2. Al día siguiente me sentí muy mal por Sara, pero no desgracia apenas empezaba, en
ese momento entraron dos guerrilleros junto con Sara y frente a mí, mataron a mis
tres compañeros de celda, me dijeron que me pasaría lo mismo si volvía a decir
alguna palabra, y luego se fueron.
Esa tarde me azotaron hasta hacerme olvidar lo que Sara me había dicho y
cambiaron mi sabrosa ración de alimento por el pan mas duro que puede existir en
este mundo, juré que nunca lo comería.
Durante la noche estuve pensando en mi familia y tratando de recordar lo que dijo
Sara sin cerrar un solo ojo, no pude recordar nada mas que lo ultimo que dijo Ramón
antes de morir: El que deja que le sometan y que controlen su pensamiento no es
mas que una rata.
A la madrugada, entre el tronco y el sueño llegaron los 2 guerrilleros, me mostraron la
ubicación de mi maleta con las palabras “olvídate de ella” y me dieron una
golpiza, hecho que al parecer era el día a día de todos los que eran llevados contra
su voluntad a aquel horrible lugar; después del dolor volvieron a sacarme de mi celda
con la aparente intención de llevarme a otra, lo único que pude hacer fue rezar por mi
salud.
3. Me llevaron a una choza improvisada y forrada con plásticos, donde habían por lo
menos 15 personas mas, aquel lugar olía muy extraño.
Entre momentos de angustia y desesperación causados por mi claustrofobia y mi
necesidad de ver a mis seres queridos pasaron 3 tristes tarde llenas de dolor y ganas
de morir.
Al cuarto día de mi secuestro recordé que mi puñal seguía en mi maleta, la cual
estaba en el dormitorio de aquel orangután y me decidí a recuperarla y a escapar
cuanto ates de ese horrible lugar.
Todos estos días había aguantado hambre ya que me negaba a comer rocas en forma
de pan que intentaban darme a diario. La comida no era la gran cosa, pero venía con
un tener cosa que robe y mantuve escondida hasta la noche.
Aquella noche las F.A.R.C estaban de fiesta y nosotros debíamos tratar de dormir en
aquella triste jaula, recordé que tenía el tenedor enterrado al lado del candado que
mantenía cerrada la puerta, lo saque con un rápido movimiento y sin que se dieran
cuenta destroce el candado y corrí al dormitorio del jefe a recuperar mi maleta.
4. En este lugar el desorden dominaba y todo estaba revuelto. Después de 2 tediosas
horas de búsqueda al fin apareció, pero ya era tarde, pues los guerrilleros habían
vuelto, aunque estaban borrachos y no se dieron cuenta de que yo faltaba en la
prisión, me escondí debajo de la cama del líder y estuve allí toda la noche esperando
la mas mínima probabilidad de escapar.
A las 2 de la madrugada del día siguiente yo había logrado salir del dormitorio y me
encontraba corriendo a toda prisa con el norte como mi destino, así llegaría al árbol
donde me estrelle y podría sacar algo de agua del bolsillo de mi ala delta.
Al alcanzar el árbol decidí seguir el noreste, pues solo de esa manera lograría
escapar del territorio de las F.A.R.C. y ocultarme en la selva.
A mitad de comino encontré una pequeña hacienda campesina que parecía estar sola
de momento. Aquella casa poseía un barrizal lleno de cerdos, sin pensarlo dos veces
saque mi puñal y me abalance contra uno de ellos, el cual sangro el único liquido que
bebí en días. Prendí una pequeña fogata con un árbol seco y cocine todos los restos
del porcino, ese momento fue el mas glorioso de todo el día, después de
terminar, enterré los huesos cerca del barrizal para que creyeran que fue un perro y
continúe mi rumbo.
5. Todos estos años, tuve por claro que sobrevivir era fácil, pero no lo era, era el deporte
mas duro que había probado en toda mi corta y feliz vida.
El tiempo corría mas rápido que yo, pues ya era de noche de nuevo, me dispuse a
dormir, pero no fue un clásico sueño el de ese día, era una especie de mensaje del
futuro que probablemente me había enviado el que antes me salvo de morir estrellado
contra el árbol en el que yacía mi ala delta, mi sueño revelaba unas imágenes: aquel
hombre que me había secuestrado se encontraba cerca de mi ala delta y miraba lo
que parecían ser mis huellas, luego los dueños del cerdo, al lado de sus respectivos
huesos miraban furiosos las hullas del que al parecer se comió a su animal y por último
unos vagabundos armados deambulaban cerca de mi posición actual, en ese momento
desperté, aún era de noche, volteé la mirada hacía atrás y divise unos granjeras que
corrían con sus bates como si quisieran matarme, miré mas atrás y vi que a no menos
de un kilometro me miraban y apuntaban con lo que parecía ser francotiradores desde
vehículos los responsables de mi secuestro y que a un poco mas de unos 50 metros
unos vagabundos con pistolas corrían hacia mi, recordé el sueño y con una cara de
pánico tome mi maleta y comencé a correr como si no hubiera un mañana, ya que
probablemente no lo tendría si me quedaba quieto, en ese momento me sentí como
Usain Bolt y pensé que estaba volando en mi ala delta, fue una sensación
increíble, indescriptible con palabras e irrepetible que nunca olvidaría, no pude evitar
gritar “woo hoo” debido a la increíble velocidad a la que me encontraba.
6. Lentamente fui dejando atrás a los vagabundos quienes se cansaron y pararon, los
granjeros se quedaron golpeando a los vagabundos creyendo que habían sido ellos
quienes se habían comido al cerdo y volvieron a su granja y los guerrilleros
secuestraron a los vagabundos, pues al parecer también eran prófugos, aunque el
líder de estos se bajo del vehículo y se quedo mirándome como si yo hubiera cruzado
una frontera invisible que el no se atrevía a pasar.
Al cabo de un rato llegue a la jungla, donde me relaje y aproveche lo que quedaba de
la noche para dormir. Pero esta vez fue peor que la anterior, pues al despertar me
encontraba en una jaula diferente, pero esta no le pertenecía a las F.A.R.C., esta vez
me encontraba privado de mi libertad en un campamento del ejercito de liberación
nacional (E.L.N.)
A pesar de que estos eran mas generosos y nos daban carne a la hora de comer, yo
volví a ser un recluso mas de los grupos al margen de la ley y esto ya comenzaba a
molestarme.
Lo peor de todo era que mi maleta no se encontraba allí, la habían dejado al lado del
árbol donde me quede dormido la noche anterior. Debía encontrar la forma de
recuperarla, pues dentro de ella se encontraba mi puñal, lo necesitaba si quería
sobrevivir.