Las Bienaventuranzas recitadas por San Juan Pablo II; recordemos siempre estas promesas de nuestros Señor que nos impulsan a seguir en su camino. En medio de lo pasajero que vivimos nos ofrece la felicidad eterna, felicidad que ya desde hoy podemos experimentar si estamos a su lado. Nosotros ofrezcámosle nuestras vidas, nuestras acciones, nuestras alegrías y nuestros momentos de tristezas; abandonémonos en su Amor confiados en que todo pasará y en que tenemos su Amor, su Paz y su Consuelo.