El documento discute varios mitos comunes sobre los empresarios. Refuta la idea de que los empresarios "nacen, no se hacen", señalando que muchos no tienen antecedentes familiares empresariales. También rechaza la noción de que solo aquellos que cumplen con ciertos requisitos o trabajan en ciertas industrias pueden considerarse empresarios, argumentando que la perspectiva empresarial es lo que realmente define a un empresario. Además, contradice la creencia de que se necesita dinero para ser empresario,