El documento resume las reflexiones de Salomón sobre la justicia y la injusticia en el mundo según lo descrito en Eclesiastés 3. Aunque Salomón observó que a menudo hay impiedad donde debería haber justicia, concluyó que Dios, quien es siempre justo, juzgará tanto al justo como al impío a su debido tiempo. La única forma de encontrar verdadera satisfacción en la búsqueda de justicia es confiando en el Dios todopoderoso.