La narradora encuentra el iPhone de Álvaro Méndez, un famoso actor que es su ídolo, después de que este huye de un fotógrafo. Ella persigue a Álvaro para devolverle el teléfono y terminan escondiéndose juntos en una tienda abandonada, donde se miran a los ojos por primera vez y comparten una risa.
PRÓLOGO
La combi de servicio urbano me deja a siete cuadras de mi trabajo. En esos 10 minutos aproximadamente de camino, me asaltan argumentos para microcuentos, cuentos, algunas veces capítulos para las novelas que nunca escribo o versos para iniciar poemas. Los micros son los que más chance tienen de escribirse, pero antes tienen que salvar la valla de las ocho horas de trabajo y tentar que, en los diez minutos de descanso que me tomo antes de emprender el camino a casa, puedan imprimirse en tinta virtual y quedar a la espera de su publicación.
Vivo fascinado por esa experiencia, la de improviso ser atrapado por un argumento que me deja anonadado, no porque crea que va a ser famoso y recorrerán el mundo labrándome laureles. Ni ahí que lo pienso. Lo que me deja pasmado e incrédulo, es que la realidad muchas veces es más impresionante que el tratar de inventar un nuevo argumento. De ahí que nacen estos microcuentos, de esa impactante fascinación que tengo diariamente por la realidad. Una realidad que vivo intensamente, sabiendo que, en cualquier momento, puede acabarse como el desconectar un aparato eléctrico, como apagar una vela.
La fotografía es una manera también de comprobar la fascinante inmediatez que produce la vida. Un solo instante en que se refleja la maravillosa sensación de Eternidad, de plenitud del momento, uno que nunca se repetirá, que es único, que te deja totalmente convencido de que la vida, si bien es corta, es maravillosa en el ahora. Las fotos que acompañan este libro son muestra de la forma en que vivo: maravillado en el instante, feliz en la brevedad, en esa insoportable brevedad, en ese regalo inconmensurable que es el existir.
Arequipa, Junio del 2014
Las vicisitudes amorosas y egocéntricas de una relación dispareja entre una mujer madura y divorciada, y un adolescente atrapado entre el extravío de su búsqueda de identidad y su errática afirmación masculina, en el entorno del DF de los setenta. Absténganse moralistas y especies parecidas.
¿Eres de los que creen que el amor mueve montañas? ¿Que nuestro destino amoroso está por encima de nuestra voluntad? ¿Te parece que una historia de amor romántica tiene que vencer todo tipo de obstáculos?
Si en alguna ocasión te has hecho estas preguntas, esta novela ha sido escrita para ti.
PRÓLOGO
La combi de servicio urbano me deja a siete cuadras de mi trabajo. En esos 10 minutos aproximadamente de camino, me asaltan argumentos para microcuentos, cuentos, algunas veces capítulos para las novelas que nunca escribo o versos para iniciar poemas. Los micros son los que más chance tienen de escribirse, pero antes tienen que salvar la valla de las ocho horas de trabajo y tentar que, en los diez minutos de descanso que me tomo antes de emprender el camino a casa, puedan imprimirse en tinta virtual y quedar a la espera de su publicación.
Vivo fascinado por esa experiencia, la de improviso ser atrapado por un argumento que me deja anonadado, no porque crea que va a ser famoso y recorrerán el mundo labrándome laureles. Ni ahí que lo pienso. Lo que me deja pasmado e incrédulo, es que la realidad muchas veces es más impresionante que el tratar de inventar un nuevo argumento. De ahí que nacen estos microcuentos, de esa impactante fascinación que tengo diariamente por la realidad. Una realidad que vivo intensamente, sabiendo que, en cualquier momento, puede acabarse como el desconectar un aparato eléctrico, como apagar una vela.
La fotografía es una manera también de comprobar la fascinante inmediatez que produce la vida. Un solo instante en que se refleja la maravillosa sensación de Eternidad, de plenitud del momento, uno que nunca se repetirá, que es único, que te deja totalmente convencido de que la vida, si bien es corta, es maravillosa en el ahora. Las fotos que acompañan este libro son muestra de la forma en que vivo: maravillado en el instante, feliz en la brevedad, en esa insoportable brevedad, en ese regalo inconmensurable que es el existir.
Arequipa, Junio del 2014
Las vicisitudes amorosas y egocéntricas de una relación dispareja entre una mujer madura y divorciada, y un adolescente atrapado entre el extravío de su búsqueda de identidad y su errática afirmación masculina, en el entorno del DF de los setenta. Absténganse moralistas y especies parecidas.
¿Eres de los que creen que el amor mueve montañas? ¿Que nuestro destino amoroso está por encima de nuestra voluntad? ¿Te parece que una historia de amor romántica tiene que vencer todo tipo de obstáculos?
Si en alguna ocasión te has hecho estas preguntas, esta novela ha sido escrita para ti.
L’externalització de serveis socials i comunitaris a través del tercer sector...Joan Cuevas
La finalitat principal de la tesina és conèixer la realitat de les externalitzacions dels serveis socials i comunitaris de la Generalitat de Catalunya que es gestionen a través del tercer sector social i identificar els principals punts de millora.
"Antonio despierta en una habitación que él llama CELDA. Ha perdido la memoria por recibir una bala en la cabeza... Emprende un trabajo doloroso y sorprendente para reconstruir su vida. Redescubre habilidades, pensamientos... Su pasión por los cómics y también por pintar, le ayudan a reinventarse..."
Tal vez todas las chicas durante la juventud se han llegado enamorar hasta del que cobra el pasaje en el autobús o del motorizado que paso a su lado en la mañana, para esta chica nunca fue así, ella tuvo muchos novios pero nunca los quiso, los tenia como algo normal como peinarse todos los días no les prestaba mucha atención y quien sabe si alguno de ellos si se enamoro de ella pero su reacción para el amor siempre fue negativa ya que en su pasado hubo una persona especial en especifico que la hizo sufrir y traiciono su confianza y le puso en su mente la frase `` AMAR ES PELIGROSO ‘’. Pero para cada persona esta el amor de su vida a todos nos va a llegar esa persona que nos va a cambiar y darnos muchos colores es decir mucha felicidad y a ella se le presentara un arcoíris que tal vez no se imaginaba nunca que se hiciera.
Cuando somos pequeños los niños juegan con carros y no con muñecas para que sepan que con las mujeres no se juega eso es un dicho muy famoso en las redes sociales y creo que es verdad pero ningún hombre le presta atención, y este menos, el era de una familia no adinerada pero con los recursos mas que necesarios para subsistir además que el futuramente se graduaría, todo muy bonito, pero a el joven le gustaba mucho jugar con muñecas tenia una diferente cada poco tiempo, nada serio, nada de compromiso, eso no era lo de el, nunca conoció eso que llaman amar a tu pareja para el amar era ``te beso, te derrites, salimos, y ya no funciona, no me importa lo mucho que sufras’’ pero la vida le enseñara de una manera inesperada para el, que los objetos fueron para ser usados y no las personas.
2. Maica Martín, 1r premi de narrativa
Ángel
Nunca imaginé que alguien llegaría a ser tan esencial para mí, ya que yo no
soy ese tipo de chica que busca el amor para toda una vida como aquellos
falsos cuentos de princesas con finales felices, aquellos que contaba mi madre
antes de que perdiera el juicio. No hay ni una historia que acabe con un final
feliz; esas historias las terminan en el mejor momento porque seguro que el
príncipe se va con otra más bonita o más útil que la protagonista, y puede que
yo sea una de esas otras que no se nombran para no destrozar ilusiones… y no,
no soy quien tú piensas que soy, pero admito que he roto más de un para
siempre.
Aunque tenga mala fama en las bocas de los demás, la gente que comparte mí
día a día no dice lo mismo. Suelen describirme que soy alegre, divertida,
optimista, bastante sarcástica y que tengo mal genio. No discuto sus
descripciones porque en realidad no me conozco a mí misma, pero te aseguro
que algo bien sí sé de mí: no soy débil, nada ni nadie es mi debilidad… hasta
que llegó él.
Cada persona que entra en mi vida permanece dentro de mí para siempre,
nunca podría olvidarla aunque sea la que más odio o la que más me ha hecho
sufrir… nunca dejaría que escapara, quizás en un futuro tenga que vengarme
de todo aquello que me causó. Entre esas personas (pero del bando bueno,
claro está), debo destacar a mi padre, a mi abuelo, a mis amigos y a mis
ídolos. ¿Ídolos? Sí, ídolos. Otra de mis características es que necesito algo que
me mantenga viva y fuerte en las peores épocas de mi vida. Es algo bastante
extraño en mí, que incluso me da miedo y me avergüenzo un poco de ello por
eso lo mantengo en secreto; no quiero que la gente sepa más cosas sobre mí
que ya mucho les he permitido.
3. Mis ídolos son actores y cantantes famosos. Son el típico amor platónico que
ves a través de una pantalla aunque hablen en otro idioma y vivan a
kilómetros de ti, pero de todas formas te siguen encantando. Me gusta
enamorarme de lo imposible y dejarme llevar por mis sueños y, por desgracia,
en eso si me parezco a las princesas de los cuentos.
A veces me llamo a mi misma demente por “perder el tiempo” con gente que
ni sabe mi existencia, pero me encariño muy fácilmente y no puedo decirle
que no al corazón cuando se siente orgulloso y emocionado cada vez que
ganan un premio, o cuando los veo por la televisión que han donado una parte
de su dinero para ayudar a los más necesitados.
Ahora mismo estoy viendo a uno de mis ídolos por la televisión con mi padre
mientras desayunamos. Él sabe perfectamente mi gran obsesión que tengo
hacia ciertos cantantes y actores, y el que aparece en pantalla es el que peor
le cae y siempre me lo repite aunque sepa que él es mi mayor ídolo y el que
más aprecio le tengo de todos. ¿Su nombre? Álvaro Méndez.
Actor. Veintiocho años desde hace dos meses. Nacionalidad española pero
hace seis años que se mudó a Los Ángeles para triunfar en su carrera, y lo ha
logrado. Ha hecho dos películas que, gracias a ellas, ha conseguido premios
como “Mejor Actor” y bastantes nominaciones en otras categorías, pero no
consiguió ganar. No le importa la “derrota”, le quedan muchas películas en
las que actuar y con su primer Oscar ya es muy feliz. Yo sé que ese no será el
último.
En las revistas más prestigiosas de los Estados Unidos, definen a Álvaro como
el mejor amigo de las chicas aunque él sea su novio, y la verdad es que es
cierto. Su ex Caroline Brooks, modelo de ropa de baño, siempre se reía de sus
bromas y se emocionaba cada vez que le regalaba algo, aunque fuera una
margarita del césped de un parque. Sinceramente, he visto pocas fotos de
ellos dos besándose…. pero hacían buena pareja, aunque ella a veces se
comportaba de manera superficial. Será la fama.
Álvaro es bastante alto, tez blanca pero con un poco de color, cabellos
morenos acercándose al rubio y ojos tan azules como la transparente mar de
4. las playas del Caribe. Delgado y algo musculoso, hay muchas fotos hechas por
los fotógrafos saliendo del gimnasio. Él cuida mucho de su imagen.
Sin duda lo que más me gusta de él es su sonrisa. Es mágica, digna de un
ángel. Ilumina mi mundo, alimenta mi mirada, revive mi corazón. Cuando le
veo sonreír, pienso que nada puede irme mal y me ayuda a sentirme bien. Si
él es feliz, yo lo soy aún más.
-El actor del momento, Álvaro Méndez, se compró una casa a las afueras de
Barcelona y se mudó exactamente ayer al mediodía. Está de descanso antes
de irse a Londres a rodar su tercera película titulada No hay nada que nos
separe en la que hará el papel protagonista. El actor, en el aeropuerto, se le
veía cansado y desanimado. ¿Será por su reciente ruptura con Caroline
Brooks?, ¿Ha vuelto a España para rehacer su vida y encontrar a una nueva
mujer?, ¿O simplemente vuelve porque echa de menos su tierra? Dentro de
unos instantes os lo contaremos.
Apagué la tele, no tenía ganas de escuchar más gente del corazón hablando
de él como si lo conocieran de toda la vida… pero también tenía que irme al
instituto.
-Es extraño que hayas apagado la televisión cuando hablan de tu mayor ídolo,
y aún más diciendo que se acaba de mudar a unas calles más para arriba de
donde vivimos nosotros… pero bueno, mejor así que ya tengo suficiente con
los gritos que pegas cuando lees que va a ir a una aparición de no sé qué.-dice
mi padre con voz pasota mientras leía con atención la sección de deportes del
periódico.-
-Papá tengo que irme al instituto, y tampoco quería escuchar más a ese falso.
-¿Estás celosa de Caroline?
-¡Por dios papá! Yo no soy una celosa, y menos lo sería de ella.
-Sí sí… en fin, ¿irás a ver a tu madre hoy?
-No creo, hace poco que fui a verla y tampoco no salí a gusto de aquel lugar.
-De acuerdo, pero sabes que debes ir de vez en cuando… los psicólogos dicen
que es necesario.
5. -Sí papá, tu tranquilo.-le digo mientras daba el último bocado a mi magdalena
y cogía la mochila para irme al instituto.-
-Hasta luego cariño, nos veremos para comer.
-Sí, adiós.
Le doy un beso en la mejilla a mi padre y salgo a la calle.
El sol casi se ha asomado por el cielo despejado. Camino sin prisa con las
manos en el bolsillo, a estas horas hace frío pero me atrevo a sacar una mano
con el móvil para ver el día y la hora en la que estamos: Miércoles, ocho
menos veinte de la mañana. Voy bien de tiempo, aunque aligero un poco el
paso porque tengo que picar a mi amiga Lorena. A lo lejos de la calle, veo que
ella ya está fuera de su casa y poniéndome mala cara de que llego tarde, otra
vez.
-Marta, ¡como siempre vienes a la hora que te da la gana! A este paso me iré
sola por las mañanas.
-No seas exagerada, tenemos el instituto justo aquí al lado.
-Sí pero sabes cómo soy, demasiado puntual.-cruza los brazos.-
-Lo siento, me entretuve.
-Bueno… vayamos antes de que se haga más tarde.
Lorena es una chica bastante estricta, pero tiene un gran corazón. Es la chica
ejemplar de la clase, la que saca en todo excelentes… yo aún me pregunto
cómo puede compaginar las clases de danza con los estudios, porque yo no
puedo.
Ella tiene una larga melena rubia y unos los ojos castaños cafés. Viste siempre
muy hippie, pero adoro hasta los calcetines que se pone. Algún día tendríamos
que cambiarnos la ropa, no estaría mal dejar de llevar ese estilo urbano
rebelde… pero Lorena no se pondría mi ropa ni muerta.
Estamos calladas. Lorena repasa sus apuntes de Matemáticas mientras que yo
cuento cuántos dibujitos de esos extraños hay en toda la acerca de nuestra
calle… ya podrían haber gastado nuestro dinero en unos más bonitos, los que
6. hay ahora me entran ganas de llorar. De repente, veo una sombra que se
acerca con rapidez hacia nosotras. No me lo esperaba, a estas horas nadie
recorre estas calles con tanta rapidez. Alzo mi cabeza y mi mirada hacia
arriba y vi a un hombre con una gabardina negra cubriéndose el rostro
mientras que otro hombre, le perseguía con una cámara fotográfica. Lorena,
de la impresión, me cogió del brazo derecho y me apartó a un lado antes de
que se chocara conmigo. A aquel hombre se le cayó el iPhone, yo lo cogí al
vuelo de milagro.
Reconocería el iPhone que sostengo en cualquier lugar, y las manos de aquel
hombre… sé que él tiene las manos grandes pero quizás me equivoque de
persona, solo hay una manera de averiguar si realmente es el ángel de mis
sonrisas.
-Lorena le tengo que devolver el móvil a ese hombre, no me lo puedo quedar.
-¿Bromeas? Parece que no te conozco, ¡si fueras mi Marta te lo quedarías sin
pensártelo dos veces! Y además hay examen de Matemáticas, ¿de verdad te lo
vas a saltar por eso?
-Los exámenes pueden esperar, esto no.-le digo mientras comienzo a correr.-
-¡Marta! Pero Marta, ¡vuelve!
Demasiado tarde, sus chillidos ya eran solo susurros que atormentaban mis
oídos para correr más. No sabía si había cruzado el paso de peatones, si había
seguido corriendo en línea recta o si había ido por un callejón. Elegí seguir
corriendo recto; corriendo y corriendo sin parar… como si la muerte quisiera
cazarme para llevarme con ella, hiendo en contra de las reglas del destino.
Me cansé y paré para coger aire. Supongo que la maratón que hice no sirvió
para nada, pero alguien me tocó el hombro y me giré para ver quién era.
-Joven tú eras la que casi se choca con el hombre de antes… ¿sabes por dónde
ha ido?-me pregunta con mucha ansia. Ese era el fotógrafo que iba detrás del
hombre al que busco desesperadamente.-
-Sí…-no estaba segura si decir esa respuesta era la correcta, pero de todas
formas iba a saber que era yo.-
7. -Sabes por dónde ha ido, ¿verdad? Si fuera que no, no estarías corriendo de
esta manera…
-No, no lo sé.
-Venga va, se le ha caído el iPhone y tú se lo quieres devolver, ¡no me
engañes niña!
Comenzó a acercarse lentamente a mí con esos ojos ambiciosos de conseguir
la noticia del día y ser el centro de atención en su trabajo… pero alguien
detrás de mi cogió mi mano con una delicadeza divina y echó a correr. Y yo
detrás de él, sin poder aún ver su rostro pero sabía que era el hombre que
buscaba. Su mano era tan suave como la de un bebé recién nacido, no se la
quería soltar. Nunca, jamás; no me importaba si se me quedara pegada a ella
el resto de mis días.
El hombre de antes también echó a correr detrás de nosotros. Mi ángel
empezó a correr y a correr, aunque su alma le digiera basta y yo estaba a
punto de dejar mis pies caer y que se arrastrasen por la acera.
Giró para la izquierda, hacia un estrecho callejón donde habían muchísimas
puertas y entramos en la segunda. El fotógrafo miró en la primera puerta y
entró subiendo las escaleras para ver si nos habíamos escondido en la planta
de arriba. De mientras que él buscaba lo imposible, nosotros dos salimos
corriendo del callejón y corrimos hacia la dirección que habíamos utilizado
antes para llegar hasta donde el fotógrafo nos busca moribundamente, y
nosotros nos volvemos a esconder en una tienda en ruinas que, curiosamente,
la puerta estaba abierta.
Cierra la puerta, se apoya en ella, me coge con los dos brazos y me acerca a
su pecho mientras que él me abraza acariciando mi cabello largo castaño para
que cogiera aire tranquilamente. Cerré los ojos dejando que mi olfato
disfrutase de la maravilla de su perfume sobre su cuello. Puse atención a mi
oído izquierdo; la melodía de su corazón palpitando sin parar me debilitaba,
al igual que sus delicadas y suaves manos recorriendo por mi cabello. Alzo mi
cabeza y mi mirada queriendo adivinar si mis deseos son reales… y sí, era
8. Álvaro. Miraba hacia el viejo cristal de aquel triste escaparate sin compañía
ya que el fotógrafo estaba ahí, pero se va calle arriba dado por vencido y
asimilando que ha fallado en su misión.
Me mira, le miro. Primer contacto visual en persona. Pensaba que esto solo
existía en las películas, sobretodo esa espléndida magia que se desprende al
mirar justamente a los ojos conectándose siendo solo dos. Son como dos naves
perdidas en medio del océano buscando tierra… mi tierra está en los suyos,
quisiera saber si su tierra está los míos.
-Qué ojos tan verdes, nunca había visto un verde tan vivo como el tuyo.-me
dice con gran cariño con esa dulce voz. No sabía si saltar o desmayarme de la
emoción.-
-Gracias…-digo en voz baja para que notara que mi voz temblaba.-
-No tiembles, no te voy a comer.
Empecé a reír. Puede que esté fastidiando el momento pero tengo que sacar
toda la felicidad que llevo dentro, pero Álvaro también empezó a reírse
también. Qué sonrisa… si seguía un segundo más, ya me tenía a sus pies para
que me hiciera lo que él quisiera.
-¿Cuántos años tienes?
-Dieciséis.
-¿Enserio? Pareces más mayor.-dice sorprendido.-
-Sí, todo el mundo me lo dice.
-¿Me das tu numero de móvil? Sé que tienes mi móvil y me gustaría quedar
contigo, si quieres.
-¡Claro! Fue un milagro que no se cayera al suelo, sería una pena que un móvil
como este se rompiera.
-Gracias, Ángel.
-Me llamo Marta…-digo sonrojada.-
-Ángel te sienta mejor.