Este documento resume un pasaje bíblico del Evangelio de Marcos donde Jesús habla con un joven rico. Jesús le dice al joven que debe vender todas sus posesiones y dar el dinero a los pobres para tener tesoros en el cielo. Cuando el joven se niega porque ama su riqueza, Jesús explica que es muy difícil para los ricos entrar al reino de Dios. Jesús promete a sus discípulos que dejarán todo para seguirlo que recibirán persecuciones en la tierra pero recompensas en el cielo
1. EL EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
Mr 10:17-31
Un Estudio Expositivo de los 16
capítulos del Evangelio de Marcos
2. (10:17-22) El Joven Rico
Ocurre después de haber bendecido a
los niños. La secuencia natural es: matri-
monio, niños, y bienes materiales.
Un joven corrió a Jesús, lo describen …
(10:17) Este pasaje
se encuentra en Ma-
teo, Marcos y Lu-
cas. En Marcos es
más extenso, deta-
llado, descriptivo e
impactante.
3. (10:17-22) El Joven Rico
Vino corriendo, y arrodillándose, esto
era un acto público muy inusual para un
hombre acaudalado. Parecía sincero en
su pregunta y deseo de conocer, no in-
tentaba poner a prueba a Jesús ni poner
le una trampa: ¿Qué cosa buena tengo
que hacer para alcanzar la salvación? o
como Mateo lo dice: ¿qué más me falta?
…como un hombre rico, tenía muchas
posesiones y era el principal de la sina-
goga local (Lc 18:18).
4. (10:17-22) El Joven Rico
(10:18) El joven lo llamó “maestro bue-
no” y a Jesús no le satisfizo. Jesús no vi
no a glorificarse a sí mismo sino a Dios:
no habla de si, sino que señala siempre
al Padre.
La pregunta revela in-
satisfacción interior.
Parecía dispuesto a
hacer cualquier cosa
para lograr dicha me-
ta. Deseaba paz del al-
ma y seguridad futura.
5. (10:17-22) El Joven Rico
Existe hoy la creencia de que Jesús fue
simplemente un buen maestro. Pero Él
no nos ha dejado esa alternativa.
(10:19) No hay nada que uno pueda ha-
cer para heredar la vida eterna.
Jesús señala a la segunda tabla de la
ley, la relación con el prójimo.
En los escritos judíos se designa a Dios
como “el único bueno del mundo” ‘טובי
צולס ’של (Pesiqta 161.a). Ningún rabino
aceptaba el calificativo de bueno.
6. (10:17-22) El Joven Rico
que debía darle al prójimo, todo lo que
justamente le corresponde.
Si la relación horizontal (con el prójimo)
no funcionaba, indica que tampoco esta-
ba funcionando la vertical (con Dios).
El joven era un hom-
bre rico, se aferraba
a sus posesiones,
empleaba a mucha
gente para trabajar.
Jesús le recuerda
7. (10:17-22) El Joven Rico
(10:20) Le dice a Jesús
que había guardado la
ley desde niño, tal co-
mo Pablo afirmó guar-
darla y deseaba saber
qué más tenía que ha-
cer a para ir al cielo.
Trataba de convencerse que todo andaba
bien; pero ¿había amado realmente al
prójimo como a sí mismo? ¿Por qué en-
tonces esa falta de paz que lo impulsó a
correr hacia Jesús?
8. (10:17-22) El Joven Rico
“No tengan deudas con nadie, aparte de
la deuda de amarse unos a otros; porque
el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Los mandamientos: No adulterarás, no
matarás, no hurtarás, no dirás falso
testimonio, no codiciarás, y cualquier
otro mandamiento, se resume en esta
sentencia: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. El amor no hace daño a nadie.
De modo que el amor es el cumplimiento
de la ley” (Rom 13:8-10).
9. (10:17-22) El Joven Rico
ro, líder de su comunidad, pero algo lo
carcomía por dentro. Jesús tuvo compa-
sión de él.
(10:21) Me encanta co-
mo lo pone la RV60: “En
tonces Jesús, mirándole
le amó”. Pudo notar que
era un joven, exitoso, ri-
co, con un increíble futu
La pregunta del joven: “¿Qué
más me falta?” Encontró una cándida ré-
plica de Jesús: “Una cosa te falta, vende
todo lo que tienes…”.
10. (10:17-22) El Joven Rico
Jesús añade, “ven y sígueme”, tenía que
negarse a sí mismo y tomar su cruz, la
razón era el amor que tenía al dinero, el
cual superaba a su amor por Dios, violan
do así el primer mandamiento. El dinero
era su dios, confiaba en él, lo adoraba, y
obtenía de él su satisfacción.
Jesús estaba diciéndole: confía en mí,
aunque tengas que venderlo todo y darlo
a los pobres. Esa era la prueba, si triunfa
ba tendría tesoros en el cielo.
11. (10:17-22) El Joven Rico
Jesús le hacía un ofer-
ta sin igual, sí lo deja-
ba todo y lo seguía, lo
invitaba a formar parte
del grupo de sus discí-
pulos.
(10:22) Él es la única persona, en los e-
vangelios, que viene a Jesús necesitada
y regresa peor de lo que vino.
Así se aleja, afligido, pensando: “esta
exigencia no es justa. Ninguno de los
otros rabís me habría pedido tanto”.
12. (10:17-22) El Joven Rico
El joven rico “tenía muchos bienes”; pe-
ro estos también lo poseían a él, lo suje-
taban firmemente con sus garras.
“Porque la raíz de todos los males es el
amor al dinero, el cual algunos, por codi
ciarlo, se extraviaron de la fe” (1 Tim 6:10).
Jesús no le pidió a ningún otro rico que
hiciera lo mismo. Dios no se lo exigió a
Abraham, a José, a David, a Salomón, a
José de Arimatea o a Bernabé. Solo a
aquel que amaba al dinero sobre todo.
13. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
Jesús es contundente: ¡Con cuánta difi-
cultad entrarán al reino los que tienen a-
bundancia de bienes terrenales y se afe-
rran a ellos sin tener en cuenta a Dios!
(10:23) Imagi-
nemos la esce-
na: el joven
rico se ha ido,
de modo que
Jesús y los do-
ce están solos
otra vez.
14. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
En aquellos días cre-ían
que la riqueza y la salud
eran resultado de una
vida santa. La ley
aseguraba que si escu-
chaban la voz del Se-
ñor y la obedecían, reci
birían abundancia de
bendiciones materiales
y espirituales (Dt 28:1-14).
15. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
Dios, y la adversidad era señal de perver-
sidad y alejamiento de Dios.
Jesús agrega, “cuán difícil es”, y acentúa lo
dicho. Esto es válido para todos, que es
muy difícil entrar al reino de Dios.
(10:24) Los discípu-
los quedaron pas-
mados al oír esto,
pues daban por he-
cho de que la pros-
peridad era señal de
virtud y favor de
16. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
¡El problema surge cuando pensamos que
la merecemos, que es un logro personal!
La fe no es fácil de aceptar para los
egoístas. Sería mejor que fuese difícil y
ardua; así nos sentiríamos orgullosos de
alcanzarla. Angosto es el camino que lleva
a la vida eterna (Mt 7:13-14).
La salvación es un regalo, se basa en la
obra terminada de Cristo, por lo que
cada persona debe responder mediante
arrepentimiento y fe.
17. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
rico quisiera entrar al reino de Dios, con
sus fuerzas, le sería imposible. ¡Que po-
deroso es el control que tiene el dinero
sobre el hombre! La salvación no es un
“logro” humano, es un regalo de Dios.
(10:25) Jesús usa
una hipérbole pa-
ra mostrar que es
te hecho es impo
sible que ocurra.
El Señor da a en-
tender que si un
18. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
(10:26) Aun no en-
tendían; sí aquellos
que tenían la capaci
dad de realizar más
obras y eran bende-
cidos por Dios con
riquezas materiales
no lograrían ingresar al reino, entonces
¿quien lo podría lograr?
(10:27) El hombre es incapaz de lograr su
salvación. La ley no salva, es un espejo
que nos muestra lo sucio que estamos.
19. (10:23-27) ¿Quién Podrá Salvarse?
Uno no se lava con el
espejo. Solo la san-
gre de Jesús nos lim-
pia de todo pecado.
Para el ser humano
es imposible acercar-
se al Dios santo, ¡pero la verdad sorpren-
dente y maravillosa es que Él se haya a-
cercado a nosotros! Para Dios no hay na
da que sea imposible, salva a los que vie
nen a Él conscientes de su pecado y arre
pentidos (Heb 7:25).
20. (10:28-31) Lo Dejamos Todo
(10:29-30) Esta promesa es para todos
los que son verdaderos seguidores del
Señor, para los que han elegido a Jesús
por encima de cualquier otra cosa en
esta vida.
(10:28) Pedro se identifi
ca con lo dicho por Je-
sús, ellos lo han dejado
todo para seguirlo y por
eso le preguntan: “¿No-
sotros qué, pues tendre
mos?” (Mt 19:27).
21. (10:28-31) Lo Dejamos Todo
Jesús se asegura de añadir “persecucio-
nes”, pues esto es lo que obtendremos
del mundo cuando decidimos seguirlo.
“Por causa de Cristo, les es concedido
no sólo creer en él, sino también pade-
cer por él” (Fil 1:29).
La promesa no es so-
lo para la vida eterna
(futuro), sino para aho
ra (presente), para a-
quellos que han pues-
to a Jesús como lo pri
mero en sus vidas.
22. (10:28-31) Lo Dejamos Todo
“Bienaventurados los que padecen per-
secución por causa de la justicia, por-
que de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados serán ustedes cuan-
do por mi causa los insulten y persigan
y mientan y digan contra ustedes toda
clase de mal. Gócense y alégrense, por
que en los cielos ya tienen ustedes un
gran galardón; pues así persiguieron a
los profetas que vivieron antes que us-
tedes” (Mt 5:10-12).
23. (10:28-31) Lo Dejamos Todo
Habrá muchos que nunca alcanzaron
fama y que serán primeros en el día del
Señor. Dios conoce los corazones y cada
uno recibirá el justo juicio de Dios.
(10:31) Los “primeros” son los que a cau
sa de su riqueza, educación, posición,
prestigio, y talentos son estimados por
los hombres. Pero Dios que conoce su
corazón, les da una posición más baja
que a otros; incluso pueden quedar total
mente excluidos del reino.
24. Conclusión
En el caso de este joven, sus riquezas le
robaron la bendición de una relación con
Dios. Hoy, el amor al dinero continúa
haciendo pobres a los ricos y últimos a
los primeros.
El dinero es un siervo maravilloso pero
un amo terrible. Si tienes dinero, sé
agradecido, úsalo para la gloria de Dios;
pero ten cuidado que el amor al dinero te
robe el corazón.
Al venir a Jesús, el joven rico encontró
una encrucijada en el camino…
25. Conclusión
Tenía que escoger a quién seguir al di-
nero o a Jesús. Aparentemente, esco-
gió al dinero.
La mayoría de las personas inconver-
sas piensan que Dios un día le restará a
sus malas obras las buenas, y si las
buenas son más que las malas, entra-
rán al cielo.
A los que siguen a Jesús se les promete
“cien veces más ahora”. Tendrán aquí,
en la Tierra esperanza y gozo, y la gloria
en el mundo venidero.