Las normas de auditoría generalmente aceptadas se dividen en 3 categorías: 1) Normas personales que requieren que los auditores tengan la capacitación y independencia adecuadas, 2) Normas relativas al trabajo que incluyen la planificación, supervisión de asistentes, evaluación del control interno y obtención de evidencia, y 3) Normas de informes que especifican la naturaleza de la relación del auditor con los estados financieros y los requisitos para expresar salvedades o negarse a emitir un dictamen.