La prudencia es una virtud que consiste en tomar decisiones prudentes y hacer el bien. Existen virtudes humanas y teologales, siendo la prudencia una virtud cardinal humana que guía a las demás. La prudencia implica distinguir el verdadero bien en cada situación y elegir medidas adecuadas para alcanzarlo. Epicuro valoraba la tranquilidad del alma y la ausencia de dolor, no el placer sin medida, pues esto lleva a una vida imprudente.