“Lo que no ha cambiado” son una serie de reflexiones con las que reivindicar algunas verdades que se han manifestado en el contexto actual pero existían antes del Covid19. Verdades que demuestran el potencial humano que ciertos territorios pueden llegar a tener para la construcción de una marca.
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LO QUE EL COVID19 NO HA CAMBIADO. Territorio nº1 "La cocina en casa"_Por Leticia Michelena
1. Llegó a nuestras vidas.
Nadie lo esperaba.
No sabíamos lo que era.
Ni lo que podía provocar.
Estamos más en casa, más que nunca.
Nuestra vida está aquí, sólo aquí.
Estamos limitados.
Pero ¿hemos cambiado?
No estrictamente.
O al menos no en lo esencial, en lo importante.
Tal vez lo hemos rescatado, recuperado.
Pero seguimos siendo lo que somos y hemos sido siempre.
LO QUE EL
COVID19 NO HA
CAMBIADO
“Lo que no ha cambiado” son una serie de reflexiones con las
que reivindicar algunas verdades que se han manifestado en el
contexto actual pero existían antes del Covid19. Verdades que
demuestran el potencial humano que ciertos territorios pueden
llegar a tener para la construcción de una marca.
TERRITORIO Nº1 – LA COCINA EN CASA
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2. Llega el confinamiento y con él la necesidad de llenar
nuestras despensas y neveras de alimentos como si de un
bunker se tratase. Los carros abarrotados de legumbres,
pastas, y torres de papel higiénico. Las imágenes en las
redes sociales generaban preocupación, mostraban una
realidad más cercana a una guerra que a un estado de
alarma.
Los días han ido pasando y con ellos ha llegado la calma
(menos mal). Esta calma ha venido en gran medida, de la
mano de los múltiples chefs que han surgido en los
hogares españoles. “Ya que vamos a pasar mucho tiempo
en casa, al menos que comamos bien”, parecen decirse a
sí mismos.
Las búsquedas de recetas se han multiplicado en estas dos
semanas. Hemos visto más variedades de bizcochos y
galletas en nuestro Instagram que en toda nuestra vida.
Hemos vuelto a las cocinas, hemos descubierto el disfrute
de cocinar.
Los hay que han experimentado con la cocina tradicional,
con los guisos de la abuela y las legumbres.
Otros no han renunciado a comer en sus restaurantes
favoritos, aunque sea siguiendo paso a paso el suflé que
Jordi Roca compartió en redes para sus seguidores.
Si algo está claro es que el coronavirus no ha
cambiado el que nos guste comer bien, comer rico,
pero si nos ha hecho adaptar nuestra forma de vida. Las
familias están experimentando el comer alrededor de
una mesa a diario, y no solo los domingos. A que los
hogares huelan a eso que pusiste por la mañana a
fuego lento en la olla (si será por tiempo…).
Pero también se puede quedar a comer y a cenar,
¿quién ha dicho que no? Lo que pasa que
necesitaremos a nuestros aliados (Skype, Zoom,
Teams…) para conseguirlo. La única pega es no poder
probar el plato del contrario.
El coronavirus no cambiará que la comida es uno de los
elementos más importantes en nuestras relaciones.
Celebramos comiendo, quedamos con nuestros seres
queridos, y no lo hacemos sin comer o beber.
Cuidamos a los demás cocinando para ellos,
disfrutamos saboreando nuestra comida favorita y nos
encontramos mejor cuando comemos bien.
El coronavirus ha despertado nuestra creatividad,
nuestra planificación a la hora de hacer la compra
elaborando un menú semanal y nuestro amor por los
fogones. Cuando el Covid 19 se haya ido, ojalá que el
resto de cosas se queden.
_Photo by Gaelle Marcel on Unsplash _Leticia Michelena
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EL CORAZÓN DE LAS
COCINAS LATE MÁS
FUERTE QUE NUNCA
_Lo que no ha cambiado Nº1
Las familias están experimentando el
disfrute de comer alrededor de una
mesa no sólo los domingos.
La cocina se está demostrando como
elemento de disfrute y no sólo funcional.
3. Hemos visto como la mayoría de las industrias se han
adaptado a esta situación que nos ha tocado vivir. La vida
parece seguir, aunque distinta. Miramos por la ventana,
nuestro cuerpo quiere escapar, pero solo podrá hacerlo
nuestra mente.
Todo lo que nos ofrecen a nuestro alrededor intenta
traernos a casa aquello o a lo que no podemos ir:
gimnasio, clases de inglés, conciertos… Sin embargo
seguimos aquí metidos, encerrados, porque debemos
hacerlo por todos.
Es el momento donde pequeñas cosas como un olor se
convierte en un recuerdo, un viaje. Un sabor nos trasporta
hacia un lugar donde somos felices y donde ahora no
podemos ir.
El olor a cocido en casa de tus padres cuando vas a verles
el fin de semana, el sabor del arroz de tu restaurante
favorito, el trozo de pizza camino a casa después de una
noche de fiesta.
De nuevo, nuestra cocina de casa se convierte en nuestra
aliada del encierro. Es una capsula del tiempo que nos
lleva al sitio donde queremos estar. Lo hace a través de los
platos y de los sabores.
.
Seguiremos su receta a rajatabla, y si tenemos dudas,
las videollamadas hacen milagros, como que hasta
puedas comerlas con ella, que también preparó las
suyas.
Cocinar nos da un superpoder. La cocina de casa llega
más lejos, nosotros elegimos dónde y conducimos
hasta allí. Cocinar en casa es cultivar emociones en
forma de recuerdos para siempre.
Nos permite viajar a países en los que hemos estado y
también descubrir los desconocidos.
Ahora que todo intenta meterse en casa, que los olores
de nuestros guisos nos lleven lo más lejos posible.
Abramos las ventanas para invitar a nuestros vecinos a
ese viaje sensorial que empieza en el olfato y acaba en
el más delicioso de los bocados.
El coronavirus no nos dejará encerrados si en la mesa
hay un plato que nos evoca un sentimiento.
Y cuando esto acabe, volveremos a esos lugares, pero
mientras tanto que la cocina nos deje seguir volando.
_Photo by Toa Heftiba on Unsplash _Leticia Michelena
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LA COMIDA NOS
PERMITE VOLAR EN
CADA BOCADO
_Lo que no ha cambiado Nº1
Un intangible como el olor de un plato tiene
el poder de sacarnos del confinamiento y
llevarnos a cualquier lugar.
Cocinar en casa nos permite cultivar
emociones en forma de recuerdos
para siempre.
4. Comer cada día, es algo que nuestra generación y
sociedad no pone en duda. Quizás si preguntásemos a
nuestros abuelos nos hablarían de otros tiempos donde
las situaciones de conflicto o los problemas de
abastecimiento hacían que comer todos los días no fuera
un derecho adquirido. O quizás si preguntásemos a
poblaciones desfavorecidas o países subdesarrollados, la
respuesta también sería otra.
Pero volviendo a nuestros días, algo tan básico como
comer a diario, puede convertirse en una odisea para
algunos. El coronavirus ha desprovisto a muchos niños de
su comida en los comedores escolares. También ha
dejado desprotegidos a nuestros mayores, para quienes ir
a comprar es mucho más peligroso que para el resto. Ha
hecho, que comer pase a un segundo plano para nuestros
sanitarios, que ponen por delante de todo lo demás el
salvar las vidas de los afectados por el virus.
Ha sacado la cara más solidaria del mundo. Por encima de
ideologías, clases, razas o géneros, ha salido el ser
humano. Ha surgido un sentimiento de cuidado entre unos
y otros, de la mejor forma que sabemos hacer cada uno, y
donde la comida se ha convertido en un gesto de amor
para con los más afectados.
.
A esto se han sumado grandes supermercados, dando
prioridad en sus compras a personas mayores o
personal sanitario, restaurantes que han unido sus
fuerzas en #food4heroes y otras plataformas para hacer
entregas de comida en hospitales. O enseñas de
restauración haciendo entregas a aquellos niños que
más lo necesitan.
También hemos visto que no hace falta una marca o
una empresa para ofrecer ayuda, un mero cartel en el
portal del edificio basta para prestar ayuda haciendo la
compra, a ese vecino anciano con el que te cruzabas a
diario en la escalera. O que nuevamente, se pueden
juntar los esfuerzos y que en menos de una semana se
lance una plataforma llamada yotecocino.com en la que
puedes preparar tuppers de comida para médicos,
enfermeras y demás personal sanitario que viva en tu
barrio.
El coronavirus no va a dejarnos sin comer mientras
sigan surgiendo iniciativas como esta. Mientras la
esperanza y el amor sean más fuertes que el miedo y la
resignación. Al menos, esas pequeñas dosis de amor,
metidas en cajas de comida para llevar, llegarán hasta
el plato de quien más lo va a agradecer. Será una nueva
forma de comunicarnos y sentirnos, más a allá de lo
que las pantallas nos permiten.
_Leticia Michelena
arenamedia.es
EL AMOR
TIENE FORMA
DE PAN
_Photo by Food 4 Heroes on Instagram
_Lo que no ha cambiado Nº1
La comida tiene el poder de sacar la
cara más amable y solidaria de las
personas.
El poder que tiene la comida para
comunicar está a disposición tanto de
marcas como de personas anónimas.