La publicidad crea y perpetúa estereotipos de género, mostrando a las mujeres preocupadas por ser bellas, conquistar parejas y ser madres y esposas dedicadas al hogar, mientras que muestra a los hombres como ejecutivos musculosos y serios capaces de tomar decisiones. Estos estereotipos se refuerzan aún más a través de los colores asociados tradicionalmente con cada género y pueden perpetuar roles de género en la sociedad a través de los medios de comunicación.