La leyenda cuenta que un joven peregrino alemán llamado Hugonell fue falsamente acusado de robar una copa por una chica que se enamoró de él. Fue ahorcado, pero Santo Domingo de la Calzada mantuvo su vida. Sus padres escucharon la voz de su hijo y le contaron al Corregidor el prodigio. El Corregidor dijo que Hugonell estaba vivo como el gallo y la gallina que iba a comer, los cuales saltaron y se pusieron a cantar.