Soraya tuvo que asumir el liderazgo a los 16 años cuando la nueva subdirectora de su escuela en Nicaragua tomó decisiones que afectaron negativamente a la escuela, incluyendo el despido de maestros sin justificación. Soraya redactó una carta firmada por todos los estudiantes expresando sus preocupaciones a la organización de la iglesia que dirigía la escuela. La organización habló con la subdirectora y algunas maestras fueron reincorporadas, mejorando el rendimiento académico. Soraya aprendió la importancia de