El documento ofrece consejos para disipar la ira, sugiriendo dejar que el Espíritu de Dios nos guíe a ver las cosas desde Su perspectiva y enfríe nuestro enojo. Recomienda respirar profundo, orar y pedir paz antes de expresar molestias, y esperar a calmarse para hablar con cuidado sobre sentimientos. Citas bíblicas enfatizan la paciencia y abandono de ira.