El documento habla sobre cómo amar al prójimo es la clave para cumplir con toda la ley de Dios. Citando a Pablo, dice que toda la ley se resume en amar al prójimo como a uno mismo. Explica que quien ama no hace el mal a otros sino que se entrega por el bienestar de los demás. El amor al prójimo y a Dios no compiten, sino que el amor a Dios significa cumplir su voluntad de amar a los demás.
Leccion 4 Andar En La Luz Guardar Sus Mandamientos SefSamy
Estaran abolidos los mandamientos? A que mandamientos se refiere Jesus cuando dice, si me amais guardad mis mandamientos. Esto y mucho mas queda claro cuando andamos en la luz, Cristo, quien nos guia a la verdadera sabiduria de su propia palabra.
El Doctor de la ley pregunta a Jesús: Cuál es el mandamiento más importante de la ley? Había 613 leyes, resumidas en los 10 mandamientos. Qué quiere decirnos esto hoy? Leer Mateo 22, 34-40
Presentación para vivir la Palabra de Vida para el mes de mayo 2012: «Yo he venido para traer fuego al mundo, y ¡cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo! »
(Lc 12, 49).
Carta del párroco de Carballo a todos los catequistas de la Archidiócesis de Santiago de compostela anunciando el Año Jubilar Mariano en Carballo 2011-2012
1. PALABRA DE VIDA
Hoja Nº 79 - Julio - 2013
Proponemos el siguiente comentario a
un pasaje de las Escrituras, tomado de la
liturgia de este mes, para que impregne
nuestra vida cotidiana.
Proponemos el siguiente
comentario a un pasaje de las
Escrituras, tomado de la liturgia de
este mes, para que impregne
nuestra vida cotidiana.
«Toda la ley se cumple en una
sola frase: amarás a tu prójimo
como a ti mismo» (Ga 5, 14).
Estas palabras de Pablo, el Apóstol,
son breves, estupendas, lapidarias,
clarificadoras.
Nos dicen cuál debe ser la base del
comportamiento cristiano, lo que debe
inspirarlo siempre: el amor al prójimo.
El Apóstol ve en la práctica de este
mandamiento el pleno cumplimiento de
la ley, la cual dice: no cometerás
adulterio, no robarás, no desearás… Y
ya se sabe que quien ama no hace
nada de esto: quien ama no mata, no
roba…
«Toda la ley se cumple en una
sola frase: amarás a tu prójimo
como a ti mismo».
Pero quien ama no sólo evita el mal.
Quien ama se abre a los demás, quiere
el bien, lo hace, se entrega: llega a dar
la vida por la persona amada.
Por eso Pablo escribe que amando
al prójimo no sólo se observa la ley, sino
que se alcanza «la plenitud» de la ley.
«Toda la ley se cumple en una
sola frase: amarás a tu prójimo
como a ti mismo».
Si toda la ley consiste en amar al
prójimo, hay que considerar los demás
mandamientos como medios para
iluminarnos y guiarnos para saber
encontrar en las intrincadas situaciones
de la vida el camino para amar a los
demás; hace falta saber leer en
los demás mandamientos la intención
de Dios, su voluntad.
Él quiere que seamos obedientes,
castos, contenidos, mansos, misericor-
diosos, pobres… para practicar mejor
el mandamiento de la caridad.
«Toda la ley se cumple en una
sola frase: amarás a tu prójimo
como a ti mismo».
Nos podríamos preguntar: ¿cómo es
posible que el Apóstol omita hablar del
amor a Dios?
La cuestión es que el amor a Dios y
al prójimo no compiten entre sí; al
contrario, el uno, el amor al prójimo, es
expresión del otro, del amor a Dios.
Pues amar a Dios significa hacer su
voluntad, y su voluntad es que amemos
al prójimo.
«Toda la ley se cumple en una
sola frase: amarás a tu prójimo
como a ti mismo».
¿Cómo poner en práctica esta
Palabra?
Está claro: amando al prójimo,
amándolo de verdad. Lo cual significa:
donarnos a él, pero donarnos desinte-
resadamente.
No ama quien manipula a su prójimo
en función de sus propios fines, aunque
sean de lo más espiritual, como por
ejemplo hacerse santo. Tenemos que
amar al prójimo, no a nosotros mismos.
Sin embargo, es indudable que
quien ama así se hace santo de
verdad; será «perfecto como el Padre»,
porque habrá cumplido lo mejor que
podía hacer: ha entendido bien la
voluntad de Dios, la ha puesto en
práctica; ha observado plenamente la
ley.
Y ¿no es cierto que al final de la vida
se nos examinará únicamente sobre el
amor?
Chiara Lubich
2. Julio 2013
L M M J V S D
MISAL DOMINICAL Y FESTIVO
07 JULIO 2013
DECIMOCUARTO DOMINGO DEL T. O.
ARTESANOS DE LA PAZ
La humanidad desea la paz. Isaías
habla de la paz que alberga
Jerusalén como anticipo de la paz
que será derramada por todo el
mundo (1ª lect.). Los apóstoles,
mensajeros del Reino de Dios, son
misioneros del Reino y portadores de paz (Ev.). El
verdadero misionero se gloría únicamente en la cruz
y lleva en su cuerpo las marcas de Jesús (2ª lect).
14 JULIO 2013
DECIMOQUINTO DOMINGO DEL T. O.
LA LECCIÓN DEL SAMARITANOY DE JESUCRISTO
La primera lectura invita a recor-
dar y practicar el mandamiento
de Dios (1ª lect.). El evangelio subraya
quien es nuestro prójimo. Ayudar al
próximo es colaborar en la construcción
de una sociedad fundamentada en
el amor (Ev.). Cristo, que vino de lo alto, se acercó
amorosamente a la humanidad caída, como buen
samaritano, para redimirla en la cruz (2ª lect.).
21 JULIO 2013
DECIMOSEXTO DOMINGO DEL T. O.
LA ACOGIDA
La hospitalidad es de siempre.
Abrahán acoge a los tres perso-
najes y Dios le ofrece el don de la
vida (1ª lect.). Las hermanas de
Lázaro acogen a Jesús en su casa.
La hospitalidad pide servicio y
escucha (Ev.). El que acoge el misterio de Cristo lo
debe anunciar sin descanso hasta que todos lleguen
a la madurez plena de Cristo (2ª lect.).
25 JULIO 2013
SANTIAGO APÓSTOL, PATRONO DE ESPAÑA
BEBER DEL MISMO CALIZ
El apóstol Santiago cumplirá el
reto que le lanza Jesús a Él y a
su hermano. La primera lectura es un
acta martirial. El apóstol Santiago
fue el primer apóstol que murió por el
Evangelio (1ª lect.). Beber el cáliz
significa pasar por la experiencia de la muerte en
Cristo (Ev.). Pablo teologiza sobre la vocación
martirial del apóstol, porque lleva en sí la muerte de
Cristo (2ª lect.).
28 JULIO 2013
DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL T. O.
LA ORACIÓN CONSISTE EN DIALOGAR CON DIOS
Abrahán, el amigo de Dios, inter-
cede ante su Señor por los habi-
tantes de las dos ciudades amenaza-
das de destrucción (1ª lect.). Jesús,
el Maestro, enseña a orar a sus dis-
cípulos y les exhorta a ser perseve-
rantes (Ev.). La oración cristiana nos une con el
Señor, como el bautismo nos une estrechamente con
Cristo muerto y resucitado (2ª lect.).
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