La estimulación temprana se aplica a niños desde el nacimiento hasta los 5 años, que es cuando ocurre el máximo desarrollo neuronal. Tiene como objetivo ayudar en la formación del cerebro y en el desarrollo de capacidades a través de estímulos adecuados, influenciados por factores ambientales como la nutrición, el cuidado y el afecto. Promueve el crecimiento integral del niño.