La civilización egipcia tuvo orígenes en el Próximo Oriente y se desarrolló una sociedad jerarquizada donde el faraón gobernaba desde lo alto. Los egipcios tenían una religión politeísta que divinizaba las fuerzas naturales, y los sacerdotes desempeñaban un papel importante en los complejos ritos funerarios como la momificación. La escritura jeroglífica permitió preservar conocimientos sobre la ciencia, mitos y costumbres de los antiguos egipcios.