1. Las Últimas de los Leales
Sabado 29 / Domingo 30 de Septiembre 2007 - Nº 2
3º Encuentro
de la Familia Leal
Arbol Genealogico
para completar.
2. Editorial
Se acaba septiembre mi alma, los bolsillos están estrechos
nos vamos a Rapel .... ¡a preparar los pertrechos!
El nivel de alcohol esta en su capacidad casi total,
pero no es excusa para ,como ya es tradición,
juntarnos en honor a todos los que llevamos el apellido Leal.
Esta es la 3ºreunión y esperamos que sean muchas mas,
a los Palacios Leal por Rapel, les agradecemos desde ya
El compadre Meléndez hay si, prepara los asados
mientras todos los Leales toman hasta quedar doblados.
Las cabañas ya están arrendadas cerquita, no será una lata,
el que se queda hasta el domingo, como y festeja el doble
por la misma plata.
Celebramos Cumpleaños, el del Camilo , Alfonso el Abarca y el
Tata el que no llega en auto tendrá que llegar a Pata.
Se va acabando la paya, el diario y la editorial
celebremos como nunca en honor al apellido Leal.....salud.
Los Leal Badani por Macarena Palacios Leal y el recuerdo de
Pedro Leal Pizarro.
Jaime y Celia, Un Amor de Barrio por Marcea Careaga Leal
Los Leal Diaz por Carlos Leal Diaz
Invitamos a todos a enviarnos su historia para futura publicaciones
El Leal o Las Ultimas de los Leales: es una publicación Anual que se edita en los talleres graficos
de Luna comunicaciones Ltda. Los Leales escritores de este numero fueron: Macarena Palacios
Leal / Carlos Leal D. / Marcela Careaga Leal. Los. Los Editores y Dierectores son Patricia Leal
Badani y Ricardo Soto Leal, Todos Domiciliados en Santiago y Huenos p´al vino. Los articulos
son de esclusiva responsabilidad de quienes los escribieron. Toda Publicación total o parcial de
este Diario tiene toada nuestra autorización.
En Santiago, Rapel y Chile / Septiembre de 2007.
3. La historia de los Leal Badani
Corría el año 1938 en la ciudad de Los Andes,
cuando Pedro Leal Pizarro alias “el Tata”
trabajaba en la agencia El Ferrocarril, que
funcionaba en aquella época como casa de
préstamos. Como encargado de hacer los boletos
estaba en la tienda y una tarde cualquiera se
acerca Doña Lidia acompañada de Berta, la
joven y simpática hija de Don Justo Jelón
Badani. En repetidas ocasiones se
encontraron en la tienda, comenzando así
una bonita mistad.
Todas las tardes, al volver a casa después
de trabajar, el Tata montado en su bicicleta
pasaba por su casa, ella lo esperaba en su
ventana y así muy discretamente se inicia el
romance cuyo principal testigo era el Teatro Andes
donde todos los domingos iban juntos a la matiné.
No pasó mucho tiempo para que Justo el hermano
de Berta se enterara del idilio, dando autorización
oficial para que Pedro pueda visitarla en su casa y
aprovechando la oportunidad de una fiesta familiar
para presentarlo.
Pololearon hasta el día 13 de enero del año 1941
fecha en que contraen matrimonio en la iglesia de Los
Andes formando la Familia Leal Badani.
Al poco tiempo los recién casados se
trasladan a vivir en Santiago, ya que
Pedro gana un concurso de la Revista
Vea “Buscando a las mejores voces del
pueblo”; de esa forma junto con iniciar una éxitosa
carrera artística se da inicio además a la vida de los
cinco hijos del matrimonio
Leal Badani: Berta (Betty),
Pedro, Rosa, Patricia y Pablo...
de ellos 16 nietos, 25 bisnietos y un
tataranieto... y así la historia nunca
4. acabará, ya que cada año a fines de septiembre recordaremos en esta fiesta
lo que partió una tarde cualquiera en la ciudad de Los Andes.
Hoy Berta ya no esta con nosotros pero el recuerdo y el cariño de Pedro Leal,
hijos y familia sigue vivo para siempre en nuestros corazones.
La historia con la negra linda Ester Soré comienza cuando Pedro Leal, ya
con una gran carrera artística por delante inicia un dúo junto a Rodolfo,
llamado los Hermanos Leal. Sin embargo, cuando Rodolfo se casa decide
dejar a un lado la vida de artista y Pedro forma Los Baqueanos. Mientras
que ella nombrada Miss Radio en el año 1939 ya era famosa, no se conocían
aún pero se encontraban en los festivales a los que asistían y diversos lugares
donde actuaban como el Pollo Dorado.
En alguna de esas conversaciones de madrugada Pedro le pasa a Ester las
canciones “Candelaria Pérez”, y “Los colores de mi bandera” ; entre otras,
para que ella las cantara en la Radio Pacífico ubicada en el Portal Fernández
Concha. Llega el día del estreno en la radio y ella lo invita para ser presentado
como el autor.
Años más tarde, para el mundial de 1962, el dúo Leal del Campo formado
por Pedro y Germán son elegidos para cantar en la inauguración. Para la
segunda presentación, los organizadores le piden al dúo integrar una imagen
femenina a al espectáculo, ellos se lo piden a la
negra linda, la cual acepta de inmediato.
Es así, como cada tarde de mundial Pedro y Ester
veían los partidos y ese fue el comienzo de una
historia que duró 34 años, de la cual nació un
gran amor de Ester hacia la familia de Pedro y
para nosotros
la oportunidad
de tener una
madre y
abuela más.
5. Jaime y Celia: Un amor de barrio
Año 1948. Los Leal Pizarro viven, desde hace algunos
años, en Cueto 1424, y los Careaga Rodríguez llegan a vivir
a unas casas nuevas en Yungay al llegar Cueto. Ambas
familias están marcadas por el matriarcado y tienen en
común que, habiendo sido numerosas, ya se han jibarizado
por las partidas de los más viejos, los casorios y ansias de
libertad de algunos.
La abuela María, siempre tan bien pensada y con su espíritu sano y humilde, deja que sus hijitas -Celia y Gela-
salgan a jugar a la pelota a la calle con sus hermanos Hugo y Nilo. Celia, que es la mayor y más amistosa, invita
a sus compañeras de las monjitas. Todos ellos con los primos Jano y Lalo Leal Durán que viven cerca y otros
vecinos como los Hermanos Mira y la Filomena Díaz se hacen amigos y se juntan a jugar frecuentemente en el
barrio.
Jaime mira desde lejos y con ganas de pertenecer al grupo.
Cuando Celia y Jaime se conocen, ella con 14 años y el con 19, ya tienen algunos kilómetros recorridos. Entre las
conquistas de Jaime se cuenta a la simpática Perla Cohen, con quien conservamos hasta hoy la amistad, y a la
Chela Serrano, solo por mencionar a algunas. A Celia hombres no le faltan: sus hermanos siempre llevan amigos
bancarios a casa como el gran Toño Carreño y al fornido Fajuri, sin embrago, solo le brillan los ojos cuando se le
menciona al Fito Mira y a su primo: Aldo.
Celia aun recuerda que Jaime también puso sus ojos en una de las hermanas Mira, pero ya todo es historia.
Los Careaga y los Leal, mientras viven en el mismo barrio, nunca cultivan la amistad. Las futuras consuegras –
María y Amparo - no comparten, solo intercambian saludos de cortesía, las hermanas de Jaime –Nena y Mirtho-
tampoco se involucran con el grupo del barrio.
Volviendo a la historia, pasa la navidad del año 1948 y el 26 de diciembre Celia recibe la declaración de amor de
Jaime, la que se sella con el primer beso la noche de año nuevo.
Aquí parte una nueva vida, ambos dejan sus estudios, Jaime comienza a trabajar en la Arrocera Orsini, todos le
dicen a Celia que no se haga ilusiones porque cuando los hombres trabajan les cambia la vida y se olvidan de todo.
Pasa el tiempo y el pololeo sigue, los Leal Pizarro se cambian a General Mackena 1518, Jaime se compra una
moto para ir a visitar a su amor, se establecen lazos de amistad fuertes con Nilo, Hugo, Rudy, los Pérez García
y tantos otros que durarán toda una vida.
Pasan casi cuatro años de pololeo, frecuentan los Cine Minerva y Colón, las plazoletas del barrio, los helados
Rueda de la calle San Pablo y todos los lugarcillos propicios para el romance.
Un par de meses antes del casamiento, en una comida en casa de la abuela Amparo con sus dos hijas Nena y Mirtho
y La Abuela María, Nilo y Celia se formaliza el compromiso. Se efectúa el 14 de diciembre de 1952.
El tío Pancho y la abuela María llevan al altar a Celia, lo mismo hacen , el tío Gastón –hermano de Jaime- y la
abuela Amparo con el novio, se casan en la Iglesia de la Plaza Ñuñoa y la fiesta de matrimonio se celebra en la
casa del tío Pancho, en la calle Juan Godoy.
Año 2007: Jaime y Celia llevan casi 55 años de matrimonio, siguen juntos, a veces no los entendemos mucho.
El sigue trabajando, se dedica además: a barrer el patio, a mantener el palto y la higuera, a sus canarios e
inseparables, a rabiar con los nietos y al club de Tobi con su cuñado Rudy y los amigotes del barrio. Le jura amor
eterno a ella.
Ella es más polifuncional. Se dedica a su casa, a la gimnasia, a disfrutar a sus nietos, a la vida social, a visitar
a sus cuñadas, a sus hermanas y a sus amigas, a leer, a limpiar, a cocinar, a ordenar closet , a conversar con las
vecinas, a recibir visitas en la casa, etc., etc., etc. No necesita jurarle amor eterno a él.
6. Breve reseña biográfica de la Familia Leal Díaz.
Francisco Oscar Leal Pizarro nació en Antofagasta el 7 de Febrero de 1920. Fue el hijo mayor de diez
hermanos, dos de ellos fallecidos a temprana edad. Sus padres fueron don Francisco Lorenzo Leal Rubio,
ciudadano de ascendencia española avecindado en el norte del país y de doña María Pizarro Lemus, quienes
después de un tiempo de establecidos en Tocopilla, viajaron primero al puerto de San Antonio en busca de
mejores perspectivas de trabajo y luego partieron a Los Andes, lugar donde conoció a Juana Rosa Díaz
Montenegro quien sería su primera esposa. Ella nació el 27 de Agosto del año 1921 en un hermoso balneario
costero conocido como Zapallar desde donde emigró a Los Andes; era hija de don Pedro Díaz Valencia y de
doña Rosa Montenegro Azócar.
Según consta en el Registro Civil de La Cisterna, en Santiago, bajo la Inscripción Nº 107, año 1941, Registro
Nº 1, el matrimonio entre Francisco Leal Pizarro y Juana Díaz Montenegro se celebró el 20 de Abril del año
1941, siendo sus testigos don Pedro Leal Rubio, Doña Rosa Durán y don Zenén Miranda. El nuevo y flamante
matrimonio se radicó en Santiago.
Instalados en Santiago y haciendo uso de sus estudios de contabilidad, Francisco logró un puesto de trabajo en la
tienda “Paris” y luego entró de planta al Banco Español de Chile. Así, pudo abrirse paso en el área bancaria donde
hizo carrera y su desempeño lo llevó luego a escalar posiciones en el Banco Israelita, llegando a desempeñar cargos
de jefatura, lo cual significó para el matrimonio Leal Díaz, una época de estabilidad financiera y familiar.
Luego de un tiempo, el progreso y las reformas organizacionales de las
instituciones bancarias junto a la carencia de un título profesional
universitario, hicieron que fuera despedido de su cargo, luego de varios años
de servicio, otorgándosele una jubilación anticipadamente. En ese entonces el matrimonio Leal
Díaz había constituido ya una familia conformada por tres hijos; María Rosa, Francisco
Rodolfo y Carlos Hernán Leal Díaz.
Con la indemnización recibida, formó una sociedad con algunos amigos conocidos, con quienes
instalaron el restaurant “El Pescadito Frito” en el barrio de Estación Central, llegando a ser éste,
con el transcurso del tiempo, uno de los más populares de Santiago. Sin embargo, malos manejos
administrativos y financieros por parte de uno de los socios, los llevó a la quiebra y las deudas impagas
tuvieron que ser asumidas por Francisco, lo cual lo llevó a vender su casa en La Reina, su auto y otras
especies de valor, quebrándose con ello la estabilidad familiar y económica del matrimonio. En el intertanto,
la familia había crecido a cuatro miembros, con la llegada de Juan Andrés Leal Díaz.
Luego de la amarga experiencia laboral vivida anteriormente, la
familia se fue a vivir a calle Tocornal y Francisco se hizo representante
artístico del conocido conjunto folclórico nacional de Silvia Infantas
y Los Baqueanos, con quienes tenía no sólo lazos familiares y afectivos
ya que uno de sus integrantes y una de las principales voces era de
su hermano, Pedro Leal Pizarro, sino que además, había podido
incursionar en el campo de la creación artística escribiendo la letra de
muchas de las canciones que ellos interpretaban dentro de su vasto y
hermoso repertorio.
Con ellos viajó dentro y fuera del país, alcanzando a disfrutar del éxito nacional e internacional del
conjunto, viviendo en este pasaje de su existencia, una de las anécdotas más sobresalientes de ella, que
fue la de vivir en persona, el estallido de la Revolución Cubana mientras se encontraba en ese país
haciendo los preparativos para una gira del conjunto. Ello lo mantuvo encerrado en un hotel de La
Habana por varios días con otros pasajeros y luego logró asilarse en la embajada de Chile en Cuba,
hasta que se produjo la entrada de Fidel a la ciudad con todo lo que ello significaba. Luego de su
regreso al país, siguió en su función de representante artístico hasta que se produjo la ruptura del
conjunto en el año 1960.
Con la llamada “fiebre de la anchoveta” en el norte de Chile,
Francisco partió a Iquique a trabajar en la Pesquera Capricornio.
Se fue en un inicio solo, a tentar suerte e instalarse y luego de algún
tiempo, partió el resto de la familia, específicamente Juanita con
sus tres hijos ya que María Rosa terminaba sus estudios normalistas
y luego se casaría. Pero el negocio de la pesquera no prosperó para
él y entonces aceptó la administración de una faenadora de aves y
distribuidora de frutas y verduras en Iquique. En ella conoció a
Paulina Choque, de quien se enamoró y ello lo llevó a la separación
con Juanita, quien regresó a Santiago a fines del año 1966.
Francisco y Paulina, luego de permanecer un tiempo juntos en Iquique, viajaron a Arica donde se establecieron con un negocio. De
este segundo matrimonio, nacieron Claudia, Oscar y Gonzalo Leal Choque.
Sin embargo, algunos años después, producto de una prolongada enfermedad, Paulina es internada grave en un centro asistencial
especializado en Santiago, donde fallece.
Luego de este lamentable hecho, al poco tiempo Francisco decidió retornar con sus hijos a Santiago, donde, algunos años después,
luego de una progresiva e irreversible enfermedad, se durmió para siempre, buscando el descanso eterno, el 1º de marzo del año 1998.
7. Juanita Díaz Montenegro
Fue la cuarta hija de una numerosa familia de ocho hermanos. Descendiente de una familia modesta y
numerosa, comenzó a temprana edad a trabajar como asesora del hogar para una acaudalada familia
del barrio alto de Santiago, hoy Providencia.
Desde muy pequeña mostró grandes habilidades manuales lo que la llevó más tarde a tomar diversos
cursos de costura, tejidos y de bordado, incursionando además en la pintura en género y en diversas
técnicas de la cerámica, alcanzando el título técnico de Artesana. Ello le serviría más tarde, luego de la
separación con Francisco, como un medio para generar recursos para el mantenimiento de su hogar y la
educación de sus hijos.
En este período y por varios años, se hizo cargo de la administración del local de Irarrázaval de la
Tintorería Lutecia y posteriormente se trasladó a la sucursal de Providencia, luego de establecer su
domicilio en un departamento de la misma comuna.
Mantenía además en su hogar, un taller de costura haciendo en él diversos trabajos a pedido para
tiendas y a particulares. Más tarde y una vez que sus hijos emigraron a hacer su vida de casados, recibió
durante mucho tiempo como pensionistas, a un variado grupo de universitarias y universitarios que
compartieron con ella sus cuidados maternales, sus regaloneos, su cariño y su amor de madre, así como
las delicias de su sabrosa e inolvidable cocina.
Además y luego que terminó su tarea de darle educación universitaria a sus hijos y gracias a esas
circunstancias que le ofreció la vida, como premio también a su generosidad, dedicación y entrega, pudo
viajar en varias ocasiones al extranjero, visitando a su hijo adoptivo Yamil en Brasil, luego a su hijo
Francisco que se había radicado en México, llegando a visitar también a su hijo menor Juan que se había
radicado en Estados Unidos.
En Santiago disfrutó sus últimos años con sus nietas, nietos, bisnietas y bisnietos que le dieron María
Rosa, Francisco y Carlos, dejando en todas ellas y en ellos, imborrables recuerdos.
Juanita Rosa se durmió para siempre una tibia tarde de primavera, el 10 de Noviembre del año
2004 para ser exacto, sobre el verdor de su jardín, abrazada por las flores que en ese momento
regaba, mirando el cielo azul con sus tremendos ojos verdes.
9. Breves
de los Leales
Aqui el descubrimineto del
porque estan los Soto Leal,
Leal Soto y todo el
enredo entre ambas familia.
Diario del 15 de Agosto de 1938
Del Colegio Corazón de María en
Antofagasta.
Miren la Mirada de Vivian Leigh a Pedro Leal P.
quot;Lo que el viento se llevo solo el tata lo sabequot;
En la Tercera del 25/09/2007
11. Los Igualitos...
do
ura
ens
C
Pongale nombre a estos pequeños Mozuelos
Solución a Ponche de Letras
12.
13. Árbol Genealógico Familia Leal Pizarro,
Revise, corrija y Complete su rama.
Francisco Leal Rubio(+) casado
con María Pizarro Lemus(+)
Francisco O. Leal P.(+) casado con Pedro A. Leal P. casado con Rodolfo Leal Pizarro casado Mª Ariel Leal Pizarro casada Danilo Leal Pizarro casado Celia A. Leal Pizarro casada Angela Leal P. casada Hugo Leal P. casado
Juanita Diaz Montenegro(+) Berta Badani A.(+) y en 2º instancia con Chalía Guardia con Roberto Astudillo(+) con Eliana Recabarren(+) y en con Jaime Careaga con Rodolfo Mery con Emerita Fuentes
con Marta Yupanqui(+) sin hijos 2º instancia con Tia Lucrecia
2º matrimonio de Hugo Leal
2º matrimonio de Fco Leal P.
con Julia
con Paulina Choque(+)