La familia de Laura estaba pasando por dificultades financieras debido a los gastos de los muchos animales que había adoptado Laura. Para alimentar a su familia, Laura se vio obligada a vender a algunos de sus animales, incluido su gato favorito Ulises. Con el dinero ganado, compró un billete de lotería y ganó 330 euros, con los que compró un caballo al que llamó Missisipi. Cuando Missisipi enfermó, Laura buscó ayuda y encontró a Ulises, su gato vendido, en la casa de un