Bernia ha estado sometida desde tiempos inmemoriales a una intensa actividad humana y esa presencia ha dejado huella por toda la sierra que además fué una belicosa frontera, esconde también mágicas y antiguas leyendas de la época en la que árabes y cristianos batallaban por controlar esas tierras. El Fort de Bernia es, precisamente una de esas huellas humanas.