El gallo viejo desafía al gallo joven a una carrera alrededor de la granja para determinar quién tendrá el control del gallinero. Aunque el gallo joven se burla de las posibilidades del viejo, este logra mantener la delantera. Mientras observa la carrera, el granjero dispara y mata al gallo joven, lamentando haber comprado otro gallo homosexual. La moraleja es que la edad y experiencia superan a la juventud.