El documento describe la vida del abuelo del autor como un herrero en el pueblo de Alis en el Perú. El abuelo era conocido por su trabajo duro y humildad, y ayudaba a la gente del pueblo como herrero, costurero, zapatero y más. Muchos de los objetos de hierro que aún permanecen en las casas antiguas de Alis, como aldabas, cerrojos y herramientas de campo, fueron forjados en el taller del abuelo. El autor recuerda una visita a su abuelo retirado

1. En Alis hermoso y apacible pueblo del nor Yauyos, en tiempos que solo en la
memoria perdura, cada mañana en wichay runa, despertaban los
moradores con el martilleo en yunque proveniente del taller de mi abuelo
Tobías, el herrero del pueblo.
Mi abuelo fue un hombre peculiar
que tenía como fortuna su amor al
trabajo y su humildad, siempre
presto a ayudar. Era un mil oficios,
desde costurero, zapatero, músico
tradicional, agricultor, responsero,
herrero y…
Cuando visiten Alis, sus casas
antiguas que aún esperan a sus
inquilinos, o aquellas donde se ha
detenido el tiempo o en resistencia
cultural no ceden a los cambios de lo
que llaman modernidad, podrán
apreciar desde aldabas, cerrojos,
cashos, rejas para la taclla, azadones
y cuanta herramienta se necesita en
el campo. También en los
parapetos perseveran los mecheros
y candelabros. Muchas de ellas, creo
casi todas tienen el temple forjado
en la herrería de mi abuelo.
Un día estando yo de visita a mi
abuelo, retirado el de los
menesteres de la fragua, yunque y
la comba por su avanzada edad, lo
vi sentado en el patio de la casa,
apacible y pensativo, seguro estaba
recreando aquellas jornadas de
madrugada en la herrería, con la
abuela Juana, manta en cinto
ayudando en el yunque y al

2. pequeño Lizandro atizando la candela de la fragua. Estaban allí los
vestigios del taller y en el mismo patio, en el zaguán, en todas partes habían
fierros y latones de toda forma y tamaño, herramientas y entre ellas un
candelabro a medio hacer.
Cogí el candelabro y mi abuelo, atento y
observador me dijo
-Si te gusta llévatelo.
–Gracias respondí.
Ya en Huancayo y después de varios
años, al candelabro le di forma de
arbolito de navidad. Y desde entonces
alumbra las noches en mi hogar,
haciendo de todas ellas noches buenas,
de paz y amor.
Feliz Navidad.
Huancayo, 24 de diciembre de 2016.
Prof. Fortunato Juan Bejarano Rodríguez.