El documento describe la mitología de la creación del mundo según los antiguos egipcios. Explica que en el principio solo existía el océano Nun, hasta que surgió el dios Ra. Ra creó el aire y la humedad, luego la tierra de Egipto. Más adelante nacieron los dioses Geb, Nut, Shu y Tefnut, quienes tuvieron hijos que formaron el cielo y la tierra. Finalmente, de las lágrimas del ojo de Ra nacieron los primeros hombres.
La familia en la sociedad egipcia estaba basada en el matrimonio, que debía realizarse pronto ya que fundar una familia era de gran importancia.
La edad adecuada para ese matrimonio era de 20 años para el hombre y entre 15 y 18 para la mujer. Estos enlaces solían ser concertados entre los miembros de la familia, y siempre dentro de la misma clase social.
El requisito imprescindible para llevar a cabo una boda era el permiso del padre.
Concertado el matrimonio, se procedía a la redacción de un contrato en el que se incluían las aportaciones y los derechos de ambos cónyuges, en términos de igualdad. Para la celebración del matrimonio no era necesaria ninguna ceremonia.
El adulterio podía ser castigado hasta con la muerte, especialmente si la adúltera era la mujer. Pero, según los textos que nos han quedado, la sociedad egipcia no era excesivamente machista.
Existía el divorcio al ser una de las partes repudiada, lo que motivaba el abandono del hogar por parte de uno de los cónyuges, generalmente la mujer. El marido debía mantener a la ex-esposa.
El principal objetivo del matrimonio era la procreación con tal de asegurar el linaje y un decoroso entierro para los padres.
Durante los tres primeros años de vida del hijo, éste sería amamantado por su madre.
El que solía dirigir el proceso educativo era el padre, enseñando al hijo el oficio familiar en el taller o la tienda.
La familia representaba la unidad básica de esta civilización tan enigmática. Existía un núcleo muy cerrado formado por triadas familiares: padre, madre e hijo, aunque otros miembros más alejados -sobre todo femeninos- como hermanas viudas y solteras, podían convivir en el mismo hogar a pesar de las diminutas dimensiones que solían tener las casas egipcias. Pero, generalmente se iban vaciando a medida que los hijos crecían. Las hijas de las clases bajas, por ejemplo, al llegar a la edad adulta se marchaban a otros pueblos a servir en casas.
La familia en la sociedad egipcia estaba basada en el matrimonio, que debía realizarse pronto ya que fundar una familia era de gran importancia.
La edad adecuada para ese matrimonio era de 20 años para el hombre y entre 15 y 18 para la mujer. Estos enlaces solían ser concertados entre los miembros de la familia, y siempre dentro de la misma clase social.
El requisito imprescindible para llevar a cabo una boda era el permiso del padre.
Concertado el matrimonio, se procedía a la redacción de un contrato en el que se incluían las aportaciones y los derechos de ambos cónyuges, en términos de igualdad. Para la celebración del matrimonio no era necesaria ninguna ceremonia.
El adulterio podía ser castigado hasta con la muerte, especialmente si la adúltera era la mujer. Pero, según los textos que nos han quedado, la sociedad egipcia no era excesivamente machista.
Existía el divorcio al ser una de las partes repudiada, lo que motivaba el abandono del hogar por parte de uno de los cónyuges, generalmente la mujer. El marido debía mantener a la ex-esposa.
El principal objetivo del matrimonio era la procreación con tal de asegurar el linaje y un decoroso entierro para los padres.
Durante los tres primeros años de vida del hijo, éste sería amamantado por su madre.
El que solía dirigir el proceso educativo era el padre, enseñando al hijo el oficio familiar en el taller o la tienda.
La familia representaba la unidad básica de esta civilización tan enigmática. Existía un núcleo muy cerrado formado por triadas familiares: padre, madre e hijo, aunque otros miembros más alejados -sobre todo femeninos- como hermanas viudas y solteras, podían convivir en el mismo hogar a pesar de las diminutas dimensiones que solían tener las casas egipcias. Pero, generalmente se iban vaciando a medida que los hijos crecían. Las hijas de las clases bajas, por ejemplo, al llegar a la edad adulta se marchaban a otros pueblos a servir en casas.
Breves características e imagenes de religiones de la antigüedad (Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma). Sirve de complemento al tema 2 de la asignatura de Religión y Moral católica de 1º de ESO, según el libro de texto publicado por la editoraial SM.
Breves características e imagenes de religiones de la antigüedad (Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma). Sirve de complemento al tema 2 de la asignatura de Religión y Moral católica de 1º de ESO, según el libro de texto publicado por la editoraial SM.
Presentación sobre Mitología Egipcia, se utilizó en el diplomado de Historia Universal de Editorial Knight, impartido por el Dr. Enrique Caballero Peraza.
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
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2. a época predinástica hasta
la imposición
del cristianismo,
en el actual país de
EGIPTO
Durante la época
predinástica, divinizaron
aquellos fenómenos
naturales que les
desconcertaban, o
infundían temor, de los que
no conocían la razón de su
proceder; asociaron
estas divinidades con las
características de ciertos
animales,
3. Creación del mundo
En el principio sólo existía un océano infinito, Nun, que contenía todos los elementos del
Universo. No existían ni el Cielo ni la Tierra, y los hombres aún no habían nacido. No había vida
ni muerte. El espíritu del mundo se hallaba disperso en el caos, hasta que tomando conciencia
se llamó a sí mismo; así nació el dios Ra.
Ra estaba solo; creó de su aliento al aire, Shu, y de su saliva a la humedad, Tefnut, y los mandó
a vivir al otro lado de Nun.
Después hizo emerger una isla donde poder descansar; la llamó Egipto. Y como surgíó de las
aguas, viviría gracias al agua; así nació el Nilo.
Ra fue creando a las plantas y los animales a partir de Nun. Entretanto, Shu y Tefnut tuvieron
dos hijos, a los que llamaron Geb (Tierra) y Nut (Cielo). Geb y Nut se casaron; así, el cielo yacía
sobre la tierra, copulando con ella. Shu, celoso, los maldijo y los separó sosteniendo al cielo
sobre su cabeza, y sujetando a la tierra con sus pies; aún así, no pudo evitar que Nun tuviera
hijas, las estrellas.
Ra había enviado a uno de sus ojos a buscar a Shu y Tefnut. Pero cuando regresó, otro ojo
había ocupado su lugar. El primer ojo comenzó a llorar, hasta que Ra lo colocó en su frente,
creando así al Sol.
De las lágrimas del primer ojo nacieron los hombres y las mujeres, que habitaron en Egipto.
Y todas las mañanas, Ra recorría el cielo el cielo en una barca que flotaba sobre Nun,
transportando así al Sol. Cada noche, Nut se lo tragaba, y Ra continuaba su viaje por el
Infierno; si lo atravesaba, volvía a nacer de Nut, dando origen a un nuevo día.
4. Mitología egipcia, es el conjunto de creencias que conformaban
la religión del antiguo Egipto. Las creencias religiosas de los
antiguos egipcios tuvieron una influencia importante en el
desarrollo de su cultura, aunque nunca existió entre ellos una
verdadera religión, en el sentido de un sistema teológico
unificado. La fe egipcia estaba basada en una acumulación
desorganizada de antiguos mitos, culto a la naturaleza e
innumerables deidades. En el más influyente y famoso de estos
mitos se desarrolla una jerarquía divina y se explica la creación
de la tierra.
Durante la Quinta dinastía, los faraones comenzaron a atribuirse
ascendencia divina y desde esa época fueron venerados como
hijos de Ra. Dioses menores, simples demonios, por ejemplo
ocuparon un lugar jerárquico entre las divinidades locales
también.