA | 02/01/2015 |El Cultural
Lo siento, lo siento mucho, pero no me puedo sumar a la hagiografía papanatas de Teresa de Jesús en su
creación lírica. La poesía de la Santa no es desdeñable pero no pasa de discreta. La idea de su poema
de mayor calado lírico y conceptual -“vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no
muero”- se la sustrajo a Juan Escrivá, que cien años antes había escrito: “Ven, muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo, porque el gozo de contigo no me torne a dar la vida”.
La prosa de Teresa de Jesús es, tal vez, después de la de Cervantes, la más destacada del Siglo de Oro.
Asombra su sencillez, la claridad sintáctica, la contenida adjetivación, la música interior. Se recrea la
Santa en las formas rústicas no en las literarias. No se envanece nunca. Su estilo ermitaño, como
escribió Menéndez Pidal, se refugia en la humildad y la llaneza. Un prodigio. Camino de perfección es la
expresión de la belleza por medio de la palabra, el temblor del pensamiento profundo. El libro de la
vida, estremece. Las moradas, sobre todo la séptima, elevan el castillo interior que la Santa edifica en el
alma. Los Conceptos del amor de Dios se alzan en una tremenda meditación galopante sobre las
fronteras de la teología.
Tuvo Teresa de Jesús once hermanos. Era, al decir de Francisco Ribera, “de muy buena estatura, y en su
mocedad hermosa”. Estuvo dos años paralítica y “sus padecimientos físicos fueron horribles”. Como
Don Quijote, se enfrascó en la lectura de los libros de caballería. Hizo frente a su padre que no la quería
monja. San Francisco de Borja encauzó su vocación. Se le apareció Jesucristo resucitado. Reformó el
Carmelo. Fundó 17 conventos. La orden de los Carmelitas Descalzos se extiende hoy por más de un
centenar de países, con 12.000 monjas y 5.000 frailes que mantienen 1.400 conventos. En defensa de la
igualdad de género, hizo frente al insoportable machismo de su época. “Basta ser mujer para caérseme
las alas”, escribió. Pero lo superó todo. La admiró Cervantes. También Lope de Vega. Se rindieron a su
sabiduría Góngora y Quevedo. Fue nombrada Doctora de la Iglesia por el Papa intelectual Pablo VI.
Mujer de tan grueso calibre, se evadió siempre del envanecimiento. No presumía de nada. Cosechó
agria oposición entre algunos de los suyos. La priora del convento de Valladolid la increpó y la echó de
allí con viento fresco. Fue también despreciada por la priora del convento de Medina del Campo. La
princesa de Éboli la denunció ante la Inquisición. Sufrió las vejaciones en silencio, sin una queja.
Admiró a San Juan de la Cruz, 27 años más joven que ella. Los siglos han situado al autor de Noche
oscura en el primer lugar de la historia de la poesía en lengua española. Teresa de Jesús se habría
sentido especialmente complacida si hubiera podido contemplar cómo en pleno siglo XX dos poetas
comunistas colocaban a Juan de la Cruz en la cabeza de la poesía española. Tuve ocasión de escuchar
de labios de Rafael Alberti su admiración por el autor del Cántico espiritual. También le oí a Pablo
Neruda expresar lo mismo. Y no me extraña que, conversando con el poeta de Llama de amor viva,
Teresa de Jesús entrara en éxtasis. Gian Lorenzo Bernini condensó el arrobamiento teresiano en una
bellísima escultura.
Poco después de su muerte despedazaron su cuerpo incorrupto, repartido ahora en numerosos lugares:
Roma, Lisboa, Alba de Tormes, París, Sanlúcar de Barrameda... Se equivocará, en fin, el Papa Francisco
si no viaja en 2015 a España para rendir homenaje a Santa Teresa de Jesús en su V Centenario. No será
fácil encontrar ni en el mundo religioso ni en el ámbito literario a una mujer de la dimensión de Teresa
de Cepeda y Ahumada, la escritora de la lengua en pedazos, al decir de Juan Mayorga, la mujer
“enherbolada de amor”, que escribió como si levitara: “Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó herida
en los brazos del amor mi alma quedó rendida; y cobrando nueva vida de tal manera he trocado, que mi
Amado es para mí y yo soy para mi Amado”.
Ay, el Cronos del Corrillo
SalamancaRTV al Día
Casi todos los días atravieso la Plaza del Corrillo y miro de reojo a Cronos, o Saturno, devorando a su
hijo en el capitel de la tercera columna... Hoy, uno de enero cuando escribo, apenas pasado el año viejo,
¡tan largo y tan corto!, reúno en breve y escéptico ramo viejos ecos del tiempo que pasa. Ay, el tiempo
tan fugaz… diría cualquiera o al menos cualquier poeta o filósofo.
Es una vieja herida que el ser humano lleva (La herida del tiempo, título socorrido y recurrente) y que
en todas las épocas y culturas le ha obligado a pensar y a tomar medidas cautelares. Tempus fugit sicut
nubes (Job 7, 9), se quejaba Job, el impaciente, viendo cómo los días se desvanecen como las nubes. O
la advertencia de Virgilio, fugit inreparabile tempus, hablando de siembras y cosechas (Geórgicas 111,
284). Y casi al mismo tiempo su amigo Horacio comprueba con algún desasosiego que Eheu fugaces,
Postume, Postume, labuntur anni, donde el nombre repetido duplica el sentimiento de que los años
resbalan y se nos van… Es una comprobación llena de sentimiento que atraviesa toda la historia de la
humanidad. Y en ella seguimos todos mientras yo paso junto al relieve del dios Tiempo que nos
devora… ¡Ay Póstumo, Póstumo, cuán fugaces se deslizan los años!
Y recuerdo a F. Villon, P. de Ronsard, J. Manrique, L. de Góngora y a tantos otros con sus versos de
mirada profunda sobre la vida, tan plena y tan efímera. Con resultados contradictorios, porque brota una
invitación apasionada a vivir el día en toda su potencia y, a la vez, a no descuidar cierto desengaño
escéptico como medicina necesaria ante tanta brevedad de la vida y de las cosas. Y entre estas dos
laderas hemos cabalgado siglos y siglos con la vida al hombro y sus amenazas sobre nuestra espalda.
Los viejos goliardos invitaban a vivir el gozo de cada día para compensar tanta rebaja y lo que luego, ya
en el s. XVIII, acabó siendo casi himno de cualquier universidad lo canta una y otra vez, sobre todo en
sus estrofas más antiguas: ¡Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus¡ Post iucundam iuventutem, post
molestam senectutem nos habebit humus. No necesita traducción.
Quizás lo mejor del texto es herencia de los viejos Carmina de Bura sancti Benedicti (s. XII), los
conocidos Cármina Burana a los que puso música Carl Off hace ochenta años; bueno, a una pequeña
parte y con una música, muy bella, que nunca me pareció adecuada al sentido de los versos, aunque
hablando de interpretación y de gustos… Dice el preludio en un latín tan elemental en la forma como
profundo en su sentido: O Fortuna, variable como la luna, siempre creciente o menguante. ¡Que vida
tan detestable!, ahora oprime, después alivia en juego caprichoso; a la pobreza y al poder los derritió
como al hielo. Y efectivamente así seguimos y si así cambia la suerte de la vida habrá que estrujarla con
prisa o, en contraria dirección, elegir una sabia indiferencia o un inteligente aprovechamiento. O
mezclar sabiamente las tres opciones.
Y de todo hubo siempre y de todo hay todavía hoy. A la vista está. Cada uno elige. Y en esto pienso de
vez en cuando al pasar junto a Cronos devorando a su hijo. Con el valor añadido de que en estos días es
mi cumpleaños y además se nos va el año viejo. ¡Cómo se nos pasa el tiempo!
El vínculo esponsal como vocación y
misión
Editado por
Juan Masiá Clavel
(Cuestionario del Sínodo. Pregunta 3: ¿Qué se puede hacer para sostener y reforzar a las familias
creyentes fieles al vínculo? Pregunta 10: ¿Qué hacer para mostrar la grandeza y belleza del don de la
indisolubilidad, a fin de suscitar el deseo de vivirla y de construirla cada vez más? Pregunta 32; ¿Cuáles
deben ser los criterios para un correcto discernimiento pastoral de cada situación a la luz de la
enseñanza de la Iglesia, según la cuál los elementos constitutivos del matrimonio son unidad,
indisolubilidad y apertura a la procreacion? Nota: Tratamos hoy solamente el tema del “vínculo como
vocación”. En otros posts, más adelante, trataremos sobre la apertura a la vida).
La pregunta 10 trata la indisolubilidad del matrimonio como don y vocación, valor y belleza, meta y
construcción; pero la pregunta 32 la ve como elemento constitutivo del matrimonio. Se reflejan así dos
talantes diferentes en la comisión redactora de la Relatio (véase, en Religión Digital: “Cuatro talantes en
el Sínodo”).
Antropológica y evangélicamente, la indisolubilidad es meta y horizonte del proyecto y promesa de los
esposos. Canónica y magisterialmente, unidad e indisolubilidad denotan características de la unión con
formalidad legal, civil y eclesiástica. Si el antiguo Derecho Canónico (1917) acentuaba la unión esponsal
como contrato, el Nuevo Derecho Canónico (1983) acentúa la “alianza, consorcio de toda la vida”, según
el Concilio Vaticano II: “comunidad de vida y amor” (Gaudium et spes, n. 48: “communitas vitae et
amoris”.CIC, n. 1055: “totius vitae consortium”).
El año pasado compartí el estudio del Sínodo con un grupo de los cursos de formación para el laicado,
en el centro Shinsei: Verdad y Vida, de la diócesis de Tokyo. Eran personas con experiencia de vida
matrimonial, preocupadas por la formación y transmisión de la fe, comprometidas con la renovación de
la Iglesia. Respondieron al Cuestionario-Lineamenta para el Sínodo de 2014 (Véase, en Religión Digital:
“Recuperar lo humano, revisar lo histórico, redescubrir lo evangélico“). Actualmente se reune ese
mismo grupo para estudiar el nuevo Cuestionario-Lineamenta para 2015.
Recogiendo las primeras impresiones de dicho grupo de trabajo sobre el cuestionario actual contrastado
con el anterior, resumían así: “En el anterior predominaba la preocupación por hacer comprender qué
es de ley natural y cómo hacer aceptable el magisterio eclesiástico. Pero el segundo cuestionario insiste
en dos puntos; 1) preguntar por la experiencia e iniciativas de los matrimonios, y 2) escuchar el mensaje
evangélico. Por ejemplo, el cuestionario actual ve la indisolubilidad, como un don, valor y tarea a
construir, en vez de como mera nota jurídica”.
Esta observación me dio qué pensar sobre el “vínculo”, según las preguntas 3 y 10, arriba citadas, Para
responderlas adecuadamente necesitamos escuchar dos voces:
1) La voz de las parejas que viven con sentido su compromiso con el valor del vínculo esponsal,
reconociendo su satisfacción y sus dificultades.
2) La voz de la reflexión antropológica sobre la indisolubilidad como meta de llegada, en vez de punto de
partida, y sobre la unión esponsal como proceso humano personal, no meramente biológico.
Los trámites que certifican el consentimiento se firman en un momento. Pero la unión de dos personas
en comunión de vida y amor no es momento, sino proceso. Se tarda toda una vida en realizarlo, no
siempre se logra, a veces se retrasa, se interrumpe o se vulnera. Requiere, en unos casos, reconciliación;
en otros, rehacer el camino de la vida; en todos, sanación. La boda es un momento, pero el matrimonio
es un proceso.
La indisolubilidad matrimonial (no jurídica, sino antropológica y evangélica) no es un carácter sellado a
fuego como la divisa de un toro de lidia, sino una meta, fin y horizonte del proceso para hacerse una
persona en dos personas. “Serán los dos un solo ser” (Gen 2, 24; Mt 19, 4). Es decir, lo serán... si realizan
esa unión a lo largo de la vida, pero no lo son ya automática y mágicamente en este instante de decir “sí,
quiero”. (Véase en Religión Digital: “Yugo, vínculo o...comunión?”).
Hacer que, mediante la realización de la unión, la promesa se convierta en realidad indisoluble es una
vocación y una misión.
Nótese que la Iglesia habla actualmente de vocación y misión para comprender la unión matrimonial:
vocación de amarse y ayudarse a crecer; misión de unirse y hacer de dos uno; vocación y misión de crear
vida, familia y convivencia social.
En otro tiempo la Iglesia hablaba de vocación para referirse a la opción por la vida religiosa o
consagrada. Hoy no se ven ambas opciones como contrapuestas. Ambas son vocación y misión, que
tarda una vida en realizarse y, a veces, no se logra o se frustra.
Por cierto, la Iglesia admnite admite razonable y responsablemente, el cese del compromiso de los
votos religiosos (“salir de la congregación religiosa con la debida dispensa”) o de la opción por el
celibato en el sacerdocio ministerial (“salir del estado clerical con dispensa del celibato”). No es
obstáculo para ello la teoría teológica sobre lo que ha llamado el “carácter sacramental”, que el
sacramento “imprime carácter”. Del mismo modo podría admitirse también razonable y
responsablemente el divorcio y reconocerse una nueva unión, tanto civil como canónica y
sacramental.
Este es el paso que debería recomendar el Sínodo en sus propuestas al Papa. Este es el problema
principal que hay detrás del debate desenfocado sobre dar o no dar la comunión a católicos divorciados
y vueltos a casar civilmente.
Por eso parece insuficiente la propuesta de limitarse a facilitar las declaraciones de nulidad, sino de
reconocer que, aunque la promesa fue auténtica, válida y lícita, se ha producido una ruptura irreversible
en su realización “hasta que la muerte los separe” (la muerte física o la muerte de la construcción del
vínculo, la muerte del proceso de consumación de la unión).
También parece insuficiente la propuesta del cardenal Kasper de un camino penitencial con condiciones
para admitir a los sacramentos a esas personas, pero sin cambiar la concepción de la indisolubilidad, ni
admitir la evolución fiel y creadora de las doctrinas.
(Nota: me refiero a evolución cultural y desarrollo interpretativo-creativo de las doctrinas, como en el
Concilio Vaticano II, Dei Verbum, n. 8; no se confunda con evolucionismo en el sentido meramente
biológico del término.·"Esta tradición, que deriva de los apóstoles, progresa en la Iglesia con la
asistencia del Espíritu Santo...".).
Prójimo
SalamancaRTV al Día
Después de escribir sobre temas digamos serios, hoy debo recibir al nuevo año con una
sonrisa, más o menos torcida, pero sonrisa a fin de cuentas. Por cristiano y por ciudadano del
mundo me toca, y así lo quiero, ver la botella medio llena, ser tolerante y juzgar a mis prójimos
con benevolencia.
Prójimo es, en general, aquél que la vida pone a mi alcance, le conozca o no. Pues, señor, iba
yo por la plaza del Corrillo el día primero del año viendo la cara de esperanza y de aparente
felicidad de unos ciento cuarenta prójimos en esa estrecha plaza cuando mis ojos recayeron en
unos ‘prójimos’ ausentes.
Antes de referirme a esos prójimos –que menudos ‘prójimos’ estarán hechos-, debo confesar
que yo también me siento a veces prójimo de los objetos que me rodean, sobre todo cuando
son bellos, como la Plaza Mayor o la portada románica de la iglesia de San Martín. Junto a
estos objetos bellos hay otros simplemente dignos pero útiles, como un pasamanos que había
para ayudar a los mayores a subir las escaleras que conducen a esa magnífica portada. Y digo
que había, porque unos prójimos, en ese momento ausentes, lo habían desencajado de sus
anclajes a la piedra berroqueña de los escalones y allí yacía, el pobre, hierro contra piedra, en
el suelo. Sacando fuerzas de flaqueza –algunos sabrán por qué lo digo- acabé de desencajarlo
del suelo con ánimo de guardarlo a buen recaudo en la iglesia no sea que apareciera por allí un
chatarrero de fortuna y se lo llevase para sacar unos cuantos euros con los que rellenar el
depósito de la furgoneta o tomarse unas cañas.
Mi mente juvenil anticipó la operación: ahora lo agarro por el medio y me lo llevo adentro;
pero mis brazos jubilados empezaron a protestar por el excesivo peso y no me quedó más
remedio que arrastrarlo a duras penas haciendo descansos cada cinco o seis metros. Ciento
cuarenta prójimos –con un margen de error de más menos 3,4%- contemplaron la escena,
pero nadie se atrevió a echar una mano. Muchos debieron pensar ‘¿qué hace este?’ pero sólo
un policía nacional uniformado formuló la pregunta, para hacerse cargo instantáneamente de
la situación y añadir inmediatamente: ‘Ah ¿es Vd. el párroco?’ y le di una explicación somera
mientras descansaba por enésima vez de la pesadez de la carga camino de la puerta. Pregunta
providencial porque dio tiempo a que nos alcanzara un matrimonio amigo también de
jubilados; entre los tres hicimos la fuerza de uno y conseguimos colocar el férreo pasamanos a
buen recaudo. No era día para cabrearse con el prójimo y menos teniendo que celebrar misa
media hora después.
La espiritualidad del hombre normal: la
sabiduría
Isidoro García Gómez, 06-Enero-2015
1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica.
2. Nuestra escala de valores.
3. Tenemos que encontrar nuestro camino.
4. Necesidad de adoptar un marco mítico coherente con nuestras características psicológicas.
5. Tenemos que elegir un buen destino para nuestro camino.
*
 1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica.
Se quejaba T.S. Eliot: “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?. ¿Dónde la
sabiduría que hemos perdido en conocimiento?.
Platón, 2.300 años antes ya ponía el dedo en la llaga en su “Protágoras”: “Explícame qué opinas del
sabio. (…) porque cuando alguno posee el conocimiento, lo que predomina en él no es éste, sino unas
veces la pasión, otras el placer, a veces el dolor, algunas el amor, muchas el miedo (…). El saber es un
esclavo arrollado por todo lo demás”.
Y es que una cosa es tener información, que la guardamos allá en el rincón cerebral con todo el
batiburrillo de cosas de las que nos hemos enterado, otra cosa es tener conocimiento, que lo guardamos
un poco más cerca, con las ideas abstractas que hemos elaborado de la información recibida.
Y otra muy distinta es la “sabiduría”, que guardamos al ladito de nuestros dos yoes, el operativo
consciente y el ocurrente subconsciente, en terminología de Marina, y que está compuesto de esas
ideas que por una u otra razón hemos decidido (la mayor parte de las veces inconscientemente), que se
transformen en “convicciones” que nos sirvan de pauta y guía de actuación.
Estas convicciones entre las que se encuentran nuestras reglas morales tienen un estatus similar al de
los postulados en matemáticas. Son ideas indemostrables que se asumen per se, sobre las que luego se
construye un universo lógico.
Por poner un ejemplo. La información sería el libro o el periódico en bruto. El conocimiento, esas frases
del libro que hemos subrayado, o esos trozos de periódico interesantes para nosotros que hemos
recortado. Y la sabiduría sería esas pocas ideas-fuerza, o frases cortas, que hemos escrito o recortado y
las hemos puesto en nuestra pared o nuestro tablón para que estén permanentemente a nuestra vista.
La labor de elaborar conocimiento de la información, es una labor intelectual consciente, de análisis y
síntesis. Pero la labor de elaborar convicciones y sabiduría del conocimiento, es una labor en la que el
subconsciente tiene mucha intervención.
Toda terapia psicológica del tipo que sea, tiene como objetivo, conseguir incorporar a esa zona ejecutiva
de la mente, de donde fluye nuestro comportamiento, principios rectores interesantes para nosotros y
nuestra felicidad.
Porque como reconocía el pensador Wittgenstein “de la lógica no se sigue lógicamente una ética. No
hay premisas lógicas de la felicidad”. Una cosa es el conocimiento consciente que tenemos y otra el
conjunto de nuestro saber operativo, el que esculpe nuestro sistema de comportamiento y en el que
nuestro subconsciente tiene voz y voto.
Todos tenemos nuestro tarrito de sabiduría. Pero como en todas las cosas, la hay de oro y la hay de
chapalata. Como decía Cernuda: “Ahora la estupidez sucede al crimen”. Y es que desde que Caín ha sido
absuelto por la moderna psiquiatría, diagnosticándole de pobre loco, la humanidad ha descubierto su
verdadero pecado: la estupidez.
Pero también con la estupidez pasa lo mismo que con el colesterol, que la hay de dos clases: la “buena”
y la “mala”. La “buena” sería la estupidez natural, la que proviene de nuestras limitaciones congénitas
naturales, de nuestra erraticidad mental, que hoy piensa una cosa y mañana quizás otra.
Esa estupidez que hasta puede llevarnos a hacer cosas sublimes como el hacernos creer libres, cuando
en realidad como decía Bob Dylan, “hasta los pájaros están encadenados al cielo”. Esa estupidez es
innata y por tal inevitable, salvo salto evolutivo genético, natural o artificial, y por ello debemos llevarla
con dignidad y resignación.
Pero la estupidez peor es la “mala”, la evitable, y consiste en equivocarnos por pereza o error de
discernimiento, y equivocarnos dando importancia a cosas que no la tienen y viceversa. En colocar unas
ideas en una caja o en otra. Y se da cuando preferimos un billete de 55 euros, a uno de 20. Y eso nos
sucede mucho en el mundo de las ideas.
 2. Nuestra escala de valores
La gran mayoría de la población, sufrimos de una serie de disfunciones como complejos, traumas y
demás, pero además una de las mayores fuentes de problemas y sufrimiento es la inadecuación de
nuestra superestructura cultural, que está en la caja fuerte de nuestra sabiduría, donde archivamos ese
saber no-científico que no busca demostración pero que es tan próximo e intuitivo que para nosotros es
verdadero y que se manifiesta en esa clase de axiomas que llamamos creencias, algo que siempre
mantenemos en el silencio de lo no verificable por la ciencia.
Lo malo es que en ese conjunto de creencias hay un porcentaje mayor o menor de “falsas creencias”.
Nos enseña Francisco Traver que “la idea de falsa creencia fue acuñada por el Albert Ellis”, y se basa en
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  • 1. VÍDEO DE HOY: Padre Kenet: "Mi testimonio es resumen de lo que Dios es capaz de hacer" Mensaje del Papa en la Jornada Mundial de la Paz: No más esclavos, sino hermanos Martes, 30 diciembre, 2014 La esclavitud, "el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre", centra el mensaje que el papa Francisco va a dirigir al mundo el Día de Año Nuevo, que coincide con la 48 Jornada Mundial de la Paz. El Pontífice aboga por abolir "este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad". En su mensaje Francisco señala que hoy, a pesar de que el derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable, "todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud". Y entre las causas que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud, el Pontífice se refiere primero a "una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto". Y se refiere, después, a "la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes oportunidades de trabajo". Y cita también a "la corrupción de quienes están
  • 2. dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares". Y no olvida los conflictos armados, la violencia, el crimen y el terrorismo. El Papa pide un compromiso común para acabar la esclavitud: "Debemos reconocer que estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad". Niños usados como soldados o "bombas suicidas" en Afganistán y Pakistán 06/01/2015 Los más pequeños han sido utilizados e instruidos en cómo hacer explotar artefactos explosivos improvisados o efectuar labores de vigilancia e información sobre la ubicación de las fuerzas de seguridad y funcionarios del estado. Esto es cada vez más común en la región. Adolescentes han sido hallados arrastrando a militantes heridos del Talibán, recogiendo armas abandonadas o incluso combatiendo. Las autoridades afganas aseguran haber arrestado a unos 250 menores de edad en los últimos 10 años debido a estas actividades. Un cambio en estas tendencias regionales es el creciente número de niños atacantes suicidas. Los menores están siendo reclutados simplemente porque son niños.
  • 3. La capacidad de las fuerzas de seguridad afganas se ha incrementado y cada vez es más difícil para los atacantes suicidas adultos llegar hasta sus blancos. Se considera que los niños son más fáciles de "reclutar": pueden ser fácilmente influenciados para que lleven a cabo un ataque y las fuerzas de seguridad rara vez sospechan de ellos. Madrazas como campo de reclutamiento Al igual que cientos de miles de otros niños, el tío de Naqibullah -que cuidaba de él desde la muerte de su padre- lo inscribió en una escuela religiosa. Los militares afganos han aprendido a desconfiar de los niños en ciertas zonas. Las familias pobres de Pakistán y Afganistán envían a sus hijos a las madrazas para obtener educación y alojamiento gratuitos. Pero estos colegios son el principal campo de reclutamiento para los talibanes. Entrevistas con niños detenidos revelan que son recogidos de las calles y también en vecindarios pobres. En muchos casos, los padres y representantes dicen no ser conscientes de la situación. Niñas reclutadas Hay casos muy raros de niñas reclutadas. Spozhmai, de 10 años, recibió mucha atención internacional cuando fue apresada en enero de 2014 en el sur de la provincia de Helmand. La pequeña Spozhmai fue detenida en un puesto de control. Tras su arresto, dijo que su hermano intentó obligarla a que detonara los explosivos que cargaba. En 2011, una niña de ocho años resultó muerta en la provincia central de Uruzgan con unos explosivos que cargaba en un bolso de tela, que fueron detonados a control remoto cuando llegaba a un puesto de la policía. Pakistán, campo de entrenamiento Funcionarios afganos señalan que más del 90% de los potenciales atacantes suicidas son "entrenados y engañados" en Pakistán. Agregan que allí "son forzados y se les lava el cerebro".
  • 4. Sin embargo también hay evidencia de que se los entrena en partes de Afganistán controladas por el Talibán. El año pasado un padre afgano en la norteña ciudad de Kunduz entregó su hijo adolescente a la policía. "Lo hice porque temía que pudiera radicalizarse cuando desapareciera por unos meses", señaló. Su familia había regresado de Pakistán un año antes. Algunos han llevado a cabo ataques suicidas en Pakistán. Un niño de 12 años con uniforme colegial hizo detonar los explosivos que cargaba matando cerca de 30 personas en la localidad de Mardan en febrero de 2011. Promesa de mejor futuro Naquibullah dice que quienes le dieron adiestramiento le dijeron que iría al cielo, que todos sus problemas desaparecerían. Funcionarios señalan que los predicadores prometen a los niños un camino alejado del aburrimiento y del trabajo duro relacionados con la pobreza. "Les ofrecen visiones de un paraíso, donde fluyen ríos de leche y miel, a cambio de dejar sus vidas y convertirse en atacantes suicidas", señaló un funcionario. Los niños son fácilmente influenciados para que lleven a cabo ataques. Aunque las confesiones que se obtienen de los jóvenes a veces no son confiables, se trata de relatos escalofriantes de cómo fueron adiestrados para intentar misiones suicidas.  Se les asegura que las niñas y mujeres afganas son violadas por las "fuerzas extranjeras invasoras" y que el Corán es quemado por los estadounidenses.  A los niños se les dice que es su deber religioso resistir las fuerzas infieles de la coalición, y que ellos y sus padres irán al paraíso.  Y se les dice que los afganos que intentarán matar "merecen morir" porque "no son verdaderos musulmanes" o son "colaboradores de los estadounidenses".  En todo caso, los niños rara vez se enteran de quienes son sus objetivos y por qué merecen la muerte. En algunos casos simplemente se les miente. Algunos reciben amuletos que contienen versos del Corán que supuestamente los ayudarán a sobrevivir. Otros reciben llaves que cuelgan de sus cuellos y se les dice que abrirán para ellos las puertas del paraíso. El Talibán lo desmiente Hay, por supuesto, leyes internacionales contra el uso de niños en conflictos.
  • 5. De acuerdo al Artículo 1 de la Convención de 1989 de los Derechos del Niño, todo el que tiene menos de 18 años es un niño. La ley afgana también prohíbe el reclutamiento de menores en las fuerzas armadas o la policía. En Pakistán, muchos de los jóvenes son coaccionados para que lleven cabo misiones suicidas. Los portavoces del Talibán suelen negar que usan niños, especialmente niñas. Los tres Códigos de Conducta y Regulaciones promulgados después de la caída del régimen del Talibán a finales de 2001 prohíben que jóvenes sin barba puedan unirse a sus filas. Sin embargo un funcionario del Talibán reconoció que los comandantes locales podían cometer irregularidades. Para muchos la edad exacta no es importante. Se considera que cualquiera que ya haya pasado la pubertad y que sea mentalmente apto está listo para combatir. Niños en rehabilitación Según funcionarios de seguridad afganos, más de 30 niños acusados de tener vínculos con la insurgencia aún están en centros de detención. La rehabilitación se complica debido a la escasez de recursos. Si bien algunos niños logran pasar el proceso de recuperación, unos pocos, según un informante, incluso lamentan no haber podido llevar a cabo la misión suicida. Naqibullah describe lo que le sucedió a él: "Me mantuvieron en otra madraza durante unos meses. Entonces otros hombres vinieron y me llevaron a Kandahar". "Un día me llevaron en un auto, me dieron un chaleco pesado y apuntaron hacia unos soldados". Los niños han sufrido de manera desproporcionada en la guerra afgana. Pero la policía lo detuvo antes de que detonara los explosivos y los hombres que lo acompañaron desaparecieron en la distancia en un auto. Autor: Dawood Azami Kivu del Norte y su eterno padecimiento de grupos armados 02/01/2015 La agencia de refugiados de Naciones Unidos (ACNUR) ha informado de que desde hace semanas se están produciendo matanzas de civiles en Kivu del Norte, en el este de la República Democrática de Congo (RDC).
  • 6. Según ACNUR, los ataques comenzaron en octubre y se concentran en los alrededores de Beni, aunque la violencia se está expandiendo hacia el norte de la región. "Cerca de 256 personas, entre ellas niños, han muerto de manera horripilante", dijo Karin de Grujil, portavoz de la citada agencia. En relación con la autoría de los ataques, De Grujil dijo que la responsabilidad no es aún del todo clara. "Es difícil decir en este momento. Creemos que hay varios grupos y restos de otros grupos, que son milicias que circulan por la zona y se aprovechan de los civiles. No tenemos información de que se trate de un grupo en particular, pero hay un problema general de falta de ley", dijo. No obstante, un encuentro de tres día organizado por la Coordinación de la Sociedad Civil Local, –que cuenta con cargos políticos, comerciantes, líderes religiosos cristianos y musulmanes, representantes de la sociedad civil, de Beni y de Butembo, entre otros–, ha concluido con un documento en el que se afirma que las masacres son obra de "lo que queda" del grupo de origen ugandés ADF-Nalu. Según publica Fides, la milicia está presente en la provincia desde hace dos décadas, y se ha visto reforzada por "hijos perdidos de las comunidades locales". El documento afirma que el grupo "ha podido incorporar a su causa, que es criminal e incluso con prácticas yihadistas, a algunos políticos, agentes de finanzas mafiosos y autoridades tradicionales (como jefes de aldeas) con la complicidad de los países vecinos". La violencia de estos últimos meses ha provocado el desplazamiento de cerca de 88.000 personas. "Están intentando llegar a las grandes ciudades del norte de Kivu. (...). La gente está viviendo en cuclillas en las iglesias, en edificios escolares. Sin embargo, la zona ya es bastante pobre en recurso de por sí. Muchos de los proyectos de ayuda han tenido que ser suspendidos por culpa de la inseguridad", dice De Grujil. Fuente: Mundo Negro "Siempre preguntarnos, ¿dónde está la estrella?", Papa en la Epifanía del Señor
  • 7. 2015-01-06 Radio Vaticana (RV).- (Actualizado) En su homilía de la Santa Misa del día de la Epifanía del Señor, el Papa habló y analizó profundamente la figura de los Magos de Oriente y su camino en busca del Mesías. Francisco habla de la procesión que siguieron y asegura que ese camino de encuentro se repite en todas las épocas, también en la actualidad, reconociendo el mensaje que nos hace encontrar a Dios, “Los Magos representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las religiones y filosofías del mundo entero, una búsqueda que no acaba nunca”, dijo. El Santo Padre explica como los Magos encontraron muchas dificultades, y tuvieron también tentaciones, como la de ir al palacio del rey pensando que el Niño Dios nacería allí, o como la de rechazar la pequeñez. Pero esto les sirvió para “reconocer que los criterios de Dios son muy distintos a los de los hombres”: “Dios nos habla en la humildad de su amor”. “Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el camino de su conversión”, y en este contexto nos pregunta Francisco por nuestra conversión, y nos exhorta a pedir al Señor para que nos conceda vivir el mismo camino de conversión que vivieron los Magos, y para que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos ¿dónde está la estrella? (MZ-RV) Palabras del Papa Ese Niño, nacido de la Virgen María en Belén, vino no sólo para el pueblo de Israel, representado en los pastores de Belén, sino también para toda la humanidad, representada hoy por los Magos de Oriente. Y precisamente hoy, la Iglesia nos invita a meditar y a rezar sobre los Magos y su camino en busca del Mesías. Estos Magos que vienen de Oriente son los primeros de esa gran procesión de la que habla el profeta Isaías en la primera lectura (cf. 60,1-6). Una procesión que desde entonces no se ha interrumpido jamás, y que en todas las épocas reconoce el mensaje de la estrella y encuentra el Niño que nos muestra la ternura de Dios. Siempre hay nuevas personas que son iluminadas por la luz de su estrella, que encuentran el camino y llegan hasta él. Según la tradición, los Magos eran hombres sabios, estudiosos de los astros, escrutadores del cielo, en un contexto cultural y de creencias que atribuía a las estrellas un significado y un influjo sobre las vicisitudes humanas. Los Magos representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las religiones y filosofías del mundo entero, una búsqueda que no acaba nunca. Hombres y mujeres en búsqueda. Los Magos nos indican el camino que debemos recorrer en nuestra vida. Ellos buscaban la Luz verdadera: «Lumen requirunt lumine», dice el himno litúrgico de la Epifanía, refiriéndose precisamente a la experiencia de los Magos; “Lumen requirunt lumine”. Siguiendo una luz ellos buscan la luz. Iban en busca de Dios. Cuando vieron el signo de la estrella, lo interpretaron y se pusieron en camino, hicieron un largo viaje. El Espíritu Santo es el que los llamó e impulsó a ponerse en camino, y en este camino tendrá lugar también su encuentro personal con el Dios verdadero. En su camino, los Magos encuentran muchas dificultades. Cuando llegan a Jerusalén van al palacio del rey, porque consideran algo natural que el nuevo rey nazca en el palacio real. Allí pierden de vista la estrella. ¡Cuantas veces se pierde la vista de la estrella! y se encuentran una tentación, puesta ahí por el diablo, es el engaño de Herodes. El rey Herodes muestra interés por el niño, pero no para adorarlo, sino para eliminarlo. Herodes es un hombre de poder, que sólo consigue ver en el otro a un rival. Y en el fondo, también considera a Dios como un rival, más aún, como el rival más peligroso. En el palacio los Magos atraviesan un momento de oscuridad, de desolación, que consiguen superar gracias a la moción del Espíritu Santo, que les habla mediante las profecías de la Sagrada Escritura. Éstas indican que el Mesías nacerá en Belén, la ciudad de David. En este momento, retoman el camino y vuelven a ver la estrella. El evangelista apunta que
  • 8. experimentaron una «inmensa alegría» (Mt 2,10), una verdadera consolación. Llegados a Belén, encontraron «al niño con María, su madre» (Mt 2,11). Después de lo ocurrido en Jerusalén, ésta será para ellos la segunda gran tentación: rechazar esta pequeñez. Y sin embargo: «cayendo de rodillas lo adoraron», ofreciéndole sus dones preciosos y simbólicos. La gracia del Espíritu Santo es la que siempre los ayuda. Esta gracia que, mediante la estrella, los había llamado y guiado por el camino, ahora los introduce en el misterio. Aquella estrella que ha acompañado el camino les hace entrar en el misterio. Guiados por el Espíritu, reconocen que los criterios de Dios son muy distintos a los de los hombres, que Dios no se manifiesta en la potencia de este mundo, sino que nos habla en la humildad de su amor. ¿El amor de Dios es grande? ¡Sí! Pero el amor de Dios es humilde, ¡muy humilde! De ese modo, los Magos son modelos de conversión a la verdadera fe porque han dado más crédito a la bondad de Dios que al aparente esplendor del poder. Y ahora nos preguntamos: ¿Cuál es el misterio en el que Dios se esconde? ¿Dónde puedo encontrarlo? Vemos a nuestro alrededor guerras, explotación de los niños, torturas, tráfico de armas, trata de personas… Jesús está en todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños que sufren tales situaciones (cf. Mt 25, 40.45). El pesebre nos presenta un camino distinto al que anhela la mentalidad mundana. Es el camino del anonadamiento de Dios, aquella humildad de amor de Dios se baja, se aniquila, de su gloria escondida en el pesebre de Belén, en la cruz del Calvario, en el hermano y en la hermana que sufren. Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el camino de su conversión. ¿Y la nuestra? Pidamos al Señor que nos conceda vivir el mismo camino de conversión que vivieron los Magos. Que nos defienda y nos libre de las tentaciones que oscurecen la estrella. Que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos, ¿dónde está la estrella?, cuando, en medio de los engaños mundanos, la hayamos perdido de vista. Que aprendamos a conocer siempre de nuevo el misterio de Dios, que no nos escandalicemos de la “señal”, de la indicación, aquella señal dicha por los Ángeles: «un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12), y que tengamos la humildad de pedir a la Madre, a nuestra Madre, que nos lo muestre. Que encontremos el valor de liberarnos de nuestras ilusiones, de nuestras presunciones, de nuestras “luces”, y que busquemos este valor en la humildad de la fe y así encontremos la Luz, Lumen, como han hecho los santos Magos. Que podamos entrar en el misterio. Que así sea. "Caminar atentos, incansables y valerosos", el Papa a la hora del Ángelus 2015-01-06 Radio Vaticana (RV).- (Actualizado con audio) En un clima de alegría y felicidad, el Santo Padre rezó la oración del Ángelus este martes en el que celebramos la Epifanía del Señor. Antes de la oración mariana recordó a los presentes la figura de los Magos de Oriente y lo que representan en la historia de la Iglesia, ya que ellos vinieron desde muy lejos “para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador, y para ofrecerle dones simbólicos”, y esto representa la universalidad de la Iglesia, “Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos”, explicó Francisco. Con esta idea nos recuerda que nosotros, como los Reyes Magos, también debemos buscar a Dios distinguiendo la estrella. “La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios: ella es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera”. Así nos invita a leer y meditarla cada día, para que sea como una llama, y nos ayude a aclarar nuestros pasos”.
  • 9. Francisco dedicó un saludo especial a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales celebran este miércoles la Navidad del Señor. Además quiso subrayar también que este 6 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. “Es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Así alentó a los educadores a cultivar en ellos “el espíritu misionero” para que sean anunciadores del amor de Dios. El Santo Padre invitó a los presentes a repetir varias veces que la vida es "caminar atentos, incansables y valerosos". Saludó detenidamente a los peregrinos llegados a la Plaza de San Pedro desde diferentes partes del mundo, un total aproximadamente de 50.000 personas. (MZ-RV) Texto completo de la alocución del Papa antes de rezar el Ángelus Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Buena Fiesta! En la noche de Navidad hemos meditado sobre la visita a la gruta de Belén de algunos pastores pertenecientes al pueblo de Israel; hoy en la solemnidad de la Epifanía, hagamos memoria de la llegada de los Reyes Magos, que vinieron de Oriente para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador universal, y para ofrecerle dones simbólicos. Con su gesto de adoración, los Reyes Magos dan testimonio que Jesús ha venido a la tierra para salvar no a un solo pueblo, sino a todas las personas. Por lo tanto, en la fiesta de hoy nuestra mirada se amplía al horizonte del mundo entero para celebrar la “manifestación” del Señor a todos los pueblos, es decir, la manifestación del amor y de la salvación universal de Dios. Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos. Así como es Creador y Padre de todos, del mismo modo quiere ser el Salvador de todos. Por esto, estamos llamados a nutrir siempre gran confianza y esperanza por toda persona y por su salvación: también ellos, que nos parecen alejados del Señor son seguidos – o mejor “perseguidos” – por su amor apasionado, su amor fiel y también humilde. ¡Porque el amor de Dios es humilde, tan humilde! El relato evangélico de los Reyes Magos, describe su viaje desde Oriente como un viaje del alma, como un camino hacia el encuentro con Cristo. Ellos están atentos a los signos que indican la presencia; son incansables en el enfrentar las dificultades de la búsqueda; son valientes en el deducir las consecuencias de vida que derivan del encuentro con el Señor. Es decir, la vida es esto: la vida cristiana es caminar siendo atentos, incansables y valerosos. ¡Así camina un cristiano! Caminar atento, incansable y valeroso. La experiencia de los Reyes Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como los Reyes Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar – y como decía: atento, incansable y valeroso - fijando el cielo y distinguiendo en el signo visible de la estrella, el Dios invisible que habla a nuestro corazón. La estrella que es capaz de guiar todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios. Está en la Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios que renueva continuamente nuestros corazones, nuestras comunidades. Por lo tanto, no olvidemos leerla y meditarla cada día, para que se transforme para cada uno en una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros pasos, y también aquellos de quién camina junto a nosotros, que quizás le cuesta encontrar el camino hacia Cristo. Siempre con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios a mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera, siempre, para leerlo. No se olviden de esto: ¡siempre conmigo la Palabra de Dios! En este día de la Epifanía, nuestro pensamiento se dirige también a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales celebran mañana la Navidad del Señor. A ellos les llegue nuestra afectuosa felicitación. Me gusta luego recordar que hoy se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. Es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo. Aliento a los educadores a cultivar en los pequeños el espíritu misionero. Que no sean niños y jóvenes cerrados, sino abiertos; que vean un gran horizonte, que su corazón siga adelante, hacia el horizonte, para que nazcan entre ellos testigos de la ternura de Dios y anunciadores del Evangelio. Nos dirijamos ahora a la Virgen María e invoquemos su protección sobre la Iglesia Universal, para que
  • 10. difunda en el mundo entero el Evangelio de Cristo, Lumen gentium, luz de todos los pueblos. Y que Ella nos haga estar siempre más en camino, nos haga caminar y en el camino, ser atentos, incansables y valerosos. Saludos del Papa al finalizar la oración mariana Queridos hermanos y hermanas, Los saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos, renovando el deseo de paz y de todo bien en el Señor. Saludo a los fieles venidos de Aachen (Alemania), de Kilbeggan (Irlanda), y a los estudiantes de Northfield - Minnesota (Estados Unidos); los confirmandos de Romano de Lombardía y sus padres; los fieles de Biassono, Verona, Arzignano, Acerra y de algunas Diócesis de Puglia; y los jóvenes de la Obra de Don Orione. Un saludo especial a cuantos dan vida al desfile histórico-folclorístico que este año está dedicado al territorio de los Municipios de Segni, Artena, Carpineto Romano, Gorga y Montelanico. Y acuérdense bien: la vida es un caminar, caminar siempre, buscando a Dios. Caminar atentos, incansables y valerosos. Y falta una cosa, falta una cosa: atentos, incansables y valerosos y... ¿qué falta? ¡Caminar con la luz! ¿ Y quién es la luz? El Evangelio, la Palabra de Dios. Siempre con el Evangelio en el bolsillo, en la cartera, para leerlo, siempre con nosotros. Caminar atentos, incansables, valerosos y con la luz de la Palabra de Dios. A todos les deseo una buena Fiesta. No se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo! ¡Hasta pronto! (Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV) Dos nuevos cardenales españoles 2015-01-06 Radio Vaticana (RV).- La Conferencia Episcopal Española expresa en un comunicado su alegría y gratitud al Papa Francisco por el nombramiento de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, como nuevo cardenal de la Iglesia. Como se sabe el Papa el domingo al concluir el rezo del ángelus anunció un próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que serán creados veinte nuevos cardenales, entre ellos dos españoles, Mons. Ricardo Blázquez y el agustino recoleto Mons. José Luis Lacunza, obispo de David, Panamá. En la nota los obispos españoles añaden que esta elección además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal de Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una señal que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Papa. A los dos nuevos cardenales le aseguran su cercanía y les felicitan. El nuevo Cardenal, Mons. Ricardo Blázquez, presidente de la conferencia episcopal española desde marzo de 2014, nació en Ávila en 1942 y fue ordenado sacerdote en 1967. Ha sido Obispo Auxiliar de Santiago y obispo de Palencia, Bilbao y actualmente de Valladolid. Mons. Lacunza nació en 1944 en Pamplona. Fue ordenado sacerdote en 1969 y obispo en 1986 y ha sido en dos ocasiones presidente de la conferencia episcopal de Panamá. Actualmente 10 cardenales españoles forman parte del colegio cardenalicio. A ellos se unirán el 14 de febrero Mons. Blázquez y Mons. Lacunza. (Pilar Pérez del Yerro para Radio Vaticano)
  • 11. El Papa elige al presidente de la CEE, Mons. Ricardo Blázquez, nuevo cardenal La Conferencia Episcopal Española expresa su alegría y gratitud al Papa Francisco por el nombramiento de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, como nuevo cardenal de la Iglesia en el próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que serán creados veinte nuevos cardenales. Esta elección, además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal de Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una señal que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Romano Pontífice, Sucesor del Apóstol S. Pedro. Nuestra alegría es aún mayor por la elección también como nuevo cardenal del agustino recoleto español, de origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá). A ambos les aseguramos nuestra cercanía y oración y les felicitamos junto con sus diócesis. El Papa Francisco anunció ayer que el Consistorio para la creación de nuevos Cardenales tendrá lugar el 14 de febrero Mons. Blázquez es Arzobispo de Valladolid. También ha sido elegido cardenal el agustino recoleto español Mons. José Luis Lacunza, obispo de David (Panamá) El Papa Francisco ha anunció ayer, al concluir el rezo del Ángelus, la celebración, el próximo 14 de febrero, de su segundo Consistorio Ordinario Público para la creación de 15 nuevos cardenales y la incorporación al Colegio Cardenalicio de otros 5 cardenales de más de 80 años. Entre ellos será creado Cardenal el Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. D. Ricardo Blázquez Pérez. Mons. Blázquez, Arzobispo de Valladolid desde marzo de 2010 Mons. D. Ricardo Blázquez nació en Villanueva del Campillo, Ávila, el 13 de abril de 1942. Fue ordenado sacerdote el 18 de febrero de 1967. Cursó estudios de Bachillerato en el Seminario Menor de
  • 12. Ávila desde 1955 a 1960 y los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de Ávila entre 1960 y 1967. Es Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1967-1972). Tras cursar sus estudios en Roma regresó a su diócesis de origen, Ávila, donde fue, entre 1972 y 1976, Secretario del Instituto Teológico Abulense. En el año 1974 comenzó la docencia en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde fue, hasta 1988, Profesor de la Facultad de Teología y Decano de esa misma Facultad entre 1978 y 1981. Ha sido Gran Canciller de la Universidad del episcopado español del 2000 al 2005. El Papa Juan Pablo II le nombró en 1988 Obispo auxiliar del entonces Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Rouco Varela. En 1992 fue promovido a Obispo de Palencia y el 8 de septiembre de 1995 fue nombrado Obispo de Bilbao. En la actualidad, y desde el 13 de marzo de 2010, es Arzobispo de Valladolid. Mons. Blázquez fue elegido Presidente de la CEE el 12 de marzo de 2014, cargo que ya había desempeñado durante el trienio 2005-2008. Ha sido Vicepresidente de la CEE durante dos trienios consecutivos, 2008-2011 y 2011-2014. También ha sido miembro de las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe (1988-1993) y de Liturgia (1990-1993). Ha sido Presidente de las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe (1993-2002) y de Relaciones Interconfesionales (2002-2005). 10 cardenales españoles en el Colegio Cardenalicio Actualmente forman parte del Colegio Cardenalicio 10 cardenales españoles. De estos, son miembros de la CEE los Cardenales Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo emérito de Madrid; Francisco Álvarez Martínez, Arzobispo emérito de Toledo; Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo emérito de Sevilla; Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Valencia; Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona; José Manuel Estepa Llaurens, Arzobispo emérito Castrense; y Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de Pamplona y Obispo emérito de Tudela. Además de los españoles en la curia romana, Eduardo Martínez Somalo, Prefecto emérito de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y Camarlengo emérito del Colegio Cardenalicio; Julián Herranz Casado, Presidente emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y Presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana; y Santos Abril y Castelló, Arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor. Son electores, es decir menores de 80 años, los cardenales Santos Abril y Castelló (21-9-1935); Rouco Varela (20-8-1936); Martínez Sistach (29-4-1937) y Cañizares Llovera (15-10-1945). A ellos se unirá después de ser creado el nuevo cardenal Ricardo Blázquez. Entre los elegidos hoy para ser creados cardenales también se encuentra el agustino recoleto español, de origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de la diócesis de David (Panamá), quien
  • 13. formará también parte del grupo de cardenales electores. Nacido el 24 de febrero de 1944 en Pamplona, hizo el noviciado en la Orden de los Agustinos Recoletos en España (1963–1964). Profesó los votos simples en la misma orden el 14 de septiembre de 1964 y los votos solemnes el 16 de septiembre de 1967 en Pamplona. Fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1969 en Pamplona y ordenado obispo el 18 de enero de 1986. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Panamá de 2000 a 2004 y de 2007 a 20013. Los cardenales de Etiopía y Cabo Verde y el África de los migrantes (©Ansa) (©Ansa) Migrantes africanos en el Mediterráneo Souraphiel denunció en el Sínodo de 2009 el tráfico de seres humanos; Gomes Furtado será el primer purpurado en un país en el que la diáspora es mayor que la población local Giorgio Bernardelli roma «Espero que este Sínodo estudie las causas profundas del tráfico de seres humanos, de los desplazados internos, de los trabajadores domésticos explotados, de los prófugos y de los migrantes, sobre todo de los que huyen en las barcas. Y que afirme posiciones concretas y propuestas que demuestren al mundo que también las vidas africanas son sacras y no ‘baratas’, como a veces parece que las presenten muchos de los medios de comunicación».Era octubre de 2009 cuando el arzobispo de Addis Abeba pronunció estas fuertes palabras en el Vaticano, en donde se estaban llevando a cabo los trabajos de la Segunda Asamblea del Sínodo africano. Cinco años después, el arzobispo Berhaneyesus Demerew Souraphiel, que guía a la comunidad católica de Etiopía, es uno de los dos africanos que Francisco decidió crear cardenales en el próximo Consistorio del 14 de febrero.Es evidente la consonancia entre la mirada del arzobispo Souraphiel y la denuncia de la «cultura del descarte» que, desde la visita a Lampedusa hasta el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2015 (dedicado justamente al tema
  • 14. del tráfico de seres humanos), es una de las plagas más graves de nuestro tiempo según Papa Francisco. De 66 años, el religioso que pertenece a la Congregación fundada por San Vincenzo de’Paoli, es el arzobispo de Addis Abeba desde 1999, cuando Souraphiel sustituyó en la guía de esta Iglesia de rito oriental a otro cardenal, Paulos Tzadua. La comunidad católica etíope es una comunidad pequeña, que representa apenas el 1% de la población de un país en el que el cristianismo (que es mayoría) tiene el rostro de la Iglesia ortodoxa etíope. Se trata de un país muy pobre y con un gobierno acusado de constantes violaciones de los derechos humanos contra las minorías étnicas; además, se encuentra sumergido en una región en la que las personas huyen de los regímenes y de los conflictos en Eritrea, Sudán y Somalia.Diferente, pero igualmente marcada por la migración, es la historia de Cabo Verde, archipiélago del África Occidental en donde el catolicismo que llegó con los portugueses es la confesión de mayor difusión. Con la decisión de Papa Francisco de elevar a la púrpura a mons. Arlindo Gomes Furtado, Santiago de Cabo verde (sede episcopal desde 1533) contará con el primer cardenal de su historia. Un cardenal para los casi 500 mil habitantes de estas islas, pero también para los más de 700 mil caboverdianos que viven en el extranjero. Desde 1800, efectivamente, desde esta ex-colonia portuguesa las personas parten hacia Estados Unidos o Europa para buscar fortuna (y el dinero que envían a sus familiares en las islas representa un porcentaje muy importante de la riqueza nacional). Es un signo de los tiempos. Y es importante el hecho de que en la biografía del futuro cardenal Gomes Furtado (de 65 años, biblista y obispo de Santiago, después de haber guiado la diócesis de Mindelo) aparezcan un periodo como capellán en los Países Bajos y una visita pastoral a la gran comunidad de migrantes que viven en Suiza. Misterio y ministerios de la mujer, de Louis Bouyer Misterio y ministerios de la mujer Louis Bouyer Epílogo de Hans Urs von Baltasar Fundación Maior 12 euros «Toda nuestra cultura, demasiado machista y demasiado técnica, olvida fácilmente su fundamento femenino». Estas palabras de Hans Urs von Balthasar (en María hoy), quien tradujo, prologó y publicó en alemán el pequeño ensayo de Louis Bouyer que ahora presentamos en español, se pueden reconocer también como punto de partida de las reflexiones del gran teólogo francés.
  • 15. No se trata de negar dignidad a la mujer, sino de recibir y –especialmente en el caso de Bouyer– defender en la Iglesia el lugar que Dios mismo ha dado a la mujer. Que ese lugar excluye el ministerio sacerdotal no es algo que se pueda interpretar como una rémora cultural que desaparecerá pronto también de la Iglesia, sino meramente como la otra cara de la sorpresa de Adán, nunca superada, sorpresa también de Jesucristo, Nuevo Adán: esta sí es carne de mi carne, hueso de mis huesos.. Louis Bouyer ha sido uno de los más grandes teólogos del siglo XX. Sacerdote del Oratorio de Francia, entró en la Iglesia Católica en 1939 cuando, siendo pastor luterano, el estudio de los Padres de la Iglesia, especialmente de San Atanasio, le condujo al catolicismo. En dos ocasiones nombrado por el Papa miembro de la Comisión Teológica Internacional, fue consultor de liturgia en el Concilio Vaticano II así como miembro de la Congregación para el Culto y del Secretariado para la Unidad de los Cristianos. El centro de su teología fue la Sagrada Escritura, con un marcado interés auténticamente pastoral. El arte de la vida 14,00 € El P. Rupnik trata en esta obra de evangelización y educación, exponiendo la orientación fundamental de su trabajo artístico. Es una profunda propuesta de educación cristiana, nutrida principalmente del Oriente cristiano y de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Acierta a situarse en el hoy y trazar caminos para superar las graves dificultades que padecemos en la Iglesia para dar a Dios la última palabra sobre nuestra vida, para dejarnos vivificar por su gracia. Teología, seguimiento de Cristo, arte litúrgico, se unen en una síntesis sencilla que señala el camino de la fe. El arte de la vida es la propuesta clara y completa de una visión de la educación cristiana, ciertamente consciente de la fortaleza y la sencillez de la fe que se requiere para entrar en esta materia. El P. Marko Rupnik ha querido con este libro mostrar su más personal orientación de espíritu en su obra artística, bien conocida en España. El autor nos hace volver a un principio pedagógico que, por elemental que sea, hemos perdido de vista: la vida es más grande de lo que alcanzamos a pensar, por lo que la tarea educativa es siempre palabra introductoria a otra Palabra, la única decisiva porque sólo ella alcanza a dar la libertad a quien la escucha y sin la cual no es posible educar. Mis diez libros preferidos en 2014 Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano). - Martes, 6 de enero de 2015 Las presiones del trabajo y el ministerio, por desgracia, limitan el tiempo que tengo
  • 16. disponible para leer tanto cuanto me gustaría. Así, adicto como soy a los libros y sabiendo que sin la visión y estímulo que consigo de ellos me estancaría espiritualmente para siempre, casi todos los días saco escrupulosamente algo de tiempo para leer. También, dado mi ministerio y personalidad, me gusta leer diversos géneros de libros: novelas, biografías, ensayos de crítica y, no los menos, libros sobre escritura, teología y espiritualidad. Aquí está mi predisposición hacia la lectura: en mi primer año de estudiante en la universidad, me introduje en buenas novelas. Entonces me di cuenta de qué empobrecido había estado en mi vida sin buena literatura. Desde entonces, hace más de 40 años, nunca he estado sin una novela abierta a mi alcance en alguna parte. Los buenos novelistas tienen con frecuencia atisbos que los escritores de espiritualidad y psicología sólo pueden envidiar, disparando la imaginación y la inteligencia emocional de un modo que frecuentemente no pueden los libros académicos. También, teniendo siempre abierta al alcance en algún sitio, habrá una buena biografía o un libro de ensayos. Estos sirven para ampliar mis horizontes, mientras encogen perennemente mi imaginación y mi corazón. Finalmente, hay libros de teología y espiritualidad que, dado mi temperamento y mi vocación, leo con pasión, pero que también me sirven como una fuente de progreso profesional. Así, dados estos gustos personales, ¿cuáles son los mejores libros que leí en 2014? Entre las novelas, recomiendo particularmente estas cuatro: - Anthony Doerr, Toda la luz que no podemos ver. Este no es precisamente uno de los mejores libros que leí este año pasado; es para mí, exceptuando los grandes clásicos de la literatura inglesa, una de las mejores novelas que he leído en mi vida. Es simplemente un gran libro; no como el Diario de Ana Frank, pero sí una historia que mueve el corazón de forma parecida. - Marilynne Robinson, Lila. Robinson recoge algunos de sus personajes de Gilead, inserta a una perdida y joven mujer llamada Lila y, a través de su voz, nos da una íntima poesía de soledad y fe. Además de su emotiva profundidad y perfecta prosa, Robinson ofrece también una apología de la compasión y misericordia de Dios que hoy puede hacer la fe más creíble a muchos de sus escépticos. - Sue Monk Kidd, El invento de la alas. Esta es una intensa novela histórica sobre el mal de la esclavitud y el sexismo. Reflejando la historia cristiana de la redención, buenos triunfos a la larga, pero no sin que antes alguno tenga que derramar sangre en el martirio. Sue Monk Kidd siempre merece ser leída, pero este libro sobresale, aun para una novelista de su calibre. - Jhumpa Lahire, La hodonada. Como muchas de las novelas de Lahire, esta historia también juega con las particulares pruebas de los que emigran de India a América, pero el destello de luz que brilla en las relaciones humanas ayuda a poner al desnudo algunas luchas muy generales. Entre los ensayos biográficos, dos libros sobresalieron, en mi opinión, este pasado año: - Trevor Herriot, El camino sabe cómo. Una peregrinación campestre a través de la naturaleza, el deseo y el alma. La corriente del libro sigue su título. Herriot hace una peregrinación a pie a través de parte de las praderas de Saskatchewan, una tierra por la que ha vagado el búfalo durante siglos, y deja a la naturaleza y al deseo hablar a su alma. El resultado es una notable crónica, un libro profundamente moral sobre la naturaleza, la naturaleza humana, la sexualidad, la fe y el deseo. - Nancy Rappaport, En su estela. Una psiquiatra de niños explora el misterio del suicidio de su madre. En este libro, Nancy Rappaport hace lo que todos nosotros haríamos si perdiéramos por suicidio a una persona amada, a saber, trabajar por la historia de esa persona y encontrar los hilos para lavar y rescatar su memoria. Entre los libros de teología y espiritualidad, recomiendo: - James Martin, Peregrinación. Este es el mejor James Martin, ofreciendo una teología buena, equilibrada y sana, presentada de
  • 17. manera atractiva. Erudición accesible a todos. - Barbara Brown Taylor, Aprendiendo a caminar en la oscuridad. Hizo, merecidamente, la cubierta de la revista TIME para este libro. Taylor ofrece una visión dentro de “la noche oscura del alma” para los que no pueden, no podrán, leer literatura teológica más técnica. - Gerhard Lohfink, Jesús de Nazaret. Qué quiso. Quién fue. Este es más un libro erudito, aunque todavía bastante accesible a los no profesionales. Combina la erudición sólida, la visión creativa, el buen equilibrio y la comprometida fe cristiana. - Christian Salenson, Christian de Cherge. Teología de la esperanza. Christian de Cherge era el abad de la comunidad de monjes trapenses que fueron martirizados en Argelia en 1996. Este libro recoge sus escritos claves, particularmente los que atañen al tema de la relación del Cristianismo con otras religiones, especialmente con el Islam. La fe -se dice- se construye sobre la sangre de los mártires. El futuro diálogo interreligioso se puede construir a la vez sobre la sangre y los escritos de este mártir. Un libro excepcional, aunque apenas sorprendente, dada la excepcional fe y el carácter de Christian de Cherge Que muchos libros den con vosotros en 2015. Vida y lenguaje: el Wittgenstein (más) desconocido Carlos Javier González Serrano 3 enero, 2015 “Todo el resultado de todo el trabajo es dejar a un lado el mundo” Cuando alguien se acerca a la figura de Ludwig Wittgenstein suele pensar, con suerte, en sus Investigaciones lógicas o en el Tractatus, lecturas de corte técnico y eminentemente filosóficas (por mucho que se presenten a diversas lecturas desde la literatura, la física o la biología). Sin embargo, existe una faceta casi oculta de este pensador vienés que le acerca a la reflexión estética sobre el bien, la belleza, el sentido de la vida, el amor o el arte, que ha quedado muy a la sombra de aquellas dos obras. El silencio al que nos aboca Wittgenstein en la última de las proposiciones del Tractatus provocó no poca desazón en la filosofía emprendida durante todo el siglo XX. ¿Qué puede decirse de cuanto conocemos — si es que acaso conocemos aquello que creemos conocer? Como sugiere muy atinadamente Allan Janik en “Wittgenstein, la ética y el silencio de las musas”, primero de los artículos recogidos en Wittgenstein. Arte y filosofía (Plaza y Valdés Editores), tal silencio … es, curiosamente, una cuestión de perspectiva, un modo de ver, en el sentido de comprehender, el mundo correctamente. Así es como ganamos acceso a las cosas en su aspecto moral. El acto de mantenerse en silencio (que es lo que schweigen significa en alemán) nos permite comprehender los aspectos morales (y estéticos) del mundo que se ven oscurecidos cuando discutimos sobre ellos o intentamos de algún modo afirmarnos en el mundo. En resumen, el silencio nos muestra algo que estamos tentados a decir, pero que realmente no podemos. Como ya indicara Unamuno, el acto mediante el que las palabras son proferidas, pronunciadas, dirigidas a un oyente o incluso a uno mismo, induce a una cierta pérdida de dignidad de las propias palabras, por cuanto son traicionadas y utilizadas para decir algo que, quizá, sea imposible expresar. Una vez que han salido de la boca, las palabras hacen esclavo a quien las emite y ellas son conducidas a un foso en el que permanecen enterradas bajo una capa de indecoroso moho conceptual. Aquello que resulta imposible expresar con palabras (el indómito resto que siempre deja tras de sí el lenguaje) cobra, igualmente en Wittgenstein, una importancia central en su pensamiento. En uno de los aforismos redactados en 1931 leemos:
  • 18. Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizá el trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que pudiera expresar. Es por eso que se hace imprescindible trabajar continuamente en la comprensión de un mismo, al igual que sucede al edificar una estructura mediante el arte de la arquitectura (que depende tanto de la forma y la técnica en que los edificios son erigidos como en la manera en que, una vez construidos, son observados). No existen, igualmente, posiciones dominantes desde el punto de vista del lenguaje (y por tanto tampoco existencialmente, puesto que la vida es lenguaje y aquélla necesita de éste): “Nada de lo que uno hace puede defenderse absolutamente, sino sólo en relación con algo distinto ya establecido. Es decir —prosigue Wittgenstein en otro de sus aforismos—, no puede darse ninguna razón de por qué debe obrarse así (o debió obrarse así), como no sea que por ello se hizo surgir esta situación, que de nuevo deberá tomarse como meta”. “Se podría poner precio a los pensamientos. Algunos cuestan mucho, otros poco. Y ¿con qué se pagan los pensamientos? Creo que con ánimo” La vida prescinde en su desenvolvimiento de fórmulas fijas, y cada existencia es única en su manera de llevarse a cabo, de decirse. Cada historia es singular, individual, personal. La existencia es un problema porque se dice de muchas formas, y no hay, de este modo, ningún camino que conduzca al ser, a lo que siempre es de una única y determinada manera. En parte, debido a la idiosincrasia de nuestra voluntad; como leemos en un breve escrito fechado entre 1939 y 1940, La enorme vanidad de los deseos se muestra en que yo, por ejemplo, tengo el deseo de llenar tan pronto como sea posible un bello cuaderno. No obtengo nada con ello; no lo deseo porque muestre mi productividad; es sólo el ansia de librarme muy pronto de algo que ya se ha hecho habitual; aun cuando tan pronto como me haya librado de él empiece uno nuevo y todo se repita otra vez. “El hombre puede ver todo lo malo de él como un deslumbramiento” La única vía para enfrentarse al mundo en toda su complejidad consiste en acoger el combate al que nos invita sincera y abiertamente, sin excusas ni remilgos epistemológicos, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones “los aspectos de las cosas más importantes para nosotros están ocultos por su simplicidad y familiaridad (se puede no reparar en algo -porque siempre se tiene ante los ojos”. En una crítica velada al eterno retorno de Nietzsche, Wittgenstein asegura que “la visión apocalíptica del mundo es, en verdad, que las cosas no se repiten”. El único antídoto contra la falta de sentido reside en la admiración, en el desgarrarse de la mirada ante las cosas (que en su no repetición acaban por pasar desapercibidas). Como explica Ilse Somavilla en el mencionado volumen Wittgenstein. Arte y filosofía: El asombro de Wittgenstein ante la existencia del mundo está al mismo nivel que su actitud de silencio hacia la esfera de lo inefable: en otras palabras, el asombro fundado éticamente lleva a un silencio fundado éticamente. Como señaló [Wittgenstein] a los miembros del Círculo de Viena: “Extrañeza ante el hecho del mundo. Cualquier intento de expresarla lleva al sinsentido”. Wittgenstein. Arte y filosofía muestra la cara más desconocida del filósofo austríaco e investiga aspectos del todo inéditos de la obra de este genial pensador. A través de un recorrido por la música, la pintura, la escultura o la arquitectura, además de abordar temas como el sueño, el sentido de la vida, el lenguaje, el deseo o el amor, el lector encontrará en este libro una auténtica guía para adentrarse en un nuevo Wittgenstein que a todos, sin excepción, sorprenderá. Y es que, como ya escribiera el filósofo en 1948, “los problemas vitales son insolubles en la superficie, sólo se pueden solucionar en la profundidad. En las dimensiones de la superficie son insolubles”. Un libro, así, para transitar la profundidad más fresca y original del fantástico pensador vienés. Imprescindible. No es posible guiar a los hombres hacia lo bueno; sólo puede guiárseles a algún lugar. Lo bueno está más allá del espacio fáctico. 05
  • 19. Ébola y comunidad global El Mundo | Rafael Domingo Oslé Además del llanto por la muerte de más de cuatro mil personas y de las inestimables muestras de solidaridad ejemplar por parte del personal sanitario de tantos países, el virulento brote de ébola ha servido para concienciarnos, una vez más, de que la comunidad humana es totalmente interdependiente, quizá más de lo que nos imaginábamos. Cuanto sucede en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria afecta a EEUU, España o Alemania. Los errores y los aciertos, los problemas y las soluciones, los virus y las epidemias, las ideas y las noticias no nacen, crecen y mueren ya en un mismo sitio, sino que se desarrollan y esparcen de acuerdo con modelos universales, muchas veces impredecibles. Por más que el ser humano se empeñe en aislar o cercar espacios, en construir muros o barreras, la fuerza de la naturaleza y la de los propios acontecimientos acaban superando cuanto se pone por delante. Nada más artificial que una frontera. Ynada más limitativo que el territorio. El universo, y la tierra y los hombres con él, está diseñado para funcionar interdependientemente, con una enorme unidad. Fue Arthur Koestler que acuñó por primera vez el término holón para referirse a algo que es al mismo tiempo un todo y una parte. En realidad, el principio general del holismo había sido ya visto y definido magistralmente por Aristóteles muchos siglos antes, con palabras bien conocidas: «El todo es mayor que la suma de sus partes». Pero el holismo añade algo más. Cada holón emergente incluye al anterior y los trasciende. Así, la célula incorpora y trasciende sus componentes moleculares. Las moléculas incorporan y trascienden los átomos, que, a su vez, incluyen y trascienden partículas. Yasí sucesivamente. La teoría holística tiene perfecta aplicación a la ciencia del derecho global. Cada modelo de comunidad integra el anterior y los trasciende, así como la comunidad global integra las comunidades políticas menores y las trasciende. La comunidad global es mayor que la suma de todas las naciones. Por eso, la comunidad global no se puede gobernar sólo por acuerdos entre la mayoría de los Estados nación. Requiere algo más. Lo mismo sucede con el Estado nacional u otras comunidades políticas menores, locales o regionales: éstas no se pueden gobernar exclusivamente por acuerdos entre familias, o por meros acuerdos entre pueblos o regiones. El Estado nacional exige una estructura política concreta, un ordenamiento jurídico pleno, como sociedad perfecta que es. Se denominan perfectas aquellas comunidades que, informadas por el principio de autonomía, tratan de satisfacer el mayor número posible de necesidades humanas. Se llaman, en cambio, sociedades imperfectas aquéllas que se conforman con satisfacer tan sólo algunas necesidades concretas. El Estado nacional, además de perfecto, es una sociedad instrumental, no necesaria por sí misma pues su fin no es natural y puede ser cubierto por otras sociedades intermedias. De la misma manera que Francia, España o EEUU comenzaron a existir en un momento histórico concreto, pueden dejar de hacerlo. El Estado nacional no es una exigencia humana. La rica variedad de comunidades existentes entre la familia y la comunidad global es mutable, pues está sometida totalmente a cambios políticos. En ella impera la ciencia de lo posible, es decir, de la política, no de lo necesario. Por eso son instrumentales. Todo lo contrario sucede con la familia y la comunidad global. Ambas son necesarias para el buen funcionamiento de la humanidad y, a la vez, imperfectas por cuanto no son autosuficientes:ninguna de ellas desea satisfacer todas las necesidades del ser humano sino tan sólo un aparte de ellas. La familia nos abre las puertas de la vida y del amor. Nos educa y nos convierte en seres autónomos, capaces de construir nuestra propia historia. Su territorio, el hogar, el dulce hogar, es el lugar al que se vuelve. La comunidad global, por su parte, nos satisface exclusivamente aquellas necesidades que afectan a la humanidad en su conjunto y que sólo pueden ser cubiertas globalmente. Su territorio, el planeta Tierra, es un lugar que no se puede abandonar por el momento.
  • 20. Tanto la familia como la comunidad global necesitan de un territorio, la casa y el planeta, pero ninguna de ellas es eminentemente territorial, como sí, en cambio, lo es el Estado. En estas dos sociedades necesarias e imperfectas como son la familia y la humanidad, la política está presente, como en toda comunidad de vida, pero en su grado muy inferior al de las sociedades instrumentales. Al ser necesarias, el principio de solidaridad prevalece sobre lo político. Esto explica que los modelos de Gobierno de estas comunidades necesarias sean muy diferentes tanto entre sí como con respecto a las sociedades intermedias, sean regionales, nacionales o supranacionales. El gran cambio que se ha producido con la globalización es que la comunidad internacional de naciones, que fue por siglos instrumental, se ha convertido en una comunidad humana global, de carácter necesario, y por tanto, imperfecto. Los hechos se han impuesto, sin previo consenso. Su nacimiento ha sido casi espontáneo, a consecuencia de su creciente interdependencia. Por eso, la comunidad global, como comunidad necesaria que es, debe guiarse por unas normas y principios del todo diferentes a los que rigen las comunidades políticas intermedias, perfectas e instrumentales. Para los representantes de la filosofía analítica, muchas de las cuestiones de las que la filosofía clásica se ha ocupado durante siglos se deben a un uso erróneo del lenguaje, a errores categóricos entre otros. Eso mismo podemos decir sobre cuanto está pasando con la evolución del derecho global. Existe un error categórico. Queremos aplicar a la comunidad global el mismo esquema que aplicamos a las relaciones entre Estados, o las mismas normas que aplicamos a los propios Estados. Y estamos hablando de algo distinto. De la misma manera que no se puede gobernar una familia con un ordenamiento jurídico estatal, tampoco se puede gobernar la sociedad global como si fuese un Estado. Sería el principio del fin de la vida política. El gran problema de nuestra comunidad global es que las grandes potencias, sobre todo China y EEUU, no quieren, por el momento, desoberanizarse y reconocer que la comunidad global es de naturaleza distinta a la de los Estados. La modernidad nos permitió superar la estructura familiar que se proyectaba en las monarquías y reinados por una estructura instrumental más consolidada como fue el Estado nación. La humanidad aprendió entonces que una comunidad política perfecta como es el Estado no podía regirse con las leyes propias de las dinastías familiares, por muy reales que fueran: que un Jefe de Estado es alguien distinto de un padre, y que una pena impuesta por el ordenamiento jurídico no es exactamente lo mismo que un castigo familiar. La posmodernidad globalizada nos ha mostrado recientemente que la comunidad global no puede ser gobernada con las leyes de los Estados y nos ha dado las herramientas para transformar la comunidad internacional de naciones en una auténtica comunidad humana global, fundada en los principios de solidaridad y subsidiariedad. La construcción de esta nueva comunidad global exige, en primer lugar, determinar qué materias y en qué medida afectan a la humanidad, es decir, qué materias gozan de lo que podríamos llamar reserva de globalidad. En segundo lugar, requiere una reforma profunda de Naciones Unidas, para adaptarla al nuevo paradigma global. En tercer lugar, la creación de nuevas instituciones globales autónomas con respecto a los Estados destinadas a la protección de los bienes públicos globales. Es hora de ponerse a trabajar. Rafael Domingo Oslé es catedrático de la Universidad de Navarra y profesor visitante de Emory University. El famoso individualismo español El País | José Álvarez Junco Al narrar el episodio de Viriato, Modesto Lafuente, en su tan leída Historia general de España, le presenta como iniciador de una milenaria saga española de caudillos o generales salidos del pueblo, protagonistas de proezas que asombran al mundo pero que acaban en derrotas. Los seguidores de
  • 21. Viriato, incapaces de “agruparse en derredor de la bandera de tan intrépido jefe”, se dividieron en facciones que convirtieron aquella gesta en un sacrificio inútil. El “individualismo” español hizo que tanta heroicidad no lograra evitar la “esclavización” de la Península por los romanos. El individualismo, concluía Lafuente, era el mayor defecto de los españoles: a él se debió también que el país se dividiera en reinos durante la Edad Media, como se dividió en juntas frente a Napoleón, lo que prolongó dolorosamente aquellas guerras. Ángel Ganivet, medio siglo más tarde, diría que España se diferenciaba de Europa, y hasta era su polo opuesto, por su ética estoica, su religiosidad intolerante, su creatividad poética, su incompatibilidad con “objetivos materialistas” y su “individualismo enérgico y sentimental”. EDUARDO ESTRADA Al individualismo se refirió igualmente Rafael Altamira, en su Psicología del pueblo español. Y Ortega y Gasset, en su España invertebrada, vio el país entregado “al imperio de las masas” nada menos que desde los visigodos. Esa “rebelión sentimental de las masas”, ese “odio a los mejores”, era para él “la raíz verdadera del gran fracaso hispánico”; de ahí partían los males desintegradores o desvertebradores de España: la insolidaridad, el “particularismo”, el individualismo congénito. Los exiliados en 1939 añadieron al individualismo otro negativo componente del “carácter nacional”: el cainismo, el odio entre hermanos, que imposibilitaba la construcción de una convivencia civil europea, moderna. Solo disentían en la causa de aquel defecto: las guerras sertorianas, los visigodos, la carencia de feudalismo, la herencia árabe, el aislamiento cultural decretado por Felipe II, la represión inquisitorial, el carácter austero e insolidario derivado de la sequedad del paisaje castellano… Pero del arraigado individualismo hispánico no dudaba nadie. La más célebre de las polémicas posteriores a la guerra se libró a miles de kilómetros de la Península, entre Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz. El primero elaboró toda una teoría sobre la “morada vital” española basada en el “absolutismo personal” o “integralismo de la persona”, derivado de la pugna entre —y la represión sobre— las “castas” y la subsiguiente sumisión total de la sociedad a un entramado de poder constituido por el Estado y la Iglesia que oprimía al creador intelectual. Pero en lugar de concluir que eso había ahogado todo individualismo, para Castro eso había conducido a un individualismo de tipo amargado y nihilista. Albornoz, por su parte, pese a declararse positivista y enemigo del Volksgeist romántico, también defendía la existencia de una “forma de ser” española, derivada del medio físico y la herencia y vigente durante milenios, cuyos rasgos constantes eran la rudeza, la violencia, la sobriedad y un “exagerado individualismo”, consecuencia de la sequedad de la tierra (mesetaria, desde luego; como tantos otros, identificaba España con Castilla). En fin, tanto la izquierda como la derecha se han dejado cautivar por esta creencia en un “carácter español” dominado por un disolvente individualismo. Pero ninguno de aquellos análisis fue una descripción aséptica de la realidad ni se apoyó en datos mínimamente verificables. Fueron, en definitiva, llamamientos a la unión, a la represión de toda discrepancia, y residuos del estereotipo romántico de los guerrilleros y las Cármenes. Porque lo que de verdad ha caracterizado a la cultura política española moderna ha sido precisamente la debilidad del individualismo: el estatismo, el corporativismo, el clientelismo, la fuerza de la familia y del grupo sobre el individuo. En ninguna revolución española del XIX y XX dominó el individualismo. La primera Constitución, la “liberal” de Cádiz, carece de una declaración de libertades y no reconoce, por ejemplo, el derecho a no ser católico. La nación sustituyó en ella, es cierto, al rey como sujeto de la soberanía. Pero la nación se atribuyó poderes absolutos, en la senda del revolucionarismo francés que le había precedido pocos años antes. Fue colectivismo autoritario, no individualismo libertario al estilo angloamericano. En el otro gran estallido revolucionario del XIX, el Sexenio 1868-1874, brilló fugazmente alguien como Pi y Margall, que hablaba de la soberanía individual, pero todo se vio anegado, durante el caótico verano
  • 22. de 1873, por una revolución protagonizada por entes colectivos, como los cantones. Llegó más tarde el anarquismo, que pareció confirmar el cliché del individualismo hispano. Pero el anarquismo que dominó aquí fue kropotkiniano, de inspiración populista cristiana; su sujeto mesiánico era una colectividad, el pueblo trabajador, puro y sufriente, y proponía como ideal de sociedad igualitaria la de las hormigas o las abejas, regidas por la cooperación y el sacrificio por la colectividad. Hormigueros y colmenas, vaya modelos de libertad individual. Lo mejor de la tradición político-intelectual moderna estuvo representado por la Institución Libre de Enseñanza, que sin duda dedicó sus esfuerzos a formar individuos autónomos, pero cuya base filosófica era el organicismo y el armonismo de Karl Krause, importado por Julián Sanz del Río a mediados del XIX. Preguntado por qué le había seducido precisamente Krause, filósofo de escaso renombre, el propio Sanz del Río respondió que por la similitud que encontró entre sus principios fundamentales y los del escolasticismo tomista aprendido en su juventud. En fin, al revés que en las películas de Hollywood, el héroe del radicalismo español del XIX y XX nunca es el individuo rebelde, sino una colectividad: el pueblo, la clase, la nación. Raras veces se ve con respeto que el individuo persiga, por su cuenta, fines particulares. La derecha tradicionalista o antiliberal, por su parte, sintetiza religión, orden social y patriotismo en la fórmula “la verdadera España”, en la que no hay espacio para las libertades individuales. En los últimos tiempos se diría que esto ha cambiado, porque parte de la derecha se declara “liberal”. Pero solo lo aplican a la economía, a la privatización de empresas o servicios públicos o al desguace del Estado de bienestar. Hay, sin duda, liberales entre ellos, pero como partido su liberalismo se esfuma ante su intensa política clientelar. Aznar cambió presidentes de empresas privadas, obligó a fusiones, hizo que se crearan empresas para perjudicar a adversarios políticos, desarrolló regulaciones que favorecían a sus partidarios; su intervención en Caja Madrid, sustituyendo a Terceiro por Blesa, merece especial recuerdo. En cuanto a defender e incrementar las libertades políticas, sencillamente no es lo suyo; al revés, “liberales” como Aznar o Aguirre se distinguen por un autoritarismo chulesco que no respeta las opiniones del adversario ni aun reconoce su derecho a opinar. Lo comunitario es, en resumen, la referencia dominante en los programas políticos, el sujeto en cuyo nombre se reivindican derechos. De ahí que sea tan fácil la conversión de excarlistas o exmarxistas en nacionalistas (españoles, catalanes, vascos); transfieren su lealtad de una comunidad a otra. O que los obispos, que durante dos siglos condenaron la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, se sumen tan alegremente a la defensa de “derechos colectivos”. De ahí también el carácter hasta cierto punto engañoso de la Transición a la democracia. Como en 1812, una sociedad que se acostó un día autoritaria se levantó al siguiente demócrata y moderna. Pero no liberal. No es el respeto al discrepante lo que se enseña en la escuela. Y quien gana las elecciones se cree con derecho a ejercer un poder con muy escasas restricciones. El público, acostumbrado a este tipo de retórica desde hace siglos, lo acepta. Pero pagaremos sus inconvenientes. Porque la sociedad ha cambiado. Es moderna, está secularizada, es individualista de hecho; en la vida diaria, los españoles persiguen su bienestar material. El discurso político, sin embargo, no lo refleja. En la retórica al uso siguen dominando las llamadas a la “solidaridad” y las condenas del “individualismo”. Eso dificulta los arreglos. Porque es más fácil partir del individuo y negociar cuotas de bienestar que dirimir exigencias absolutas de comunidades metafísicas, como Euskadi, Cataluña o las “dos Españas”. José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica). La activista, la ensimismada, la escritora
  • 23. Especial Teresa de Jesús OLVIDO GARCÍA VALDÉS | 02/01/2015 | El Cultural Santa Teresa de Jesús de Gregorio Fernández en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid La vida de Teresa de Jesús está llena de momentos en los que se desenvuelve con soltura y enorme poder de penetración. Así, cuando en 1577 -una época bien dura para ella-, regresa al convento de San José en Ávila, visita en su celda a una de las monjas, una joven freila de origen campesino que en ese momento está enferma, como descoyuntada y sin poder moverse. Mirándola a los ojos, Teresa le dice: “Hija, véngase a mi celda, aunque al presente está enferma y sin fuerzas, para acudir a lo que fuere necesario”. Y desde ese momento, Ana de San Bartolomé, que llegará a ser una figura relevante de la reforma carmelita extendiéndola por Francia y Flandes, cambia su papel de enferma por el de enfermera, aprende a escribir, y acompañará hasta el final a Teresa de Jesús como secretaria y confidente, ayudándola y atendiéndola en todo. Esa capacidad práctica y visionaria está en el origen de su proyecto renovador. La que en 1515 había nacido en Ávila de familia judeoconversa es una reformadora religiosa que busca recuperar la raíz ascética del Carmelo primitivo, bien lejos de la vida mundana habitual en los conventos de su época; es uno de nuestros místicos mayores -la vía del recogimiento y la oración interior fue la suya-, y es, claro, la escritora extraordinaria que es. Este año 2015 será de intensa celebración teresiana. Ojalá sirva para leerla y conocerla mejor. Por cierto, ¿cómo la llamamos? ¿Teresa Sánchez?, ¿Santa Teresa?, ¿Teresa de Cepeda y Ahumada? Cada uno de estos nombres tiene un personaje detrás, una historia detrás, no es fortuito su uso; yo prefiero el que ella -que lo supo todo de los nombres, de sus lazos con la honra y el lugar que se ocupa en el mundo- eligió para sí. Cuando en 2001 publiqué Teresa de Jesús, me preguntaba cómo leer a una mística cristiana del siglo XVI, y cómo leerla, además, desde una posición agnóstica como la mía. La suya es una vida bien documentada pero cuya transmisión ha cargado con el peso tremendo de lo hagiográfico y lo ideológico (si no son lo mismo). ¿Quién fue -me planteaba entonces- esa mujer, enferma casi siempre y monja, en cuyos textos oímos hablar un castellano solo comparable al del Quijote, con el que nos cuenta experiencias tan subidas como las de Juan de la Cruz, y que al mismo tiempo funda conventos, dirige una reforma religiosa y se enfrenta con castas influyentes y eclesiásticos poderosos? Y que lo hace todo ya en la madurez, entre sus cuarenta y cinco y
  • 24. sus sesenta y siete años, edad a la que muere. Teresa de Jesús fue una activista y, a la vez, una mística, alguien para quien lo que de verdad cuenta es el amor que siente en su relación con eso abismal, que ella denomina Dios pero que percibe en la figura de Cristo. Quizá esos dos componentes de su ser, tan infrecuentes juntos, su activismo y su vocación contemplativa, la arrastran a una escritura que brota de la necesidad interior -explicarse, conocerse a sí misma-, pero también, de la necesidad de contrastar sus vivencias espirituales con los letrados, los que “saben” y tienen poder para declararlas aceptables o heréticas. Sus textos, apasionantes, son casi todos autobiográficos -con las cautelas, naturalmente, a que su posición de mujer y no letrada la obligan. Esta escritora, reformadora, mística, tuvo siempre el ojo de la Inquisición puesto en ella. Las pesquisas se producen en dos fases: la primera, centrada en el proceso y examen del Libro de la vida, se desarrolla desde 1574 a 1585. Cuando la autora muere en 1582 no ha habido aún veredicto exculpatorio ni definitivamente inculpatorio, y el manuscrito permanece en los archivos del Tribunal hasta 1586. La segunda fase se extiende desde 1589, año en que hay nuevas delaciones respecto a sus libros ya impresos, hasta 1607, veinticinco después de su muerte. Teresa de Jesús o Juan de la Cruz quedaron al lado de acá de la línea que preservaba la ortodoxia, y luego la institución eclesiástica se apropió de ellos concediéndoles honores y santidad (muy rápidamente en el caso de ella, tan carismática -es beatificada en 1614 y canonizada en 1622-; muy despacio, en el de él -beatificado en 1675 y canonizado en 1726-). Con sus mismos escritos podrían haber quedado del lado de allá. Ella no tuvo nada claro, mientras vivió, a qué grupo se la sumaría finalmente y ese temor la acompañó siempre. A veces se me ocurre imaginar cómo podría haber sido Teresa de Jesús en nuestra época. Y pienso en esa otra escritora radical, Simone Weil (pensadora, profesora, sindicalista, anarquista, voluntaria en la guerra civil española, obrera en las fábricas de Renault y en el campo), que fue activista y mística como ella, también de origen judío y absolutamente inmersa en el pensamiento cristiano (así como en el oriental y en el griego). Sus posiciones de fondo, sin embargo, no se asemejan. Para Weil aquel a quien hay que amar (que es también Dios) está ausente; afirmación que no suscribiría la mística española (aunque tal vez sí Juan de la Cruz, Miguel de Molinos...). Teresa de Jesús fue una mujer de su tiempo y actuó con los condicionantes de una mujer de su tiempo (semejantes aún, muchos, a los que las mujeres sufren hoy). Se hace monja no porque desee serlo, sino porque no le queda más remedio -“y aunque no acababa mi voluntad de inclinarse a ser monja, vi era el mejor y más seguro estado; y así poco a poco me determiné a forzarme para tomarle”-, así describe su situación, y evocamos otras figuras socialmente díscolas en la ficción o la vida real: la pastora Marcela, Sor Juana Inés de la Cruz, Emily Dickinson... Ella ansiaba una forma de existencia, como explica a sus religiosas, a la que no sé si todos querríamos adherirnos: “Porque vida es vivir de manera que no se tema la muerte ni todos los sucesos de la vida y estar con esta ordinaria alegría que ahora todas traéis y esta prosperidad, que no puede ser mayor por no temer la pobreza, antes desearla”. Leyéndola aprendemos mucho de la historia de las mujeres y de la historia de este país -de la pasada y de la reciente-, aprendemos de la vida del espíritu y, mucho, del cuerpo; hay que volver a leerla, sí.
  • 25. ...Y tan alta vida espero... Especial Santa Teresa ELENA DEL RIVERO | 02/01/2015 | El Cultural Obras de Elena del Rivero en el Museo de la Inquisición La pieza utiliza las ventanas enrejadas ubicadas en los patios y jardín del Museo de la Inquisición de la ciudad de Cartagena para recrear las rejas de los conventos de las ciudades del sur de España, y también las rejas de las viviendas detrás de las cuales las mujeres del siglo XVI podían conversar con los transeúntes y ser cortejadas por sus amantes sin incurrir en delito. A través de las rejas del museo se pueden observar una profusión de agujas, alfileres y perlas. El acto de bordar y tejer contrasta, aun pudiendo herir (la bella durmiente en el imaginario de los cuentos de hadas), con las prácticas inquisitoriales que se muestran en este museo. Las perlas podría pensarse que hacen referencia a los gustos cortesanos o a la simbología que las asemeja a la condición femenina, o a las propiedades mágicas de la perla de los tiempos medievales. Pero esta instalación está dedicada a Teresa de Ávila, porque desde el convento, único lugar de reflexión y estudio para las mujeres de épocas pasadas, y aún sufriendo los ataques inquisitoriales, traspasó sus rejas y se instaló en el mundo. Mujer contemporánea por excelencia.
  • 26. Perlas, agujas e hilos se esconden en Y tan alta vida espero... (after Teresa de Ávila), uno de los proyectos de la artista Elena del Rivero. En este sentido, las perlas son un homenaje a esta mujer y las he utilizado en el estricto sentido que describe María Zambrano en Notas de un método: “Más allá donde el horizonte se deslíe, se vislumbra la perla naciente, sin envoltura alguna, sola. No está dentro ni fuera de nada: no está, y por ello no puede ser visible mostrándose tan a las claras. Pura claridad de un cuerpo sin espesor ni condensación”. El éxtasis de Santa Teresa LUIS MARÍA ANSON, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA | 02/01/2015 |El Cultural Lo siento, lo siento mucho, pero no me puedo sumar a la hagiografía papanatas de Teresa de Jesús en su creación lírica. La poesía de la Santa no es desdeñable pero no pasa de discreta. La idea de su poema de mayor calado lírico y conceptual -“vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero”- se la sustrajo a Juan Escrivá, que cien años antes había escrito: “Ven, muerte, tan escondida que no te sienta conmigo, porque el gozo de contigo no me torne a dar la vida”. La prosa de Teresa de Jesús es, tal vez, después de la de Cervantes, la más destacada del Siglo de Oro. Asombra su sencillez, la claridad sintáctica, la contenida adjetivación, la música interior. Se recrea la Santa en las formas rústicas no en las literarias. No se envanece nunca. Su estilo ermitaño, como escribió Menéndez Pidal, se refugia en la humildad y la llaneza. Un prodigio. Camino de perfección es la expresión de la belleza por medio de la palabra, el temblor del pensamiento profundo. El libro de la vida, estremece. Las moradas, sobre todo la séptima, elevan el castillo interior que la Santa edifica en el alma. Los Conceptos del amor de Dios se alzan en una tremenda meditación galopante sobre las fronteras de la teología. Tuvo Teresa de Jesús once hermanos. Era, al decir de Francisco Ribera, “de muy buena estatura, y en su mocedad hermosa”. Estuvo dos años paralítica y “sus padecimientos físicos fueron horribles”. Como
  • 27. Don Quijote, se enfrascó en la lectura de los libros de caballería. Hizo frente a su padre que no la quería monja. San Francisco de Borja encauzó su vocación. Se le apareció Jesucristo resucitado. Reformó el Carmelo. Fundó 17 conventos. La orden de los Carmelitas Descalzos se extiende hoy por más de un centenar de países, con 12.000 monjas y 5.000 frailes que mantienen 1.400 conventos. En defensa de la igualdad de género, hizo frente al insoportable machismo de su época. “Basta ser mujer para caérseme las alas”, escribió. Pero lo superó todo. La admiró Cervantes. También Lope de Vega. Se rindieron a su sabiduría Góngora y Quevedo. Fue nombrada Doctora de la Iglesia por el Papa intelectual Pablo VI. Mujer de tan grueso calibre, se evadió siempre del envanecimiento. No presumía de nada. Cosechó agria oposición entre algunos de los suyos. La priora del convento de Valladolid la increpó y la echó de allí con viento fresco. Fue también despreciada por la priora del convento de Medina del Campo. La princesa de Éboli la denunció ante la Inquisición. Sufrió las vejaciones en silencio, sin una queja. Admiró a San Juan de la Cruz, 27 años más joven que ella. Los siglos han situado al autor de Noche oscura en el primer lugar de la historia de la poesía en lengua española. Teresa de Jesús se habría sentido especialmente complacida si hubiera podido contemplar cómo en pleno siglo XX dos poetas comunistas colocaban a Juan de la Cruz en la cabeza de la poesía española. Tuve ocasión de escuchar de labios de Rafael Alberti su admiración por el autor del Cántico espiritual. También le oí a Pablo Neruda expresar lo mismo. Y no me extraña que, conversando con el poeta de Llama de amor viva, Teresa de Jesús entrara en éxtasis. Gian Lorenzo Bernini condensó el arrobamiento teresiano en una bellísima escultura. Poco después de su muerte despedazaron su cuerpo incorrupto, repartido ahora en numerosos lugares: Roma, Lisboa, Alba de Tormes, París, Sanlúcar de Barrameda... Se equivocará, en fin, el Papa Francisco si no viaja en 2015 a España para rendir homenaje a Santa Teresa de Jesús en su V Centenario. No será fácil encontrar ni en el mundo religioso ni en el ámbito literario a una mujer de la dimensión de Teresa de Cepeda y Ahumada, la escritora de la lengua en pedazos, al decir de Juan Mayorga, la mujer “enherbolada de amor”, que escribió como si levitara: “Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó herida en los brazos del amor mi alma quedó rendida; y cobrando nueva vida de tal manera he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado”. Ay, el Cronos del Corrillo SalamancaRTV al Día Casi todos los días atravieso la Plaza del Corrillo y miro de reojo a Cronos, o Saturno, devorando a su hijo en el capitel de la tercera columna... Hoy, uno de enero cuando escribo, apenas pasado el año viejo, ¡tan largo y tan corto!, reúno en breve y escéptico ramo viejos ecos del tiempo que pasa. Ay, el tiempo tan fugaz… diría cualquiera o al menos cualquier poeta o filósofo. Es una vieja herida que el ser humano lleva (La herida del tiempo, título socorrido y recurrente) y que en todas las épocas y culturas le ha obligado a pensar y a tomar medidas cautelares. Tempus fugit sicut
  • 28. nubes (Job 7, 9), se quejaba Job, el impaciente, viendo cómo los días se desvanecen como las nubes. O la advertencia de Virgilio, fugit inreparabile tempus, hablando de siembras y cosechas (Geórgicas 111, 284). Y casi al mismo tiempo su amigo Horacio comprueba con algún desasosiego que Eheu fugaces, Postume, Postume, labuntur anni, donde el nombre repetido duplica el sentimiento de que los años resbalan y se nos van… Es una comprobación llena de sentimiento que atraviesa toda la historia de la humanidad. Y en ella seguimos todos mientras yo paso junto al relieve del dios Tiempo que nos devora… ¡Ay Póstumo, Póstumo, cuán fugaces se deslizan los años! Y recuerdo a F. Villon, P. de Ronsard, J. Manrique, L. de Góngora y a tantos otros con sus versos de mirada profunda sobre la vida, tan plena y tan efímera. Con resultados contradictorios, porque brota una invitación apasionada a vivir el día en toda su potencia y, a la vez, a no descuidar cierto desengaño escéptico como medicina necesaria ante tanta brevedad de la vida y de las cosas. Y entre estas dos laderas hemos cabalgado siglos y siglos con la vida al hombro y sus amenazas sobre nuestra espalda. Los viejos goliardos invitaban a vivir el gozo de cada día para compensar tanta rebaja y lo que luego, ya en el s. XVIII, acabó siendo casi himno de cualquier universidad lo canta una y otra vez, sobre todo en sus estrofas más antiguas: ¡Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus¡ Post iucundam iuventutem, post molestam senectutem nos habebit humus. No necesita traducción. Quizás lo mejor del texto es herencia de los viejos Carmina de Bura sancti Benedicti (s. XII), los conocidos Cármina Burana a los que puso música Carl Off hace ochenta años; bueno, a una pequeña parte y con una música, muy bella, que nunca me pareció adecuada al sentido de los versos, aunque hablando de interpretación y de gustos… Dice el preludio en un latín tan elemental en la forma como profundo en su sentido: O Fortuna, variable como la luna, siempre creciente o menguante. ¡Que vida tan detestable!, ahora oprime, después alivia en juego caprichoso; a la pobreza y al poder los derritió como al hielo. Y efectivamente así seguimos y si así cambia la suerte de la vida habrá que estrujarla con prisa o, en contraria dirección, elegir una sabia indiferencia o un inteligente aprovechamiento. O mezclar sabiamente las tres opciones. Y de todo hubo siempre y de todo hay todavía hoy. A la vista está. Cada uno elige. Y en esto pienso de vez en cuando al pasar junto a Cronos devorando a su hijo. Con el valor añadido de que en estos días es mi cumpleaños y además se nos va el año viejo. ¡Cómo se nos pasa el tiempo! El vínculo esponsal como vocación y misión Editado por Juan Masiá Clavel (Cuestionario del Sínodo. Pregunta 3: ¿Qué se puede hacer para sostener y reforzar a las familias creyentes fieles al vínculo? Pregunta 10: ¿Qué hacer para mostrar la grandeza y belleza del don de la indisolubilidad, a fin de suscitar el deseo de vivirla y de construirla cada vez más? Pregunta 32; ¿Cuáles deben ser los criterios para un correcto discernimiento pastoral de cada situación a la luz de la enseñanza de la Iglesia, según la cuál los elementos constitutivos del matrimonio son unidad, indisolubilidad y apertura a la procreacion? Nota: Tratamos hoy solamente el tema del “vínculo como vocación”. En otros posts, más adelante, trataremos sobre la apertura a la vida). La pregunta 10 trata la indisolubilidad del matrimonio como don y vocación, valor y belleza, meta y construcción; pero la pregunta 32 la ve como elemento constitutivo del matrimonio. Se reflejan así dos talantes diferentes en la comisión redactora de la Relatio (véase, en Religión Digital: “Cuatro talantes en el Sínodo”).
  • 29. Antropológica y evangélicamente, la indisolubilidad es meta y horizonte del proyecto y promesa de los esposos. Canónica y magisterialmente, unidad e indisolubilidad denotan características de la unión con formalidad legal, civil y eclesiástica. Si el antiguo Derecho Canónico (1917) acentuaba la unión esponsal como contrato, el Nuevo Derecho Canónico (1983) acentúa la “alianza, consorcio de toda la vida”, según el Concilio Vaticano II: “comunidad de vida y amor” (Gaudium et spes, n. 48: “communitas vitae et amoris”.CIC, n. 1055: “totius vitae consortium”). El año pasado compartí el estudio del Sínodo con un grupo de los cursos de formación para el laicado, en el centro Shinsei: Verdad y Vida, de la diócesis de Tokyo. Eran personas con experiencia de vida matrimonial, preocupadas por la formación y transmisión de la fe, comprometidas con la renovación de la Iglesia. Respondieron al Cuestionario-Lineamenta para el Sínodo de 2014 (Véase, en Religión Digital: “Recuperar lo humano, revisar lo histórico, redescubrir lo evangélico“). Actualmente se reune ese mismo grupo para estudiar el nuevo Cuestionario-Lineamenta para 2015. Recogiendo las primeras impresiones de dicho grupo de trabajo sobre el cuestionario actual contrastado con el anterior, resumían así: “En el anterior predominaba la preocupación por hacer comprender qué es de ley natural y cómo hacer aceptable el magisterio eclesiástico. Pero el segundo cuestionario insiste en dos puntos; 1) preguntar por la experiencia e iniciativas de los matrimonios, y 2) escuchar el mensaje evangélico. Por ejemplo, el cuestionario actual ve la indisolubilidad, como un don, valor y tarea a construir, en vez de como mera nota jurídica”. Esta observación me dio qué pensar sobre el “vínculo”, según las preguntas 3 y 10, arriba citadas, Para responderlas adecuadamente necesitamos escuchar dos voces: 1) La voz de las parejas que viven con sentido su compromiso con el valor del vínculo esponsal, reconociendo su satisfacción y sus dificultades. 2) La voz de la reflexión antropológica sobre la indisolubilidad como meta de llegada, en vez de punto de partida, y sobre la unión esponsal como proceso humano personal, no meramente biológico. Los trámites que certifican el consentimiento se firman en un momento. Pero la unión de dos personas en comunión de vida y amor no es momento, sino proceso. Se tarda toda una vida en realizarlo, no siempre se logra, a veces se retrasa, se interrumpe o se vulnera. Requiere, en unos casos, reconciliación; en otros, rehacer el camino de la vida; en todos, sanación. La boda es un momento, pero el matrimonio es un proceso. La indisolubilidad matrimonial (no jurídica, sino antropológica y evangélica) no es un carácter sellado a fuego como la divisa de un toro de lidia, sino una meta, fin y horizonte del proceso para hacerse una persona en dos personas. “Serán los dos un solo ser” (Gen 2, 24; Mt 19, 4). Es decir, lo serán... si realizan esa unión a lo largo de la vida, pero no lo son ya automática y mágicamente en este instante de decir “sí, quiero”. (Véase en Religión Digital: “Yugo, vínculo o...comunión?”). Hacer que, mediante la realización de la unión, la promesa se convierta en realidad indisoluble es una vocación y una misión. Nótese que la Iglesia habla actualmente de vocación y misión para comprender la unión matrimonial: vocación de amarse y ayudarse a crecer; misión de unirse y hacer de dos uno; vocación y misión de crear vida, familia y convivencia social. En otro tiempo la Iglesia hablaba de vocación para referirse a la opción por la vida religiosa o consagrada. Hoy no se ven ambas opciones como contrapuestas. Ambas son vocación y misión, que tarda una vida en realizarse y, a veces, no se logra o se frustra. Por cierto, la Iglesia admnite admite razonable y responsablemente, el cese del compromiso de los votos religiosos (“salir de la congregación religiosa con la debida dispensa”) o de la opción por el celibato en el sacerdocio ministerial (“salir del estado clerical con dispensa del celibato”). No es obstáculo para ello la teoría teológica sobre lo que ha llamado el “carácter sacramental”, que el sacramento “imprime carácter”. Del mismo modo podría admitirse también razonable y responsablemente el divorcio y reconocerse una nueva unión, tanto civil como canónica y sacramental. Este es el paso que debería recomendar el Sínodo en sus propuestas al Papa. Este es el problema
  • 30. principal que hay detrás del debate desenfocado sobre dar o no dar la comunión a católicos divorciados y vueltos a casar civilmente. Por eso parece insuficiente la propuesta de limitarse a facilitar las declaraciones de nulidad, sino de reconocer que, aunque la promesa fue auténtica, válida y lícita, se ha producido una ruptura irreversible en su realización “hasta que la muerte los separe” (la muerte física o la muerte de la construcción del vínculo, la muerte del proceso de consumación de la unión). También parece insuficiente la propuesta del cardenal Kasper de un camino penitencial con condiciones para admitir a los sacramentos a esas personas, pero sin cambiar la concepción de la indisolubilidad, ni admitir la evolución fiel y creadora de las doctrinas. (Nota: me refiero a evolución cultural y desarrollo interpretativo-creativo de las doctrinas, como en el Concilio Vaticano II, Dei Verbum, n. 8; no se confunda con evolucionismo en el sentido meramente biológico del término.·"Esta tradición, que deriva de los apóstoles, progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo...".). Prójimo SalamancaRTV al Día Después de escribir sobre temas digamos serios, hoy debo recibir al nuevo año con una sonrisa, más o menos torcida, pero sonrisa a fin de cuentas. Por cristiano y por ciudadano del mundo me toca, y así lo quiero, ver la botella medio llena, ser tolerante y juzgar a mis prójimos con benevolencia. Prójimo es, en general, aquél que la vida pone a mi alcance, le conozca o no. Pues, señor, iba yo por la plaza del Corrillo el día primero del año viendo la cara de esperanza y de aparente felicidad de unos ciento cuarenta prójimos en esa estrecha plaza cuando mis ojos recayeron en unos ‘prójimos’ ausentes. Antes de referirme a esos prójimos –que menudos ‘prójimos’ estarán hechos-, debo confesar que yo también me siento a veces prójimo de los objetos que me rodean, sobre todo cuando son bellos, como la Plaza Mayor o la portada románica de la iglesia de San Martín. Junto a estos objetos bellos hay otros simplemente dignos pero útiles, como un pasamanos que había para ayudar a los mayores a subir las escaleras que conducen a esa magnífica portada. Y digo que había, porque unos prójimos, en ese momento ausentes, lo habían desencajado de sus anclajes a la piedra berroqueña de los escalones y allí yacía, el pobre, hierro contra piedra, en el suelo. Sacando fuerzas de flaqueza –algunos sabrán por qué lo digo- acabé de desencajarlo del suelo con ánimo de guardarlo a buen recaudo en la iglesia no sea que apareciera por allí un chatarrero de fortuna y se lo llevase para sacar unos cuantos euros con los que rellenar el depósito de la furgoneta o tomarse unas cañas. Mi mente juvenil anticipó la operación: ahora lo agarro por el medio y me lo llevo adentro; pero mis brazos jubilados empezaron a protestar por el excesivo peso y no me quedó más
  • 31. remedio que arrastrarlo a duras penas haciendo descansos cada cinco o seis metros. Ciento cuarenta prójimos –con un margen de error de más menos 3,4%- contemplaron la escena, pero nadie se atrevió a echar una mano. Muchos debieron pensar ‘¿qué hace este?’ pero sólo un policía nacional uniformado formuló la pregunta, para hacerse cargo instantáneamente de la situación y añadir inmediatamente: ‘Ah ¿es Vd. el párroco?’ y le di una explicación somera mientras descansaba por enésima vez de la pesadez de la carga camino de la puerta. Pregunta providencial porque dio tiempo a que nos alcanzara un matrimonio amigo también de jubilados; entre los tres hicimos la fuerza de uno y conseguimos colocar el férreo pasamanos a buen recaudo. No era día para cabrearse con el prójimo y menos teniendo que celebrar misa media hora después. La espiritualidad del hombre normal: la sabiduría Isidoro García Gómez, 06-Enero-2015 1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica. 2. Nuestra escala de valores. 3. Tenemos que encontrar nuestro camino. 4. Necesidad de adoptar un marco mítico coherente con nuestras características psicológicas. 5. Tenemos que elegir un buen destino para nuestro camino. *  1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica. Se quejaba T.S. Eliot: “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?. ¿Dónde la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?. Platón, 2.300 años antes ya ponía el dedo en la llaga en su “Protágoras”: “Explícame qué opinas del sabio. (…) porque cuando alguno posee el conocimiento, lo que predomina en él no es éste, sino unas veces la pasión, otras el placer, a veces el dolor, algunas el amor, muchas el miedo (…). El saber es un esclavo arrollado por todo lo demás”.
  • 32. Y es que una cosa es tener información, que la guardamos allá en el rincón cerebral con todo el batiburrillo de cosas de las que nos hemos enterado, otra cosa es tener conocimiento, que lo guardamos un poco más cerca, con las ideas abstractas que hemos elaborado de la información recibida. Y otra muy distinta es la “sabiduría”, que guardamos al ladito de nuestros dos yoes, el operativo consciente y el ocurrente subconsciente, en terminología de Marina, y que está compuesto de esas ideas que por una u otra razón hemos decidido (la mayor parte de las veces inconscientemente), que se transformen en “convicciones” que nos sirvan de pauta y guía de actuación. Estas convicciones entre las que se encuentran nuestras reglas morales tienen un estatus similar al de los postulados en matemáticas. Son ideas indemostrables que se asumen per se, sobre las que luego se construye un universo lógico. Por poner un ejemplo. La información sería el libro o el periódico en bruto. El conocimiento, esas frases del libro que hemos subrayado, o esos trozos de periódico interesantes para nosotros que hemos recortado. Y la sabiduría sería esas pocas ideas-fuerza, o frases cortas, que hemos escrito o recortado y las hemos puesto en nuestra pared o nuestro tablón para que estén permanentemente a nuestra vista. La labor de elaborar conocimiento de la información, es una labor intelectual consciente, de análisis y síntesis. Pero la labor de elaborar convicciones y sabiduría del conocimiento, es una labor en la que el subconsciente tiene mucha intervención. Toda terapia psicológica del tipo que sea, tiene como objetivo, conseguir incorporar a esa zona ejecutiva de la mente, de donde fluye nuestro comportamiento, principios rectores interesantes para nosotros y nuestra felicidad. Porque como reconocía el pensador Wittgenstein “de la lógica no se sigue lógicamente una ética. No hay premisas lógicas de la felicidad”. Una cosa es el conocimiento consciente que tenemos y otra el conjunto de nuestro saber operativo, el que esculpe nuestro sistema de comportamiento y en el que nuestro subconsciente tiene voz y voto. Todos tenemos nuestro tarrito de sabiduría. Pero como en todas las cosas, la hay de oro y la hay de chapalata. Como decía Cernuda: “Ahora la estupidez sucede al crimen”. Y es que desde que Caín ha sido absuelto por la moderna psiquiatría, diagnosticándole de pobre loco, la humanidad ha descubierto su verdadero pecado: la estupidez. Pero también con la estupidez pasa lo mismo que con el colesterol, que la hay de dos clases: la “buena” y la “mala”. La “buena” sería la estupidez natural, la que proviene de nuestras limitaciones congénitas naturales, de nuestra erraticidad mental, que hoy piensa una cosa y mañana quizás otra. Esa estupidez que hasta puede llevarnos a hacer cosas sublimes como el hacernos creer libres, cuando en realidad como decía Bob Dylan, “hasta los pájaros están encadenados al cielo”. Esa estupidez es innata y por tal inevitable, salvo salto evolutivo genético, natural o artificial, y por ello debemos llevarla con dignidad y resignación. Pero la estupidez peor es la “mala”, la evitable, y consiste en equivocarnos por pereza o error de discernimiento, y equivocarnos dando importancia a cosas que no la tienen y viceversa. En colocar unas ideas en una caja o en otra. Y se da cuando preferimos un billete de 55 euros, a uno de 20. Y eso nos sucede mucho en el mundo de las ideas.  2. Nuestra escala de valores La gran mayoría de la población, sufrimos de una serie de disfunciones como complejos, traumas y demás, pero además una de las mayores fuentes de problemas y sufrimiento es la inadecuación de nuestra superestructura cultural, que está en la caja fuerte de nuestra sabiduría, donde archivamos ese saber no-científico que no busca demostración pero que es tan próximo e intuitivo que para nosotros es verdadero y que se manifiesta en esa clase de axiomas que llamamos creencias, algo que siempre mantenemos en el silencio de lo no verificable por la ciencia. Lo malo es que en ese conjunto de creencias hay un porcentaje mayor o menor de “falsas creencias”. Nos enseña Francisco Traver que “la idea de falsa creencia fue acuñada por el Albert Ellis”, y se basa en