El sistema político de Esparta era una mezcla de elementos monárquicos, oligárquicos y democráticos. Contaba con dos reyes hereditarios con poderes militares, un consejo de éforos con poder ilimitado para un año, y una asamblea de ancianos y ciudadanos con funciones judiciales y de consulta respectivamente. Aunque ofrecía cierta participación ciudadana, no era considerada una democracia plena debido a su perfil conservador.