Este documento discute el lenguaje de texto abreviado (SMS) y cómo podría afectar la comunicación. Señala que aunque este lenguaje puede hacer que los mensajes sean más cortos y rápidos, no es universal y cada idioma tiene sus propias reglas de abreviación. También sugiere que este estilo característico de los adolescentes podría limitar las conversaciones cara a cara al reemplazar palabras por símbolos y no incluir entonación o lenguaje corporal.