El documento debate si las ciudades deben diseñarse en función de los automóviles o centrarse en las necesidades de las personas. Más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, donde el aumento del uso de automóviles ha generado problemas como la congestión y contaminación. Un enfoque centrado en la persona busca promover alternativas de transporte sostenibles como el transporte público, ciclismo y caminar, lo que mejora la calidad de vida y salud de las personas y fomenta una mayor cohesión social.