Un niño llamado Daniel asistía a una antigua escuela ubicada sobre un cementerio indio. Los fantasmas de los indios querían hacer daño. Un día, los fantasmas hicieron invisible al profesor de ciencias sociales Hernán. Daniel descubrió el rostro de Hernán atrapado en un espejo y lo liberó, rompiendo el espejo. Luego, Daniel y los demás excavaron para sacar las tumbas y alejar a los fantasmas de la escuela, aunque faltaba la tumba del jefe indio, que podría destru