Este poema describe la atracción del hablante hacia una persona silenciosa. El hablante aprecia la ausencia y el silencio de la persona, que parecen profundos y melancólicos. Aunque el silencio de la persona parece distante y doloroso, basta una palabra o sonrisa para alegrar al hablante y hacerle feliz de que la persona no esté realmente ausente o muerta.