El documento analiza las diferencias entre dos tipos de adoradores descritos en Génesis: Abel y Caín. Abel ofreció a Dios los mejores animales de su rebaño con fe en Cristo, mientras que Caín sólo ofreció frutos sin expresar fe. También discute la adoración de Abraham y Jacob, quienes levantaban altares y hacían votos a Dios con reverencia y confianza en sus promesas. La conclusión es que la adoración verdadera se distingue por tener a Dios como centro y producir decisiones