Programa electoral de Vox para las elecciones catalanas
Partidos politicos para la democracia I poder ciudadano
1.
2. PARTIDOS POLÍTICOS PARA
LA DEMOCRACIA I
LOS ARGENTINOS, LAS ARGENTINAS
Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Aportes para la reconstrucción del vínculo entre
los partidos políticos y la ciudadanía
3. Partidos políticos para la democracia I : los ciudadanos y los partidos políticos
: aportes para la reconstrucción entre los partidos políticos y la ciudadanía /
Martín Astarita ... [et al.] ; con la colaboración de Martín Astarita ; Pablo
Secchi ; Analía Ladisa ; coordinado por Laura Alonso. - 1a ed. - Buenos Aires
: Fundación Poder Ciudadano, 2007.
115 p. ; 22x16 cm. - (Biblioteca Poder Ciudadano)
ISBN 978-987-1350-10-0
1. Partidos Políticos. I. Astarita, Martín. II. Astarita , Martín, colab. III.
Secchi, Pablo, colab. IV. Ladisa, Analía, colab. V. Alonso, Laura, coord.
CDD 324
Fecha de catalogación: 01/06/2007
Copyright Fundación Poder Ciudadano
Piedras 547 (C1070AAK)
Buenos Aires, Argentina
Telefax: (5411) - 4331-4925
Hecho el depósito que prevé la Ley 11.723
Libro de edición argentina
Primera edición
4. PARTIDOS PARA LA DEMOCRACIA I
LOS ARGENTINOS, LAS ARGENTINAS
Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Aportes para la reconstrucción del vínculo
entre los partidos políticos y la ciudadanía
Autores
Pablo Secchi, Martín Astarita, Analía Ladisa, Laura Alonso
Consultora metodológica: Karina Kalpschtrej
Diseño de tapa y diagramación
www.mediamasa.com.ar
Corrección
Inés Gugliotella
5. Consejo Honorario
Teresa Anchorena
Víctor García Laredo
Mona Moncalvillo
Manuel Mora y Araujo
Luis Moreno Ocampo
Martha Oyhanarte
Consejo de Administración
Presidente
Carlos Facal
Vicepresidente
Renato Meyer
Vocales
Delia Ferreira Rubio
José Ignacio García Hamilton
Mempo Giardinelli
Silvina Gvirtz
Dirección Ejecutiva
Laura Alonso
6. Equipo Responsable
Área Acción con Políticos
Coordinador: Pablo Secchi
Asistentes: Martín Astarita y Analía Ladisa
Consejo asesor del proyecto Partidos Políticos para la Democracia
Carlos Acuña
Miguel De Luca
Liliana De Riz
Delia Ferreira Rubio
Constanza Galli
Mal Green
Fernando Laborda
Marcelo Leiras
Jorge Mayer
Manuel Mora y Araujo
Ana María Mustapic
Luis Tonelli
Daniel Zovatto
7. 9
Redes internacionales a las que pertenece Poder Ciudadano
Transparencia Internacional (TI), única or-
ganización no gubernamental a escala mun-
dial dedicada a combatir la corrupción, con-
grega a la sociedad civil, el sector privado y los
gobiernos en una vasta coalición global. A
través de sus capítulos en el mundo y su Secretariado Internacional, Transpa-
rencia Internacional aborda las diferentes facetas de la corrupción, tanto en el
interior de los países como en el plano de las relaciones económicas, comer-
ciales y políticas internacionales. El propósito es comprender y enfrentar los
dos rostros de la corrupción: quien corrompe y quien permite ser corrompi-
do. Asimismo, en el ámbito nacional, los capítulos de Transparencia Interna-
cional actúan en procura de una mayor transparencia y la materialización del
principio de rendición de cuentas. Con este fin, TI vigila el desempeño de al-
gunas instituciones clave y ejerce presión para la adopción no partidista de las
reformas que sean necesarias. www.transparency.org
En 1995, se creó la Red Interamericana para la Democracia
(RID). Las seis organizaciones fundadoras fueron Compa-
ñeros de las Américas (Estados Unidos); Asociación Con-
ciencia y Fundación Poder Ciudadano (Argentina); Corpo-
ración Participa (Chile); Instituto de Investigación y Auto-
formación Política (Guatemala) y Departamento de Ciencias
Políticas de la Universidad de los Andes (Colombia).
Desde entonces, la RID se transformó en la red más grande de organizaciones
de la sociedad civil en el hemisferio, con más de 350 miembros en 24 países
que promueven la participación ciudadana en la región por medio de la coo-
peración, la capacitación y la divulgación de información. www.redinter.org
8. 10
ElAcuerdo de LimaesunaReddeMovimien-
tos Cívicos de América Latina y el Caribe,
constituida el 15 de septiembre del 2000 en la
ciudad de Lima, Perú, por un grupo de orga-
nizaciones de la sociedad civil de distintos paí-
ses de la región, comprometidas con el fortale-
cimiento de la democracia, las cuales acordaron establecer una alianza para pro-
moverelintercambiodeexperiencias,proveerunsistemademutuoapoyoenas-
pectos políticos y técnicos del monitoreo electoral, y desarrollar actividades y
proyectos conjuntos. www.acuerdodelima.org
El Proyecto Internacional de Presupuesto
(IBP) del Centro sobre Presupuesto y Priori-
dades Políticas (CBPP) asiste a organizacio-
nes no gubernamentales, así como a investi-
gadores, en sus esfuerzos por analizar políticas presupuestarias y mejorar los
procesos y las instituciones del presupuesto. El proyecto está especialmente in-
teresado en asistir con investigación aplicada relevante a los debates políticos
vigentes,asícomoconinvestigaciónsobrelosefectosdelaspolíticaspresupues-
tarias en sectores marginados y de pobreza. La meta última del proyecto es ha-
cer que los sistemas de presupuesto respondan más eficazmente a las necesida-
des de la sociedad y, por consiguiente, sean más transparentes y responsables
ante el público. www.internationalbudget.org
La Fundación AVINA es una red de líderes de la sociedad
civil y del sector empresario que impulsan iniciativas por
el desarrollo sostenible en Iberoamérica.
El desarrollo sostenible es una opción viable para el mejo-
ramiento de la dignidad humana, a través de la cual se satisfacen las necesida-
des del presente compatibilizándolas con las de las generaciones futuras. AVI-
NA busca vincular a líderes de la sociedad civil y del sector privado, porque
cuando trabajan juntos logran desarrollar soluciones de largo plazo para sus co-
munidades. www.avina.net
9. 11
El Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA)
es una entidad intergubernamental autónoma, cuya mi-
sión es apoyar a los Estados de la región en sus procesos de
reforma a la justicia. Su sede se encuentra en Santiago de
Chile y sus miembros son todos los países integrantes activos de la Organiza-
ción de Estados Americanos (OEA). Nace en 1999, por resolución de la Asam-
blea General de la OEA, en cumplimiento de los mandatos que enfatizaban la
necesidad de incorporar el fortalecimiento del sistema judicial y la administra-
ción de justicia como tópico relevante para la gobernabilidad y el desarrollo
económico de los países. www.cejamericas.org
La Red Puentes es una alianza internacional integrada por or-
ganizaciones de la sociedad civil comprometidas con la Res-
ponsabilidad Social Empresaria y apoyada por la Agencia de
Cooperación al Desarrollo, NOVIB y fondos públicos de Ho-
landa. Su propósito es contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la RSE des-
de la perspectiva de la sociedad civil. Esta alianza integra a 21 organizaciones de
cinco países: Argentina, Brasil, Chile, Holanda y México. En la Argentina, es-
tuvo conformada originalmente por las fundaciones SES, El Otro y Geos, y en
2004 se incorporaron a la Red la Fundación de Ambiente y Recursos Humanos
(FARN) y Poder Ciudadano. www.redpuentes.org
10. 12
-Revista Poder Ciudadano, revista propia de
edición mensual (de marzo a diciembre), de
1991 a 1997.
-Control de la corrupción. ¿Qué puede hacerse?,
Foros de Interés Ciudadano, Poder Ciudada-
no, Buenos Aires, 1991 a 1997.
-Los ciudadanos y sus representantes. ¿Cómo me-
jorar una relación deteriorada?, Foros de Inte-
rés Ciudadano, Poder Ciudadano, Buenos Ai-
res, 1993.
-Banco de Datos de políticos argentinos 2, 1995.
-Nuevas herramientas para la acción ciudada-
na en defensa de los derechos del medio am-
biente, Programa de Participación y Fiscali-
zación Ciudadana, Poder Ciudadano, Bue-
nos Aires, 1997.
-Herramientas de acción ciudadana para la de-
fensa de los derechos de la mujer, Programa de
Participación y Fiscalización Ciudadana, Po-
der Ciudadano, Buenos Aires, 1997.
-La copia y la coima: Cómo cambiar un estilo,
Editorial Troquel, Buenos Aires, 1997.
-Acciones de fiscalización y control ciudadano de
la gestión pública, Red Interamericana y del
Caribe para la Democracia, Poder Ciudada-
no, Buenos Aires, 1998.
-Aulas sin fronteras: Experiencias educativas in-
novadorasquepromuevenlaparticipaciónyme-
joranlaconvivencia,OscarRasoriet.al.,Aique
Grupo Editor, Buenos Aires, 1999.
-BancodeDatosdecandidatos,PoderCiudada-
no, Buenos Aires, 2000.
-Día Internacional: Experiencias exitosas en el
campo del presupuesto participativo, Buenos
Aires, 2002. (Está disponible también una
versión digital de esta publicación).
-Manual de organizaciones no gubernamenta-
les:Unaestrategiadelasociedadcivilparaeltra-
bajo presupuestario. La experiencia de Poder
Ciudadano 2001-2003, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2003.
-Manual sobre el monitoreo cívico del Consejo
de la Magistratura, Poder Ciudadano, Buenos
Aires, 2003.
-Manual de planes de acción de incidencia en
políticas públicas, Ñukanchik Kawsayta Alli-
chinkapak Ruraykuna, Poder Ciudadano,
Fundación Esquel. Partners of the Américas,
USAID, Red Interamericana para la Demo-
cracia, Ecuador, 2003.
-Manual de periodismo social, Poder Ciudada-
no, Buenos Aires, 2003 (segunda edición).
-Índice Latinoamericano de Transparencia Pre-
supuestaria. La experiencia de 10 países, 2003:
Informe regional, versión en español, inglés y
portugués, México, 2003.
-Índice Latinoamericano de Transparencia Pre-
supuestaria. La Experiencia de 10 países, 2003:
Informe de la Argentina, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2003.
-¿Quién es Quién? Banco de Datos de candida-
tos presidenciales, 1995, 1999, 2003.
-¿Quién es Quién? Banco de candidatos a Jefe de
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Poder
Ciudadano, Buenos Aires, 2003.
-Primer diagnóstico de independencia judicial, 2003.
Otras publicaciones de la Biblioteca Poder Ciudadano
11. 13
-CD card del Monitoreo de la cobertura de
medios, 2003.
-Procedimientos consultivos para la adquisición
detextosacadémicos,MinisteriodeEducación,
Ciencia yTecnología - Fundación Poder Ciu-
dadano. Capítulo Argentino de Transparen-
cia Internacional, en Caja de Herramientas
para el control ciudadano de la corrupción,
Transparencia Internacional, Poder Ciudada-
no, Buenos Aires, 2004.
-Sociedad civil y presupuesto participativo, la
experiencia argentina, Foro internacional so-
bre presupuesto participativo, Fondo del
Congreso de la República de Perú. Lima,
2004.
-Manual de acción colectiva por la justicia. De-
recho de interés público, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2004.
-Manual de monitoreo de medios en períodos
electorales, La Crujía Ediciones, Buenos Aires,
2004.
-Periodismo social. Para que nuestra informa-
ción sea noticia. Infocívica, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2004.
-Monitoreo cívico del gasto en propaganda polí-
tica. Manual para ONG, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2004.
-El Congreso bajo la lupa 2004, Poder Ciuda-
dano, Buenos Aires, 2005.
-¿Cómo monitorear instituciones legislativas?
Propuestas para la ciudadanía y las organiza-
ciones de la sociedad civil, Poder Ciudadano,
Buenos Aires, 2005. Impreso por Manchita.
-Herramientas para la participación ciudada-
na, Poder Ciudadano, Buenos Aires, 2005.
Impreso por Manchita.
-El congreso bajo la lupa 2005,Poder Ciudada-
no, Buenos Aires, 2005. Impreso por Man-
chita.
-Contrataciones Públicas Vulnerables, Poder
Ciudadano, Buenos Aires, 2006. Impreso por
Manchita.
-Una mirada atenta sobre el Consejo de la Ma-
gistratura, Poder Ciudadano, Buenos Aires,
2006. Impreso por Manchita.
-El Congreso y la información, Buenos Aires,
septiembre de 2006. Impreso por Manchita.
-Problemas en la democracia, ¿Qué hacer para
solucionarlos? Cuadernillo para facilitar la
deliberación, Buenos Aires, octubre de 2006.
Impreso por Manchita.
-Transparencia y control social en las contrata-
ciones públicas, Buenos Aires, noviembre de
2006. Impreso por Manchita.
13. 15
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Capítulo 1
Partidos políticos y ciudadanía: Algunas reflexiones e ideas para reconstruir
el puente de la confianza y la representación.......................................... 19
Capítulo 2
Funcionamiento de los partidos políticos...............................................43
Capítulo 3
Afiliaciones............................................................................................51
Capítulo 4
Financiamiento de los partidos políticos ............................................... 63
Capítulo 5
Democracia interna en los partidos políticos......................................... 83
Capítulo 6
Conclusiones........................................................................................ 95
14. 17
PRÓLOGO
Estudiar la relación entre los partidos políticos y la ciudadanía es un trabajo
que requiere despojarse de todo preconcepto conocido sobre el tema. Intentar
no caer en los clichés conocidos y aportar pequeñas recomendaciones para que
ciudadanos y partidos transiten el mismo camino es el desafío que hemos asu-
mido desde Poder Ciudadano. Porque los partidos políticos importan. Porque
son instituciones esenciales de todo régimen democrático.
El programa “Partidos Políticos para la Democracia” intenta reconstituir ese
vínculo desgastado entre ambos actores luego de veinticuatro años de demo-
cracia ininterrumpida. Durante estos años la ciudadanía argentina pasó por
ciclos de ilusión y de desencanto.
El trabajo realizado por Poder Ciudadano se presenta en dos etapas, cada una
de las cuales está plasmada en una publicación. La primera publicación,
Partidos políticos para la democracia I. Los argentinos, las argentinas y los
partidos políticos, se divide a su vez en dos partes:
a) El análisis de la percepción que tiene la ciudadanía acerca de la polí-
tica y lo político, captada por medio de encuestas y grupos focales con
ciudadanos.
b) El desarrollo de algunos temas relevantes para la organización y el
funcionamiento de la política partidaria y la participación ciudadana
dentro de los partidos políticos. Entre estos temas son protagonistas
la organización partidaria, el financiamiento, las afiliaciones de los
partidos y la democracia interna de éstos.
Como todo vínculo necesita al menos de dos partes, el segundo de los traba-
jos, Partidos políticos para la democracia II. Los políticos y la ciudadanía, se
dedica a plasmar las creencias y las percepciones de los propios líderes políti-
cos sobre su relación con la ciudadanía, la política y los partidos políticos. El
principal logro de este segundo trabajo fue darles un espacio a una gran canti-
dad de políticos argentinos para que puedan expresarse con total libertad en
15. 18
una amplia entrevista anónima en la cual se tocaron diversos temas de interés
público. Una de las pautas de este trabajo fue identificar por qué hay tantas
diferencias entre lo que los políticos dicen que quieren hacer y aquello que los
ciudadanos perciben que hacen. En este primer estudio, se observa cómo la
ciudadanía argentina asume mayoritariamente un rol pasivo ante la política y
deslinda responsabilidades.
El vínculo ciudadanos-políticos necesita del compromiso, la responsabilidad
y la proactividad de ambas partes. Este trabajo pone la lupa sobre las percep-
ciones y las opiniones de la ciudadanía frente a la política, lo político y los polí-
ticos. Esperamos promover interrogantes y algunas respuestas a fin de que
representantes y también representados asumamos con madurez y responsa-
bilidad el rol que nos toca ocupar si efectivamente estamos dispuestos a que la
democracia madure.
16. Las instituciones políticas atraviesan una profunda crisis de confianza. De
estas instituciones, los partidos políticos son los más afectados no sólo en la
Argentina, sino también en el resto de las democracias del mundo. Cada año,
estudios de opinión, como Latinobarómetro o el Barómetro Global de la
Corrupción de Transparencia Internacional, muestran la desconfianza que
caracteriza el vínculo entre la ciudadanía y los partidos.
Sin embargo, los partidos políticos son instituciones esenciales de la demo-
cracia representativa. Los diagnósticos son buenos porque nos dan una foto-
grafía de la realidad, pero se vuelven una pesadilla cuando esa realidad no
puede o no quiere ser modificada por los protagonistas.
CAPÍTULO 1
Partidos políticos y ciudadanía: algunas
reflexiones e ideas para reconstruir el puente
de la confianza y la representación
17. 20
Fuente: Latinobarómetro, 2006.
La representación política atraviesa una larga crisis que ha afectado directa-
mente a su vehículo tradicional: los partidos políticos. Pero con el diagnósti-
co no alcanza. Este documento se orienta a generar y alimentar un debate
responsable sobre la reforma de los partidos y el sistema de partidos. En defi-
nitiva, se trata de identificar los caminos apropiados para reconstruir el
vínculo roto entre ciudadanía y partidos políticos.
Origen y funciones de los partidos políticos
Los partidos políticos surgen en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Son
producto de la movilización de las masas que demandan y adquieren derechos
políticos y se disponen a participar electoralmente a través del sufragio uni-
versal. Los partidos canalizan, agregan, y articulan las demandas y los intere-
ses de los diferentes colectivos sociales y las promueven en la arena política (el
gobierno y la oposición) para su debate y satisfacción.
Para Abal Medina (h), un partido político es “una institución voluntaria que
0 20
82Bomberos
Iglesia
Radio
Televisión
El vecino
Presidente
Tribuna electoral
Periódicos
Fuerzas Armadas
Gobierno
Empresas privadas
Policía
Poder Judicial
Congreso
Partidos políticos
71
69
64
58
47
47
44
44
43
42
37
36
27
22
40 60 80 100
¿Diría que tiene mucha, alguna, poca o ninguna confianza en...?
18. 21
(a) busca explícitamente influir en el Estado, generalmente tratando de ocu-
par posiciones en el gobierno a través de las elecciones u otra forma de legiti-
midad popular; (b) posee una organización que pretende ser, o al menos se
presenta como, duradera y estable, y (c) usualmente consiste en algo más que
la expresión de un interés particular de la sociedad e intenta, en alguna medi-
da, agregar intereses distintos”.1
Los partidos representan (o buscan representar) “partes” de una sociedad. Por
ello, surgen en sociedades pluralistas que reconocen y respetan la existencia de
actores, sectores e intereses diversos. Los partidos agregan y articulan diferen-
tes demandas y compiten política y electoralmente para satisfacer los intereses
de sus miembros, seguidores o simpatizantes. De algún modo, los partidos
cristalizan la diversidad de intereses que emergen en una sociedad democráti-
ca. Obviamente, este pluralismo demarca las diferencias que existen en toda
sociedad y que, de algún modo, dificultan la identificación del “bien común”.
“La misma existencia de los partidos nos pone de manifiesto esas incómodas
divisiones que existen en nuestras sociedades, nos obliga a entender su com-
plejidad y a reconocer en última instancia que esto no es producto de una con-
fusión, de un malentendido, sino que expresa diferencias profundas de inte-
reses que no son superables, es decir, que están imposibilitadas de alcanzar un
acuerdo. Aceptar verdaderamente a los partidos es reconocer que en nuestras
sociedades lo único cercano al bien común es el producto contingente y muta-
ble de consensos y soluciones cambiantes, que nunca dejan igual de satisfe-
chos a todos”.2
Los partidos políticos emergen y se desarrollan en un determinado contexto
histórico que produce en ellos marcas fundacionales que los caracterizan a lo
largo de su vida institucional. Un partido de clase obrera de fines de siglo XIX
tiende a desarrollar un fuerte aparato burocrático interno y hace de la figura
del miembro militante su columna vertebral. En el siglo XXI, los partidos
1
Abal Medina, Juan Manuel (h), Los partidos políticos: ¿un mal necesario?, Buenos Aires, Capital Intelectual,
Colección “Claves para Todos”, 2004.
2
Abal Medina, op. cit., págs. 15-16.
19. 22
emergen en un contexto de creciente pluralidad de expresiones sociales y de
desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Este
ambiente social genera formas diferentes y alternativas de desarrollo organiza-
cional.
A pesar de ello, muchos de los partidos políticos que compiten en nuestros paí-
ses han surgido a fines del siglo XIX o a mediados del siglo XX y conservan carac-
terísticasorganizacionalesquefueronapropiadasyefectivasenelmomentodesu
fundación. Sin embargo, la realidad ha cambiado, y las expectativas y las deman-
das de la sociedad se han modificado profundamente.
Quizá sea el momento de preguntarse cómo se deben adaptar esos partidos a
las necesidades y las prácticas del siglo XXI. O mejor aún, quizás es el momen-
to de dejar de preguntar y avanzar a paso firme con las reformas de los parti-
dos políticos al siglo XXI. Si la sociedad cambió (cuantitativa y cualitativa-
mente), si el sistema económico es diferente, si las tecnologías avanzaron, si los
mecanismos de comunicación no son los mismos, si la posibilidad de partici-
pación de la ciudadanía es real, es necesaria la adaptación de los partidos a la
nueva realidad, y de la ciudadanía a los partidos.
Los partidos no sólo se insertan en un contexto social, sino también en un
ambiente más específico: el sistema de partidos. Las reglas formales e infor-
males de la competencia, la construcción de coaliciones y el financiamiento
poseen un fuerte impacto en la vida de los partidos. Por ello, al hablar de refor-
mas en los partidos, también debemos tener en cuenta el sistema de partidos,
el sistema político, el sistema social, y los ajustes y los efectos que las transfor-
maciones pueden tener sobre todos ellos.
20. 23
Los partidos políticos importan
Los argentinos y las argentinas frente a los partidos políticos y la política:
historia de un desencuentro
En el primer semestre de 2006, Poder Ciudadano realizó un estudio de opi-
nión pública sobre el vínculo que la ciudadanía argentina tiene con la políti-
ca, lo político y los partidos políticos.3
Los resultados no son alentadores, aun-
que presentan una inestimable oportunidad para aquellos que reconocen la
necesidad de transformar las organizaciones partidarias y, muchas veces,
sufren prácticas criticadas y cuestionadas por el público.
La primera fase del estudio se basó en un análisis cualitativo de las opiniones
de ciudadanos y ciudadanas de diferentes estratos sociales y edades que viven
en el área metropolitana. El trabajo se realizó en grupos focales.
En el análisis se identificaron tres niveles diferentes del discurso popular res-
pecto de la cuestión política: a) lo que se dice explícitamente, b) lo que no se
dice y c) lo que se dice virtualmente.
Partido político
Sistema de partidos
Sistema político
Sistema social
3
El estudio fue realizado por la empresa IPSOS – Mora y Araujo.
21. 24
¿Qué se dijo explícitamente en los grupos?
El discurso explícito de los participantes es poco reflexivo, está cargado de inten-
sidad emocional o indiferencia y no agrega mucho a lo que habitualmente escu-
chamosoleemosrespectodelaopinióndelaciudadaníafrentealapolítica.Esun
discurso tedioso, repetitivo, plagado de clichés que son aceptados sin ningún tipo
de cuestionamiento o reflexión. Esta forma de entender la política está llena de
escepticismo y negatividad. No hay espacio para el disenso o para visiones menos
desconfiadas respecto de la política y lo político.
Es evidente que predomina un desinterés marcado en la actividad política, que
automáticamente se vincula a la corrupción, el enriquecimiento y la mafia. Sin
embargo, a pesar de todo este rechazo, también surgen otros clichés teóricos:
“la política puede defenderse porque es buena”.
En conclusión, lo que se da a entender es que la política es buena, pero el pro-
blema son los políticos. Entonces surge la generalización de que todos los
políticos son oportunistas, corruptos y mentirosos, que no tienen ni valores
ni ideales.
“Para mí es algo importante, pero está bastardeada…”
“A mí me interesa la política, pero no ésta, sino la política en serio…”
Es lo más corrupto
que hay. No me
interesa
para nada.No tenemos un
político como la gente.
No hay gente joven
en política.
Pasa el tiempo
y siempre están
los mismos.
22. 25
Los cinco porqués de la desconfianza:
ENGAÑO
RESPONSABILIDADES
CORRUPCIÓN
VOTOS COMPRADOS
IMPUNIDAD
Se afirma lo siguiente: “La gente vota porque dice: ‘Éste va a hacer algo’, y una
vez que están más allá, se olvidan de todo lo que prometieron. Por eso la gente
no cree en nadie”.
Entonces, se percibe que todos somos engañados por los políticos que nos pro-
meten cosas que luego, obviamente, no cumplen. Surge aquí el problema de las
“promesas incumplidas de la democracia” o la cuestión del rendimiento y el
desempeño. Al respecto el filósofo italiano Norberto Bobbio dice:
“… la rapidez con la que se presentan las demandas al gobierno por parte de
los ciudadanos está en contraste con la lentitud de los complejos procedi-
mientos del sistema político democrático, por medio de los cuales la clase
política debe tomar las decisiones adecuadas. De esta manera se crea una ver-
dadera y propia ruptura entre el mecanismo de recepción y el de emisión, el
primero con un ritmo cada vez más acelerado, el segundo con uno cada vez
más lento”.4
El problema del desempeño democrático, el aumento creciente de las deman-
das en cantidad y en pluralidad, y las dificultades de las instituciones políticas
para procesarlas generan el mayor punto de inflexión en la crisis de confianza.
Instituciones del siglo XIX se enfrentan con una sociedad de demandas e inte-
reses plurales y atomizados en el siglo XXI. Es razonable la falla, pero también
puede serlo transformar esta crisis en oportunidad.
Los políticos tienen responsabilidades que el ciudadano de a pie no tiene. Sin
4
Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1993, pág. 28.
23. 26
embargo, resulta claro que no son responsables de todo. Los resultados de
nuestro estudio reflejan que los políticos son responsables absoluta y total-
mente de todo lo malo que pasa en el país y en la vida de cada uno de nosotros.
Entonces…
Emerge aquí cierta pasividad en el ciudadano de a pie que espera que los polí-
ticos resuelvan todo, hasta los problemas de su vida privada que no tienen que
ver con lo público. Se espera la resolución de cuestiones que están fuera de la
esfera de la política o que dependen de otros resortes.
Los políticos engañan, son irresponsables y corruptos. La corrupción es el atri-
buto que define la imagen de los políticos. Entonces, cualquiera que se dedi-
que a la política lo hace en busca de un interés personal: enriquecerse.
Por supuesto que los casos de enriquecimiento y corrupción política inundan
las tapas de los diarios, y no, los casos de aquellos y aquellas que se dedican a
la política entendida como la actividad capaz de transformar la realidad. Así,
se construyen los estereotipos negativos.
La juventud está perdida
por culpa de ellos. Son
responsables porque no
dan oportunidades para
que los chicos estudien.
Educación, salud… eso
es claro que la política no
lo da. Falta todo eso, y
gracias a la política.
Fijate lo que es la política: yo
trabajo en un kiosco; la cerveza
está a $2,35 y la van a aumentar a
$2,80. Entonces, te das cuenta de
que continuamente suben las
cosas… A ellos no les importa
nada. Los políticos dejan que los de
abajo hagan lo que quieran, que
aumenten los precios…
24. 27
Aquí surgen varias preguntas que invitan a reflexionar: ¿Son los políticos siem-
pre responsables de todo lo que le sucede al ciudadano? ¿No es tarea del ciu-
dadano identificar a aquellos políticos que cumplen bien con el rol para el cual
fueron elegidos? ¿Cuáles son los mecanismos para lograrlo? ¿Qué rol tienen los
medios de comunicación en la generación y la consolidación de estereotipos?
Sin intentar defender la calidad de la clase política que gobierna, ni las res-
ponsabilidades que asume el ciudadano, a partir de estos interrogantes se
observan tres actores responsables que interactúan en el vínculo representa-
dos-representantes. Quien toma decisiones políticas o de políticas públicas
(representados-representantes), quien recibe el mensaje o se ve afectado por la
decisión (representantes-representados) y quien intermedia la comunicación
(en la mayoría de los casos, los medios de comunicación).
No sólo se incluye aquí el periodismo, aunque es importante destacar que
tampoco se lo excluye. Como medio de comunicación se quiere indicar todo
intermediario que puede actuar de comunicador entre el ciudadano y el polí-
tico: el periodismo; las nuevas tecnologías de información, como Internet y el
E-mail; la publicidad, etcétera.
Nuevos interrogantes nos ayudan a reflexionar sobre las responsabilidades de
cada uno de los actores: ¿Cuáles son las herramientas que el político utiliza
paracomunicarseconlaciudadanía?5
¿Cuálessonlasherramientasquelosciu-
dadanos utilizan para conocer a sus candidatos, a sus representantes, y para
exigirles que rindan cuentas? ¿Con qué criterios los medios de comunicación
catalogan de bueno o malo a determinado representante?
5
Esta cuestión es debatida en las entrevistas realizadas en profundidad con líderes políticos, que figuran en el
libro Partidos políticos para la democracia II. Los políticos y la ciudadanía.
Representante Medio de comunicación Representado
Representado Medio de comunicación Representante
25. 28
Por otro lado, del estudio surgió lo siguiente: “Los políticos ‘compran los
votos’ y los ‘giles’ los siguen. Éstos son pobres e ignorantes y votan porque reci-
ben ‘electrodomésticos por los votos’.
Finalmente, surge también esto: “Ellos pueden hacer lo que quieran y nadie
los puede tocar; entonces, no les importa. Saben que nadie los puede tocar y
hacen lo que quieren…”. Los políticos son impunes.
Recomendaciones
A la ciudadanía:
• Informarse sobre quiénes son sus representantes.
• Explorar y utilizar vías para comunicarse con ellos.
• Observar atentamente su gestión.
• Solicitarles información.
• Exigir a los representantes que rindan cuentas, o sea, que fundamenten sus decisiones.
• Utilizar el voto como aprobación o desaprobación de una gestión.
• Tener una mirada crítica sobre la información que reciben.
• Comprender la complejidad de la tarea del representante.
• No prejuzgar e intentar escuchar las motivaciones y los fundamentos de los representantes cuando
toman una decisión para luego formarse una opinión.
• Recordar que el voto es la herramienta por la cual se castiga o se aprueba un partido político y a los
Los políticos son...
compradores
de votos
impunes
corruptos irresponsables
engañadores
26. 29
La política: un mal necesario
La política y la democracia: interpretaciones teóricas… ¿creencias asumi-
das?
Los clichés negativos también tienen su cara positiva: la interpretación teórica
respecto de la política y la democracia. Hasta qué punto esta interpretación teó-
rica se vuelve creencia asumida es difícil de comprobar. Sin embargo, y a pesar
de sus efectos negativos, “la política es un mal necesario”.
La democracia es aceptada y los partidos aparecen como instituciones esen-
ciales que hacen a su funcionamiento. Hay aceptación del sistema, pero no
satisfacción con su desempeño.
representantes. Las elecciones periódicas permiten remover de los cargos a aquellos representan-
tes que no satisfacen nuestras expectativas.
A los partidos políticos y los representantes:
• Preocuparse por comunicar y fundamentar sus decisiones generando canales de comunicación
propios y alternativos a los tradicionales.
• Estar cerca de los ciudadanos la mayor cantidad de tiempo posible para romper la brecha existente
entre representantes y representados.
• Publicitar su gestión y facilitar el control ciudadano de ésta.
• Utilizar nuevas tecnologías para rendir cuentas.
A los medios de comunicación:
• Generar información completa y oportuna.
• Discriminar claramente información y opinión.
• No regirse exclusivamente por intereses comerciales.
• Responsabilizarse acerca del rol social que cumplen y tener en cuenta que la noticia que más vende
no siempre es la que mejor les hace a las instituciones de la democracia, especialmente si no se
realiza un análisis profundo de la institución sobre la cual se comunica.
27. 30
Y entonces, ¿qué hacemos?
En el discurso explícito, aparece la necesidad del cambio, la reforma. Y surge
otro cliché: “la reforma política”. El problema es que la insatisfacción es tal que
se desliza la adhesión a “cualquier propuesta de reforma política”. Cualquier
reforma política puede tener efectos adversos a los esperados, por lo que la
situación requiere mayor análisis y reflexión. No se sabe qué reformar y, menos
aún, cómo hacerlo.
Según la visión de los ciudadanos, quienes no pueden o no deben participar
de la reforma son los políticos. ¿Es posible una reforma de la política sin los
políticos? Esta visión obtura la posibilidad de pensar siquiera en una reforma.
¿Es posible pensar una reforma educativa sin los maestros? ¿Es posible pensar
una reforma de la policía sin los policías?
Las reformas se producen sobre la base del empuje de lo nuevo, lo alternativo
y lo diferente sobre lo conocido, y en una primera etapa convive lo viejo con
lo nuevo. Como afirma Guillermo O’Donnell, en un escenario optimista,
“esperaría que una parte decisiva de la clase política llegue a reconocer la cali-
dad autodestructiva de los ciclos y procesos y resuelva cambiar los términos en
Lo que falla no es el sistema político, sino las
personas elegidas. Como sistema de administración de un
país me parece que es lo más perfecto que hay pero, bueno,
o falla la gente que elegimos o fallamos los que elegimos
a determinadas personas…
Las experiencias que tenemos desde hace veinte años
es que la democracia, o lo que representa la democracia,
es algo que no es lo que uno esperaba, pero
evidentemente tiene que existir.
28. 31
los que compite y gobierna”.6
No siempre esto sucede. La convicción, el com-
promiso y el liderazgo político para el cambio son esenciales. Pero también lo
son la convicción, el compromiso y la demanda de la ciudadanía al respecto.
Esta reforma de la política y sus instituciones (¿cuáles?) debe ser discutida
ampliamente por sus protagonistas: los líderes políticos, los partidos y la socie-
dad. En este camino, debemos hacer lo siguiente:
- definir los objetivos y las metas;
- contar con mecanismos de medición de los resultados;
- diseñar una reforma sobre la base de los efectos que se busca lograr, y
sopesar las ventajas y las desventajas, además de prever los efectos nega-
tivos o no deseados que puedan surgir de ella.
Lo que no se dice
Durante las discusiones en los diferentes grupos de ciudadanos no aparecen
algunas cuestiones que merecen ser destacadas:
1. no hay referencias partidarias;
2. no se utilizan categorías ideológicas;
3. no hay un registro consciente de los distintos mecanismos de represen-
tación.
“Ser peronista”, “ser radical” o “pertenecer a las filas del Partido Socialista” no
son frases que se escuchen con frecuencia entre los participantes de nuestro
estudio. Las nuevas generaciones no tienen idea alguna del fenómeno de la
identificación partidaria. En muchos casos, esto puede deberse a la falta de
acercamiento de los partidos hacia estos sectores, al desinterés de los jóvenes
o al traspaso de la frustración de generaciones interiores. También puede ser
un legado negativo de la dictadura de los setenta y, por qué no, de la históri-
ca inestabilidad del régimen democrático y, también, del usual desprecio por
las instituciones representativas en favor de liderazgos carismáticos que todo
lo pueden.
6
Guillermo O’Donnell, “Democracia delegativa”, en Contrapuntos, Buenos Aires, Paidós, 1997, pág. 304.
29. 32
Si no hay registro de identificaciones o pertenencias partidarias, menos aún
aparecen rastros de categorías ideológicas. La ideología entendida como rece-
tario no existe. Pero tampoco existe la ideología entendida como orientación
del discurso y las acciones en un claro y determinado sentido. Más allá de ello,
vale la pena indagar sobre la existencia de cuerpos de ideas y valores que repre-
sentan una ideología pensada de manera alternativa a las visiones tradicionales.
La inexistencia de un registro consciente de los mecanismos de representación
afecta a los partidos políticos (al igual que a otras instituciones representativas,
como las Legislaturas). Los dirigentes no son reconocidos como “representan-
tes” de sus dirigidos. La distancia entre representantes y representados es
amplia, y el voto parece no funcionar como puente de la representación.
Vale la pena recordar que el mecanismo de la representación política a través
de los partidos políticos en la Argentina ha tenido un desarrollo particular
interrumpido por los sucesivos golpes de Estado en el siglo XX y la caracterís-
tica “movimientista” de la política nacional.
En consecuencia, el desafío parece ser doble: por un lado, construir la legitimi-
dad de los mecanismos de representación; por el otro, promover un diseño ins-
titucional alternativo y novedoso para los clásicos canalizadores, los partidos.
Respecto del voto, no parece ser novedad que es condición necesaria en la
democracia representativa, pero no suficiente. Abre la posibilidad de reflexio-
nar como ciudadanos y ciudadanas respecto de cuál puede ser nuestro rol más
allá del voto durante los años de gestión de los gobiernos y la oposición. Se
introducen así conceptos y prácticas como la de la rendición de cuentas y la
mirada vigilante y alerta de la sociedad tanto sobre el proceso de toma de deci-
siones como del diseño de políticas públicas.
Se trata de una deuda de la democracia argentina caracterizada por los exper-
tos como democracia no institucionalizada o delegativa. Esta democracia
delegativa genera oportunidades para la concentración de poder, la toma rápi-
da de decisiones sin la generación de los necesarios consensos, la falta de deba-
te público y la debilidad permanente de las instituciones.
30. 33
“Una democracia no institucionalizada se caracteriza por el poco alcance, la
debilidad y la baja densidad de las instituciones políticas existentes. El lugar
de esas instituciones queda ocupado por otras prácticas no formalizadas pero
firmemente afirmadas: el clientelismo, el patrimonialismo y la corrupción”.7
La ciudadanía tiene efectivamente un rol que asumir y cumplir a fin de gene-
rar una sinergia positiva con los liderazgos políticos y los partidos. La desa-
tención produce vacíos para el oportunismo, la impunidad y el hacer sin res-
ponsabilidad. Desde los diferentes roles es importante asumir los desafíos y las
responsabilidades que emergen en el presente.
¿Qué se dice en forma virtual?
En los grupos focales hay temas de los que no se habla explícitamente, pero
que emergen virtualmente en las discusiones. Es posible identificar tres cues-
tiones fundamentales:
1. La trilogía ilusión-desilusión-engaño.
2. El poder.
3. La ciudadanía “víctima”.
El engaño ha sido mencionado más arriba como uno de los porqués de la des-
confianza hacia la política. Este engaño es el producto de un proceso anterior
y es el que transforma la ilusión en desilusión. Se evidencia “ilusión” inicial
frente a la política, generalmente en momentos de elecciones, aunque desme-
dida. Se asigna a los políticos y a la política la responsabilidad global por todo
lo que sucede (en general, lo malo). La política alimenta esa ilusión y luego, al
no satisfacer las demandas ni las expectativas, la ilusión se transforma automá-
ticamente en desilusión y más tarde en engaño.
Por otro lado, el poder es propiedad de los políticos y está lejos de la “gente
común”. Además, se percibe que la posibilidad de influir en las decisiones que
7
O’Donnell, op. cit., pág. 293.
31. 34
afectan a todos es mínima o inexistente. Esta percepción genera desmotivación
a participar en cuestiones de interés público. En ese contexto, los partidos polí-
ticos no aparecen como canales atractivos para la participación.
Siguiendo con este razonamiento, si somos engañados y el poder está lejos y es
impenetrable, surge el “pueblo víctima”. La resignación, los reproches y la
furia impotente son las reacciones ante la victimización. “Esos políticos” vie-
nen y se llevan nuestras ilusiones, traicionan la palabra, roban y se enriquecen,
sólo piensan en ellos mismos. “Nosotros” resistimos, hacemos el aguante, nos
sentimos engañados y somos víctimas de una manga de corruptos que sólo
piensan en ellos mismos.
La victimización no es buena consejera. Se caracteriza por la pasividad o la furia
y ninguno de estos extremos construyen horizontes colectivos sustentables.
Actitudes ciudadanas ante lo político, la política y los políticos
Aparecen cuatro tipos de actitudes que parecemos tomar frente a la cuestión
política:
1. “Los razonables” tienen un interés por la problemática y tienden a adap-
tarse. Dentro del contexto general de la evaluación negativa, los razo-
nables pueden discriminar y diferenciar. Poseen expectativas funciona-
les. Son capaces de valorar algunos aspectos y de algún modo se sienten
involucrados.
2. “Los dependientes” son desinteresados, aunque tienden a adaptarse.
Poseen expectativas protectoras. Aceptan de algún modo los límites de
la realidad pero desde el desinterés. Buscan algo o alguien en quien
depositar expectativas sin modificar su posición pasiva.
3. “Los furiosos” están interesados, pero no tienen capacidad adaptativa.
Cuestionan lo político global e indiscriminadamente. Sus expectativas
son mesiánicas. Esperan la llegada de un “ángel purificador” que borre
todo lo conocido.
32. 35
4. “Los excluidos” son totalmente desinteresados y, en consecuencia, no
tienen expectativas. Se sienten excluidos y se autoexcluyen de todo vín-
culo con lo político. Están desesperanzados aunque se puede inferir
que, en forma latente, su expectativa es tener alguna expectativa.
Los argentinos y la política: Fase cuantitativa del estudio
• Encuesta de opinión en el ámbito nacional.
• Entrevistas a hombres y mujeres de 18 años y más con residencia en
Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario,
Córdoba, Mendoza, San Miguel deTucumán, Neuquén, Olavarría, San
Luis del Palmar y un punto rural de la provincia de Buenos Aires.
• Realizada entre el 7 y el 18 de abril de 2006.
• Muestra de 1200 casos, probabilística.
• Margen de error estimado: +/- 2,8%.
• Nivel de confianza: 95%.
Más allá de los trabajos internacionales conocidos que muestran el desencan-
to de los latinoamericanos con la democracia y, específicamente, con los par-
tidos políticos, este trabajo incluyó una encuesta con ciudadanos que arrojó
los siguientes resultados:
64%
“Los partidos políticos no buscan consenso;
en ellos deciden unos pocos”.
64%
“Los partidos políticos promueven
el debate público”.
48%
“Los partidos políticos ayudan a la
renovación de la clase política”.
49%
“Los partidos políticos permiten el acceso a puestos de
poder desde los cuales se puede defender el bien común”.
55%
“Los partidos políticos fomentan
la división de la sociedad”.
50%
“Los partidos políticos ayudan a
fortalecer la democracia”.
43%
“Los partidos políticos ayudan a generar consenso entre las diferentes
formas de pensar que existen en la sociedad”.
55%
“Los partidos políticos no son representativos de los intereses ciudadanos”.
33. 36
Al analizar las respuestas se detecta un mecanismo de retroalimentación nega-
tiva en la visión que los encuestados tienen de los partidos políticos: los parti-
dos no satisfacen a la ciudadanía, pero son considerados importantes para la
democracia.
- Para los encuestados, los partidos políticos no son democráticos a la
hora de tomar decisiones. En ellos es una elite de dirigentes la que deci-
de sobre los pasos que debe seguir el partido y no existen espacios de
deliberación y participación de todos los integrantes del partido.
- Los encuestados consideran que los partidos políticos fomentan la divi-
sión de la sociedad. Como se dijo anteriormente, los partidos políticos
deben representar a “partes” de la sociedad y no fomentar su división.
Sin embargo, más de la mitad de los consultados entiende que los par-
tidos generan división entre los ciudadanos.
- El tercer punto negativo, y quizás el de mayor gravedad, es que el 50%
de los consultados considera que los partidos políticos no son repre-
sentativos de los intereses de los ciudadanos. Los partidos políticos
están lejos de los intereses de las “partes” de la sociedad que deberían
representar.
Sin embargo…
- Casi el 45% de los consultados considera que los partidos políticos ayu-
dan a generar consenso en las diferentes formas de pensar de la sociedad
y promueven el debate público. ¿Hay alguna contradicción en los ciu-
dadanos? No, sucede que la mitad de los consultados puede opinar que
los partidos políticos generan división en la sociedad y la otra mitad,
que ayudan a generar consenso. Sin embargo, aquí lo importante es
resaltar que los partidos políticos en su tipo ideal deben ayudar a gene-
rar consenso entre las diferentes partes que representan.
- La mitad de los consultados considera que los partidos políticos ayudan
a la renovación de la clase política y permiten el acceso a los puestos de
poder desde los cuales se puede defender el bien común. Aquí se obser-
va que una importante parte de la sociedad entiende cuál es el rol de los
partidos, más allá de su funcionamiento real.
- Finalmente, el 50% de los ciudadanos considera que los partidos polí-
34. 37
ticos ayudan a fortalecer la democracia.
En los datos analizados se puede utilizar la teoría del vaso medio lleno o el
vaso medio vacío. Los encuestados comprenden cabalmente cuál es el rol de
los partidos políticos y lo importantes que son para la democracia, pero al
mismo tiempo surge con claridad que están muy disconformes con su fun-
cionamiento. Según el 55 % de los consultados, los partidos políticos no son
representativos de los intereses de los ciudadanos. Esta alarma vinculada a las
expectativas y al desempeño de los partidos suena pesadamente en la demo-
cracia argentina. Depende de los responsables de los partidos escucharla o no.
No hacerlo implicará más de lo mismo, así como la erosión lenta pero segu-
ra de los principios de legitimidad de la democracia representativa. Hacerlo
podría abrir caminos alternativos para la representación.
Tensiones organizativas de los partidos y cuestiones problemáticas
Durante el primer semestre de 2005, Poder Ciudadano realizó una serie de
talleres deliberativos con integrantes de distintos partidos políticos argentinos
y en varios distritos del país. En esta jornada de discusión, que fue individual
con cada uno de ellos, se buscó identificar fallas organizativas que los afectan,
y que de ser resueltas, podrían abrir un camino diferente en su vínculo con la
ciudadanía.
Los partidos convocados individualmente a realizar este ejercicio fueron los
siguientes:
• Partido Justicialista (La Matanza, Provincia de Buenos Aires)
• Partido Recrear (Tucumán)
• Partido Justicialista (Salta)
• Nuevo Morón (Municipio de Morón, Provincia de Buenos Aires)
• Partido Socialista (Santa Fe)
• ARI (Provincia de Buenos Aires)
Estos partidos de distrito y la agrupación municipal fueron seleccionados por
sugerencia del Consejo Asesor del programa dada la debilidad de las estructu-
ras nacionales de los partidos. En la construcción de esta pequeña muestra se
35. 38
tuvieron en cuenta algunas variables: ubicación geográfica, posición en el
gobierno o en la oposición, orientación ideológica. Se buscó que los partici-
pantes de cada taller fueran dirigentes y militantes del partido, además de res-
petar el equilibrio de género y edades.
Durante la jornada de trabajo, los participantes fueron invitados a reflexionar
sobre algunos ejes específicos:
a) las transformaciones recientes del contexto en el que intervienen los
partidos;
b) la imagen interna y externa del partido;
c) los problemas y las necesidades para un mejor desempeño.
En todos los casos, se diagnosticaron problemas y se construyó una pequeña
agenda de necesidades para la reforma. Todos los participantes reconocieron
la crisis de confianza de los partidos y la creciente fragmentación del sistema.
Temas prioritarios identificados para la reforma o el fortalecimiento:
1) el financiamiento ordinario;
2) la capacitación;
3) la comunicación externa e interna del partido;
4) la tensión entre los militantes del partido y los funcionarios en el
gobierno;
5) las afiliaciones.
El trabajo de los talleristas buscó generar un clima de confianza a fin de que
los participantes de los diferentes encuentros pudieran sentirse en total liber-
tad para opinar sobre el funcionamiento, las fortalezas y las debilidades de la
vida de su partido.
Una vez generado ese espacio, los participantes lograron identificar y diag-
nosticar las necesidades de los partidos.
El tema del financiamiento surgió como una incógnita en la mayoría de los
36. 39
participantes, indicando que son las autoridades máximas del partido (distri-
to) las que conocen y se ocupan del tema del financiamiento del partido. La
información sobre el financiamiento de la organización, en la mayoría de los
casos, no está disponible para los afiliados.
En cuanto a la capacitación, en la mayoría de los talleres surgió que el partido
no ofrecía esquemáticamente cursos de capacitación para dirigentes y miem-
bros. Se hizo referencia en varios casos a charlas y conferencias que ofrecía el
partido. Pero pocos conocían algún programa de capacitación. Como se obser-
vará más adelante, los partidos políticos disponen de fondos para capacitación
de dirigentes y están obligados a utilizarlos con ese fin.
La mayor crítica surgió en cuanto a la comunicación interna del partido con
los afiliados. En la mayoría de los casos, la comunicación es nula. Se denunció
mayoritariamente que los afiliados son llamados sólo a la hora del comienzo de
la campaña electoral “para pegar afiches”, “para repartir chapas”, etcétera.
Como observaremos en casi todos los apartados de esta publicación, las nue-
vas tecnologías permiten acercar a las organizaciones con los ciudadanos; en
este caso, con los afiliados. La responsabilidad aquí es compartida entre el par-
tido que no comunica y el afiliado que no exige comunicación.
Lo mismo sucede en el caso de la comunicación externa, que es casi nula. En
tiempos electorales, comunican los “candidatos” y pocas veces lo hacen los
partidos. En épocas no electorales, los partidos no tienen la costumbre de acer-
carse a los ciudadanos. Son inexistentes las campañas de afiliaciones en los
medios de comunicación o las campañas de concientización. Los partidos no
comunican posiciones respecto de determinadas cuestiones. No mantienen
una presencia pública constante. Se asemejan cada vez más a estructuras aisla-
das, encerradas en su propia lógica. Sin embargo, como se verá más adelante,
el número de afiliados a los partidos tradicionales va en aumento constante.
Por supuesto que la comunicación no debe circunscribirse a la solicitud de afi-
liaciones; tampoco se observan rendiciones de cuentas públicas por parte de
los partidos o audiencias de discusión sobre planes alternativos de gobierno.
37. 40
Al fin y al cabo, si no está en el gobierno, un partido político debería mostrar-
se preparado para ejercerlo en la próxima oportunidad. Nada de esto surgió de
los talleres: la comunicación interna y externa sólo se circunscribe a la época
de elecciones, internas (pocos partidos utilizan este mecanismo) o generales, y
únicamente con el objetivo de maximizar las posibilidades electorales.
La tensión entre los funcionarios y los militantes surgió claramente en dos de
los talleres realizados. Los afiliados y simpatizantes de los partidos sentían
como una traición el alejamiento de las bases del partido de aquellos que asu-
mían un cargo público, ya fuera como representantes o como funcionarios.
Los afiliados entendían que éstos se tenían que mantener cerca del partido y
utilizar sus recursos. La crítica aparecía especialmente en aquellos casos donde
los funcionarios o representantes no utilizaban recursos humanos del partido
y contrataban a expertos en diversas materias para ocupar cargos públicos en
el gobierno.
El último tema que se identificó fue el de las afiliaciones. Más allá del análisis
específico que se hará en los próximos capítulos, el tema de los afiliados estu-
vo relacionado con los cuatro temas anteriores. En principio, los afiliados
comentaron que se los margina de las decisiones que toma el partido y que se
los utiliza sólo en épocas electorales, tal como se mencionó anteriormente.
Los afiliados no observan espacios de participación dentro del partido políti-
co. Y reclaman que es “la mesa chica” la que toma las decisiones, la misma que
no abre espacios para la participación. En definitiva, estamos hablando de la
baja democratización de los partidos políticos en la Argentina.
Surgen, entonces, dos reclamos interconectados claramente. Por un lado, los afiliados
observan que los partidos no les ofrecen espacios de capacitación; por el otro, no son teni-
dos en cuenta a la hora de cubrir cargos para los cuales se necesita estar capacitado.
Entonces, la capacitación interna de los afiliados que se muestren interesados en trabajar
en la función pública o en el interior de los partidos surge como una cuestión importante
en la relación partido-afiliados. También lo es romper con el mito del “partido como agen-
cia de empleo”.
38. 41
La búsqueda y la afiliación de ciudadanos responde a dirimir asuntos internos
de los partidos (al respecto, observaremos las apreciaciones de Ana María
Mustapic) y no a sumar nuevos afiliados que le insuflen nuevas ideas y empu-
je a la organización.
39. Para estrechar la brecha entre los representantes y los representados, es nece-
saria una mayor participación de los ciudadanos, tanto dentro de los partidos
políticos como en otros espacios de participación que tienen incidencia en la
realidad ciudadana.
Lapolíticahacambiadoennuestropaísenlosúltimosveinteañosyhoyporhoy
los partidos políticos no son los únicos que inciden en la política o seleccionan
los temas que van a ser abordados por ella. El sector privado, el sindicalismo, el
periodismo y las organizaciones de la sociedad civil son espacios que interactú-
an con los partidos en la misma arena. Pero como ya se mencionó, estos avances
no quitan que los partidos políticos continúen siendo instituciones fundamen-
tales para el sistema democrático. Son ellos los que monopolizan las candidatu-
ras, y sólo a través de ellos se pueden llegar a ocupar un cargo representativo.
En este capítulo desarrollaremos algunos conceptos clave sobre su origen y
funcionamiento, así como acerca de las normas que los regulan y, en especial,
la necesidad de un acercamiento de los partidos a los ciudadanos y de los ciu-
dadanos a los partidos.
¿Cómo se organiza un partido político?
Para comenzar es necesario tener en cuenta el marco de normas que regulan el
funcionamiento de los partidos políticos. En nuestro país contamos con la
Ley 23.298 Orgánica de Partidos Políticos, sancionada en 1985 y modificada
en 2002 por la Ley 25.611, que regula la creación y el funcionamiento de los
CAPÍTULO 2
Funcionamiento de los partidos políticos
40. 44
partidos políticos. A través de esta ley se garantiza a los ciudadanos el derecho
de asociación política para agruparse en partidos políticos democráticos. En
1994, la Constitución Nacional reconoció el estatus de los partidos políticos,
garantizó el financiamiento público para ellos y previó que sólo puede modi-
ficarse el régimen que los regula a través de una ley del Congreso Nacional.
Todo ciudadano argentino tiene derecho a participar en política a través de los
partidos políticos. Los partidos políticos no están reservados para una elite,
sino que todo ciudadano que quiera formar parte de alguno de ellos debe acer-
carse a su sede y afiliarse para ser parte de la organización.
Otra norma que regula el funcionamiento de los partidos es la Ley 26.215 de
Financiamiento de los Partidos Políticos y las Campañas Electorales. Los par-
tidos, como toda organización, necesitan de recursos para funcionar. La ley de
financiamiento impone pautas acerca de los montos que entrega el Estado a
los partidos y límites a los donantes privados (ciudadano y empresas). Esto
quiere decir que no cualquiera puede donar dinero a un partido (por ejemplo,
un ciudadano extranjero) y que no se puede donar cualquier cifra, sino que la
ley impone ciertos límites al respecto.
Los requisitos para fundar un partido político difieren en tanto se trate de
organizaciones de distrito o nacionales.
Si uno de los treinta y cuatro partidos existentes en la Argentina no conforma
los intereses de un ciudadano… ¿cómo debe hacer éste para crear uno nuevo?
El partido político debe tener un nombre. Éste no puede contener designa-
ciones personales, ni derivadas de ellas, ni las expresiones “argentino”, “nacio-
nal”, “internacional” ni sus derivados, ni aquellas cuyo significado afecten o
puedan afectar las relaciones internacionales. Tampoco puede contener pala-
bras que exterioricen antagonismos raciales, de clases o religiosos. Debe, ade-
más, distinguirse razonable y claramente del nombre de otros partidos.
Una agrupación política puede solicitar personalidad jurídico-política como
partido de distrito si cumple con los siguientes requisitos:
U Labrar un acta de fundación y constitución que acredite la adhesión de
41. 45
un número de electores no inferior al cuatro por mil del total de los ins-
criptos en el registro electoral del distrito correspondiente.
U Dar un nombre al partido.
U Redactar la declaración de principios y programa o bases de acción polí-
tica del partido.
U Dictar la Carta Orgánica.
U Componer el acta de designación de las autoridades promotoras, las
que convocarán a elecciones para constituir las autoridades definitivas
del partido, conforme a la Carta Orgánica y dentro de los seis meses de
la fecha del reconocimiento definitivo.
U Establecer un domicilio partidario y un acta de designación de los apo-
derados.
U Contar con los libros de inventario, de caja y de actas, dentro de los dos
meses de obtenido el reconocimiento a los fines de su rúbrica.
U Presentar todos los trámites ante la Justicia Federal con competencia
electoral hasta la constitución definitiva de las autoridades partidarias a
través de las autoridades promotoras, o los apoderados, quienes serán
solidariamente responsables de la veracidad de lo expuesto en las res-
pectivas documentaciones y presentaciones.
Para ser un partido de orden nacional, y así poder presentar candidatos a car-
gos nacionales (diputados, senadores, presidente), se necesita que partidos de
al menos cinco distritos tengan el mismo nombre, declaración de principios,
programa o bases de acción política, Carta Orgánica, y solicitar su reconoci-
miento en tal carácter ante el juez federal con competencia electoral.
Además de los requisitos anteriores, deben cumplir los siguientes:
U Dar testimonio de la resolución que le reconoce personalidad jurídico-
política.
U Elaborar la declaración de principios, programa o bases de acción polí-
tica y Carta Orgánica nacional.
U Labrar el acta de designación y elección de las autoridades nacionales
del partido y de las autoridades de distrito.
U Establecer un domicilio partidario central y un acta de designación de
los apoderados.
42. 46
Carta Orgánica
La Carta Orgánica es la ley fundamental de cada partido. En ella rigen los
poderes, los derechos y obligaciones partidarias a la que sus autoridades y afi-
liados deben responder obligatoriamente como miembros de la organización.
Regula aspectos tan variados como los siguientes:
• Acta fundacional.
• Afiliaciones.
• Elección de autoridades partidarias.
• Composición y funciones de los órganos de gobierno interno.
• Principios políticos.
• Agrupaciones juveniles y/o universitarias.
El que busca encuentra
Teniendo en cuenta que el Ministerio del Interior reconoce 34 partidos nacionales y 622 de
distrito, ¿es necesario crear un partido nuevo?
Recomendaciones para quien quiere incursionar en la vida partidaria:
- Hacer un profundo análisis de los partidos existentes (Cartas Orgánicas, historia,
referentes, etcétera).
- Acercarse a aquel con el que más se identifique ideológicamente.
- Comprender que, como toda organización, tiene una historia y un organigrama.
Sólo la participación activa hará que su voz sea escuchada atentamente.
- No acercarse al partido con expectativas de “candidato”, sino para aportar un
granito de arena a un espacio político.
Recomendaciones a los partidos
Teniendo en cuenta que la Carta Orgánica rige el funcionamiento del partido como organi-
zación, es importante que esté siempre presente y vigente durante todo el transcurso de la
vida partidaria.
Tantolospartidosconvariasdécadasdeexistenciacomolospartidoscreadosrecientemente
debencomenzaraincorporarcláusulasquepermitanunamayortransparenciaenel
43. 47
Distrito Cantidad de partidos Cantidad que publican Cartas Orgánicas
Capital Federal 27 24
Catamarca 27 20
Chaco 22 4
Chubut 11 4
Córdoba 38 10
Corrientes 31 8
Entre Ríos 15 15
Formosa 40 2
Jujuy 21 0
La Pampa S/D S/D
La Plata 56 S/D
La Rioja 7 7
Mendoza 19 15
Misiones 25 0
Neuquén S/D S/D
Río Negro 14 14
Salta 27 14
San Juan 30 9
San Luis 27 S/D
Santa Cruz 13 0
Santa Fe 29 20
Santiago del Estero 29 10
Tierra del Fuego 24 21
Tucumán 37 11
Total 569 208
funcionamientointernodelpartidoyunamayorparticipacióndelafiliadoenlavidapartidaria.
Se recomienda que la Carta Orgánica del partido esté a disposición de cualquier ciudadano
que quiera consultarla, ya que se trata de información de interés público.
Fuente: Elaboración propia.
Cartas Orgánicas publicadas en el sitio de la Secretaría
Electoral de cada distrito
44. 48
Caducidad y extinción de los partidos políticos
¿Cuándo termina la vida de un partido político?
Los partidos políticos pueden caducar o extinguirse. Caducan cuando se can-
cela la inscripción del partido en el registro y pierde la personería política. Las
siguientes situaciones hacen que un partido caduque:
• No convoca a elecciones partidarias internas durante el término de cua-
tro años.
• No participa en ningún distrito en tres elecciones consecutivas sin la
debida justificación.
• No entrega al juez competente el acta de elección de autoridades.
• No tiene en su poder los siguientes libros rubricados y sellados por el
juez federal con competencia electoral correspondiente: libro inventa-
rio, libro caja (con documentación correspondiente), libro de actas y
resoluciones, ficheros de afiliados (en comité central)
¿El partido caduca para siempre?
No. Los afectados pueden solicitar nuevamente su personería política después
de celebrada la primera elección, previa intervención del representante del
partido y del procurador fiscal federal.
Una pequeña pero sustanciosa reforma
Antes de ser reformada, la Ley Orgánica de los Partidos Políticos estipulaba que caducaba
todo partido que no alcanzase en dos elecciones sucesivas el 2% del padrón electoral en
ningún distrito. Por eso es que en el período que va de 2002 a 2006 se puede observar un
crecimiento de los partidos en actividad.
45. 49
Evolución de los partidos reconocidos y caducados desde el retorno de la
democracia hasta la actualidad:8
¿Cuándo se extingue un partido político?
Cuando un partido político se extingue se da fin a su existencia legal y se pro-
cede a su disolución.
Un partido político puede extinguirse, según la ley orgánica de los partidos,
por las siguientes razones:
• Por las causas que determine la Carta Orgánica.
• Por la voluntad de los afiliados, expresada de acuerdo con la Carta
Orgánica.
• Cuando autoridades del partido o candidatos no desautorizados por
aquéllas cometieran delitos de acción pública.
• Por impartir instrucción militar a los afiliados u organizarlos militar-
mente.
El partido político extinguido no podrá ser reconocido nuevamente con el
mismo nombre, la misma Carta Orgánica, la misma declaración de princi-
pios, el mismo programa o las mismas bases de acción política, por el término
de seis años.
Los bienes del partido extinguido tendrán el destino establecido en la Carta
1983-1986 1987-1990 1991-1994 1995-1998 1999-2002 2003-2006
Reconocidos 376 212 152 152 194 259
Caducados 33 71 220 136 115 148
Total de partidos
en actividad 343 484 416 432 511 622
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
8
Debe tenerse en cuenta que se toma como cifra inicial la de los partidos reconocidos en 1983: 306. Sobre
esta cifra se hicieron los cálculos correspondientes.
46. 50
Orgánica, y en el caso de que ésta no lo determine, ingresarán en el “Fondo
Partidario Permanente”. Los libros, archivos, ficheros y emblemas del partido
extinguido quedarán en custodia de la Justicia Federal con competencia elec-
toral, la que, pasados seis años y previa publicación en el Boletín Oficial por
tres días, podrá ordenar su destrucción.
Éstos son los partidos políticos extinguidos por distrito de acuerdo con la
información entregada por la Cámara Nacional Electoral:
Plataforma electoral
Antes de la elección de candidatos, los organismos partidarios deben sancio-
nar una plataforma electoral o ratificar la anterior de acuerdo con la declara-
ción de principios, el programa o las bases de acción política. Una copia de la
plataforma y la constancia de la aceptación de las candidaturas por los candi-
datos deben ser remitidas al juez federal con competencia electoral en el
momento de la oficialización de las listas.
Partidos extinguidos por distrito
Distrito Nombre Reconocimiento Extinción
Capital Federal Vecinal de la Ciudad de Buenos Aires 01/08/91 16/02/93
Capital Federal Partido Popular Independiente 04/08/97 19/02/02
Santa Fe Confederación Encuentro Progresista 12/05/97 20/08/04
Formosa Acción Cívica Provincial 10/08/01 29/07/05
Capital Federal Nueva Esperanza Social (NES) 04/07/03 09/06/06
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
47. Una sociedad civil movilizada a través de la participación cívica es esencial
para el fortalecimiento de las instituciones de un país.
El Informe sobre Desarrollo Humano de 1993 del PNUD define la participa-
ción cívica como un proceso, no un suceso, que relaciona estrechamente a los
ciudadanos con los procesos económicos, sociales, culturales y políticos que
afectan sus vidas.9
Es en este sentido que la participación no es sólo un derecho, sino también
una obligación. Porque la participación cívica en los asuntos públicos no se
limita simplemente al acto de votar, sino que implica pensar la dimensión acti-
va de la ciudadanía, es decir, “saberse partícipe”. En este “sentirse partícipe”
una de las opciones –y de ninguna manera la única– es involucrarse en un par-
tido político, entendiendo, a su vez, este involucramiento como un proceso
en el que las personas toman parte activa no sólo en la resolución de proble-
mas de su entorno, sino además en y desde la entidad donde pueden desarro-
llar acciones.
Requisitos para afiliarse a un partido político
En principio, es necesaria la voluntad del ciudadano o la ciudadana de formar
parte de un partido político. Una vez definida esta condición básica, deberán
9
Nociones esenciales, N° 8, octubre de 2002, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Oficina de
Evaluación.
CAPÍTULO 3
Afiliaciones
48. 52
acercarse al comité del partido al cual deseen pertenecer y solicitar la afiliación.
En segundo lugar, en la Argentina la Ley Orgánica de Partidos Políticos10
dis-
pone de los siguientes requisitos para afiliar a los ciudadanos a un partido
político:
a) Que el interesado esté domiciliado en el distrito en que solicita la afiliación.
b) Comprobar la identidad con la libreta de enrolamiento, la libreta cívica o
el documento nacional de identidad.
c) Presentar por cuadruplicado una ficha de solicitud que contenga nombre y
domicilio, matrícula, clase, sexo, estado civil, profesión u oficio y la firma o
impresión digital, cuya autenticidad deberá ser certificada en forma feha-
ciente por el funcionario público competente o por la autoridad partidaria
que determinen los organismos ejecutivos, cuya nómina deberá ser remiti-
da a la Justicia Federal con competencia electoral; la afiliación podrá tam-
bién ser solicitada por intermedio de la oficina de correos de la localidad del
domicilio, en cuyo caso el jefe de esa oficina certificará la autenticidad de la
firma o impresión digital.
El Ministerio del Interior suministra a los partidos fichas de solicitud de afi-
liación, siempre y cuando aquéllos estén reconocidos como tales o en forma-
ción. Sin embargo, los partidos pueden confeccionar sus propias fichas con-
forme al modelo realizado por el Ministerio del Interior, respetando medida,
calidad del material y demás características.
La ley establece que la calidad de afiliados se adquiere una vez que los orga-
nismos partidarios competentes aprueben la solicitud respectiva, o automáti-
camente en el caso de que el partido no la considerase dentro de los quince días
hábiles de haber sido presentada.
Una ficha de afiliación se entrega al interesado, otra es conservada por el par-
tido y las dos restantes se remiten a la Justicia Federal con competencia elec-
toral. Los partidos pueden, ajustándose a las disposiciones e instrucciones del
10
Ley Orgánica de los Partidos Políticos N° 23.298, de acuerdo con el artículo 23, Capítulo I, Título IV
49. 53
juzgado, llevar bajo su responsabilidad el registro de afiliados y el padrón par-
tidario, sin otra participación de la Justicia Federal con competencia electoral
que la relativa al derecho de inspección y fiscalización que ejerce el juez de ofi-
cio, o a petición de parte interesada.
Modelo de ficha de afiliación11
11
El modelo de ficha de afiliación es réplica del de la página www.mininterior.gov.ar.
50. 54
¿Quiénes no pueden afiliarse a un partido político?
La ley prohíbe afiliar a un partido político a las siguientes personas:
a) Los excluidos del padrón electoral, a consecuencia de las disposiciones
legales vigentes.
b) El personal superior y subalterno de las Fuerzas Armadas de la Nación en
actividad, o en situación de retiro cuando haya sido llamado a prestar ser-
vicios.
c) El personal superior y subalterno de las fuerzas de seguridad de la Nación
o de las provincias, en actividad o retirados cuando hayan sido llamados a
prestar servicios.
d) Los magistrados del Poder Judicial nacional, provincial y de los tribunales
de faltas municipales.
¿Puede un ciudadano estar afiliado a dos o más partidos?
La ley prohíbe la doble afiliación expresamente. La afiliación a un partido
implica la renuncia automática a toda afiliación anterior y su extinción.
También se extinguirá por renuncia, expulsión o violación de lo establecido en
la Carta Orgánica del partido, o en caso de que el ciudadano adoptara una
situación en las que la ley prohíbe afiliar, como las mencionadas anteriormen-
te, debiendo cursarse la comunicación correspondiente al juez federal con
competencia electoral.
Existe un registro de afiliados que está constituido por el ordenamiento actua-
lizado de las fichas de afiliación, el cual se encuentra en poder de los partidos
y de la Justicia Federal con competencia electoral.
El padrón partidario es de carácter público. Debe ser confeccionado por los
partidos políticos o por la Justicia Federal. En el primer caso, actualizado y
autenticado, se remitirá al juez federal con competencia electoral antes de cada
elección interna o cuando éste lo requiera.
51. 55
Afiliaciones en la Argentina
Conforme a las conclusiones extraídas de los grupos focales organizados por
Poder Ciudadano para esta publicación, la ciudadanía argentina atraviesa una
época de profundo descreimiento en los partidos políticos. Sin embargo, esta
falta de confianza no se ve reflejada en la cantidad de afiliaciones a los parti-
dos políticos, de orden nacional al menos, desde el retorno democrático.
En 1989, al finalizar el primer período presidencial en democracia, los ciuda-
danos y ciudadanas afiliados a partidos políticos, de orden nacional, llegaban
a un total de 7.001.096. En el primer semestre de 2006, diecisiete años y tres
elecciones presidenciales después, el total es de 8.352.141, es decir, 1.351.045
afiliados más.
“La crisis de adhesión motivó en las fuerzas políticas la captación de afiliacio-
nes fraudulentas. Existen al menos tres métodos de afiliación ilegítima: falsi-
ficar las firmas de los adherentes, presentar datos reales pero obtenidos a tra-
vés de un engaño o conseguir las fichas a cambio de una contraprestación, ya
sea trabajo, alimentos o dinero”.12
“El origen dudoso de las afiliaciones queda en evidencia a través de las estadís-
ticas electorales, que exhiben una discordancia inverosímil con la percepción
social de los partidos. En efecto, como si la caída en los niveles de participación
o el descrédito de los sectores dirigentes fueran postales de un país lejano, la
cantidad de afiliados de los partidos mayoritarios se mantiene prácticamente
inalterable desde 1989, incluso con leves aumentos de adherentes”.13
Datos
El Partido Justicialista ascendió de 3.167.083 afiliados en 1989 a 3.737.110
en 2003. En el mismo período la Unión Cívica Radical trepó de 2.310.209
afiliados a 2.604.275 a pesar de que en 2003 realizó la peor elección presi-
12
Di Natale, Martín; Gallo, Alejandra y Nabot, Damián, La escalera invisible. Mecanismos de ascenso en la clase
política, Buenos Aires, Fundación Konrad Adenauer - Editorial La Crujía, 2005.
13
Idem.
52. 56
dencial de su historia, al alcanzar apenas el 2,34 % del total, es decir, 453.000
votos.
Cuadro 1
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
Por otro lado, cabe que nos preguntemos qué tipo de afiliados son estos siete
millones de personas.
El primer interrogante es si se afiliaron por propia voluntad, como antes se
mencionó. El segundo, si tienen una participación activa en la vida del parti-
do. Y en tercer lugar, si saben que aún están afiliados al partido político.
A partir de estos interrogantes observaremos si los afiliados son “activos” o sólo
son un “número”. Si estos siete millones de afiliados (2,7 de cada 10 argenti-
nos están afiliados a los partidos políticos) fueran activos, los partidos políti-
cos no tendrían ningún problema de participación; por el contrario, serían
organizaciones dinámicas, en continua renovación y aceitadas, en contacto
14
Idem.
0
500.000
1.000.000
Cantidaddeafiliados
1.500.000
2.000.000
2.500.000
1989 1995 2001 2004
3.000.000
3.500.000
4.000.000
3.167.083
2.310.209
3.831.873
2.813.011
3.884.167
3.646.551
2.541.298
249.507
107.510
2.600.030
60.267
273.674
Partido Socialista
Frente Grande
UCR
PJ
Evolución de la cantidad de afiliados en los partidos mayoritarios14
53. 57
directo con los ciudadanos. Sin embargo, es poco probable que esos afiliados
sean activos; más bien da la impresión de que son sólo una cifra en las arcas de
los partidos políticos que alimenta el poder territorial de ciertos liderazgos.
¿Por qué a los partidos les interesa tener más afiliados de los que en realidad
necesita?
Según Ana María Mustapic: “Detrás de cada dirigente hay, pues, un puñado
de ‘punteros’ que se cotizan de acuerdo con el número de afiliados o ‘fichas’
que aducen controlar. La importancia de las afiliaciones como moneda de
intercambio en la competencia interna se pone de manifiesto en el inusitado
número de afiliados que registran los partidos. (…) Nadie ignora que estas
cifras no son genuinas pero a los fines de nuestro argumento interesa subrayar
que reflejan una necesidad que, por lo menos en parte, va al encuentro de las
reglas de juego de la competencia interna”. 15
Siguiendo este análisis, “el número de afiliados es un criterio de distribución de
cargos en la estructura de poder”.16
Traer nuevos afiliados al partido posiciona
con fuerza a los jefes territoriales en la lucha interna del partido.
Cuadro 2
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
15
Mustapic, Ana María, “Qué pasa con la reforma política”, UTDT – CONICET, 01/03/03.
16
Mustapic, Ana María, “Los partidos aún tienen 7 millones de afiliados”, La Nación, 10/10/04.
Recomendaciones
A los partidos políticos:
- Revisar los padrones partidarios de manera gradual y a través de una consulta abierta con
sus miembros.
- Considerar a los afiliados parte del partido y no un instrumento de acumulación de poder.
- Generar espacios para la participación y la toma de decisiones de los afiliados.
- Invitaralosafiliadosareunionesperiódicasparadebatirtemasdelavidapartidariaopolí-
tica del país, la provincia o el municipio.
54. Cuadro 3
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
58
17
Idem.
18
Idem.
19
Han sido tomados como ejemplos partidos históricos y jóvenes, de orden nacional.
- Mantener a los afiliados informados sobre las actividades y actualidad del partido.
- Organizarcampañaspúblicasfueradelostiemposelectoralesafindecomprometerlapar-
ticipación y el interés de los afiliados.
A los afiliados:
- Participar de la vida activa del partido al cual se afilió.
- Exigir al partido que lo involucre en sus actividades.
- Solicitar información sobre la actualidad del partido.
- Desafiliarse de aquel partido que ya no representa sus intereses.
PJ 49,23%
UCR 34,31%
Otros 11,64%
Frente
Grande
3,37%
Partido
Socialista
1,45%
U
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000
3.000.000
3.500.000
4.000.000
3.616.480
2.529.947
111.543 50.797
ARIPSUCRPJ
Porcentaje de afiliados por partidos17
Afiliados por partidos18
Políticas de afiliación en diferentes partidos19
A modo de ejemplo citamos a continuación las Cartas Orgánicas de algunos
partidos respecto de sus políticas de afiliaciones.
Fuente: Cámara Nacional Electoral.
55. 59
Políticas de afiliación del ARI
La Carta Orgánica del ARI reconoce como sus afiliados a los ciudadanos que, habiéndose
adherido a su programa, se encuentren inscriptos en los registros oficiales que lleven los
órganos locales del partido.
Establece que las Cartas Orgánicas locales determinarán las condiciones de afiliación de los
ciudadanos y reglamentarán la inscripción y participación partidaria de los simpatizantes y
de los extranjeros. Los ciudadanos afiliados al partido ejercerán el gobierno y la dirección de
éste por intermedio de los organismos creados por la Carta Orgánica Nacional y por los que
se establezcan en las respectivas Cartas Orgánicas locales.
Según este partido no pueden ser afiliados y en caso de serlo perderían su calidad de tales y
serían eliminados del padrón:
Los que figurasen como inhabilitados en el padrón electoral nacional o incurriesen en las
mismas causas de inhabilitación con posterioridad a su inscripción.
Los que no cumplan con lo preceptuado en esta Carta Orgánica, programas y demás disposi-
ciones del Partido.
Losquehubierenintentadodolosamentesuinscripciónmúltipleenelpadrónpartidarioylos
que hayan cooperado en esas maniobras.
Los que hayan sido condenados por delitos contra el patrimonio público, mal uso de faculta-
des o atribuciones o ilícitos semejantes, actos ilegales de represión y corrupción o delin-
cuencia organizada.
Los que adulterasen su documento de identidad.
A. Los ciudadanos que hubieren desempeñado funciones que por su jerarquía, importancia
institucionalopolítica,oporsusfacultadesdedecisiónimportenunadirectaparticipación
en los gobiernos de facto.
B. Los ciudadanos cuya afiliación haya sido cancelada en virtud de cualquier causa por dis-
posición de la autoridad partidaria competente.
Finalmente este documento afirma que todos los afiliados al Partido tienen los mismos dere-
chos y deberes, debiendo orientar sus actividades de acuerdo con las normas fijadas por la
CartaOrgánica,conlosprincipioséticos,programáticosyloslineamientosfijadosporlasins-
tancias deliberativas del Partido.
www.ari.org.ar
56. 60
Políticas de afiliación Partido Justicialista
El Partido Justicialista reconoce como afiliados a todos los ciudadanos de ambos sexos que
solicitensuafiliaciónyseanadmitidosporlasautoridadescompetentespartidarias.Alavez,
advierte que no podrán afiliarse los ciudadanos incluidos en las prohibiciones que establece
la Ley 23.298.
Los afiliados ejercerán la dirección, el gobierno y la fiscalización del Partido, según las dis-
posiciones de la Carta Orgánica y la de los organismos partidarios de distrito que está orga-
niza. La afiliación se extingue por renuncia, por desafiliación y expulsión.
Este partido define en su Carta Orgánica que todos los afiliados tienen iguales derechos y
obligaciones. Ningún afiliado o grupo de afiliados puede atribuirse la representación del
Partido, o de sus organismos o de otros afiliados.
Específicamente están obligados a observar los principios y bases de acción política apro-
bados por el Partido y, en su hora, la plataforma electoral; mantener la disciplina partidaria;
cumplir estrictamente las disposiciones de sus organismos; votar en las elecciones internas
y contribuir a la formación del patrimonio del partido, según las disposiciones que se dicten
alrespectoporlasautoridadespartidarias.Yademástienenderechoaserelegidos,seapara
desempeñar funciones dentro de la organización, como también para las electivas y ejecuti-
vas en el Gobierno.
El Partido Justicialista reconoce como adherentes al Partido a los argentinos menores de 18
años y los extranjeros. Deben solicitarlo y recibir constancia de su adhesión. Gozarán de los
mismos derechos y obligaciones que los afiliados, excepto las electorales.
www.pj.org.ar
Políticas de afiliación de Recrear para el Crecimiento
Según esta Carta Orgánica, para ser afiliado se requiere básicamente cumplir con los requi-
sitos legales establecidos en la Ley 23.298.
Sin embargo, especifica que los afiliados tienen derecho a:
a) Peticionar ante las autoridades partidarias.
b) Elegir y ser elegido conforme a las prescripciones del estatuto del partido, su reglamenta-
ción y las de la Ley Orgánica de los partidos políticos.
c) Examinar el registro de afiliación y solicitar y obtener certificación de la propia.
Son deberes de los afiliados:
a) Contribuir a la realización de las actividades partidarias.
b) Acatar y sostener las resoluciones y directivas partidarias.
c) Informar a las autoridades partidarias cuando se halle incurso en cualquier causal de
57. 61
¿Cómo desafiliarse de un partido político?
Aquellos afiliados a un partido político que quieran desafiliarse deberán
hacerlo por escrito al partido político correspondiente. Si el ciudadano quie-
re garantizar su desafiliación más allá del partido, puede presentar un escrito
ante el juez federal electoral correspondiente. En el escrito deberán constar
nombre, tipo y número de documento, último domicilio que registre en su
documento, y firma con certificación notarial, judicial, policial o ratificada
ante la Secretaría Electoral.
Políticas de afiliación de la Unión Cívica Radical – UCR
Según esta Carta Orgánica constituyen la UNIÓN CÍVICA RADICAL los ciudadanos que habién-
dose adherido a su programa se encuentren inscriptos en los registros oficiales que lleven
los órganos locales del partido.
Los ciudadanos afiliados al partido ejercerán el gobierno y la dirección de éste por interme-
dio de los organismos creados por estos estatutos y por los que se establezcan en los res-
pectivos estatutos locales.
Los afiliados serán convocados a asamblea por cada organismo local, a fin de que expresen su
juiciosobrelosasuntosincluidosenelOrdendelDía,yenespecialsobrelosinformesdelComité
Nacional y la representación parlamentaria, y sobre los problemas de la orientación partidaria
nacional, debiendo las asambleas exponer su opinión y elevar sugerencia a la Convención
Nacional, la que deberá ser informada de todas las decisiones que aquéllas adopten.
Cada organización partidaria debe establecer el régimen de funcionamiento de asamblea de
afiliados que asegure su efectiva participación en las deliberaciones y determinaciones par-
tidarias.
Este documento no hace referencia específica a quienes sí pueden o quienes no pueden
afiliarse al partido.
www.ucr.org.ar
pérdidadederechoselectoralesoimpedidodeserelegidocandidatoacargospúblicosocar-
gos internos partidarios.
Por otro lado, este documento informa que pueden ser adherentes al Partido los argentinos
de 16 años hasta cumplir los 18 años y los extranjeros. La adhesión deberá manifestarse por
escrito y la junta ejecutiva resolverá sobre su aceptación. Los adherentes tienen los mismos
derechos y obligaciones que los afiliados, excepto los electorales.
www.recrearargentina.org
59. El proceso de consolidación del sistema democrático en América latina en los
últimos años puso de manifiesto una importante paradoja: por un lado, los
partidos políticos se convirtieron en un actor fundamental de la vida política;
sin ellos, la democracia no es posible. Pero, por otro lado, en la mayoría de los
países latinoamericanos existe un generalizado descontento y cuestionamien-
to hacia las organizaciones partidarias. En particular, reina en la ciudadanía
una profunda desconfianza por la manera en que los partidos financian sus
actividades. Numerosos escándalos de corrupción relacionados con el finan-
ciamiento político han provocado que la relación política y dinero pase a ser
uno de los ejes centrales en los debates acerca de cómo mejorar el sistema
democrático.
¿Qué se entiende por financiamiento político? En sentido restringido, es el
dinero recaudado por los partidos y los candidatos para sustentar los gastos en
las campañas electorales, así como el dinero utilizado en actividades perma-
nentes (difusión de ideas, valores y programas; capacitación y formación de
dirigentes, etc.). En sentido amplio, es todo el dinero que se utiliza en cues-
tiones relacionadas con la política democrática. Puede incluir el dinero que las
organizaciones invierten en las actividades de lobby para aprobar una legisla-
ción específica, el que se utiliza en acciones legales con implicaciones políticas
y el que se invierte para inducir a la opinión política mediante los periódicos
y otros medios de comunicación.
Si bien los partidos políticos siempre necesitaron dinero, en los últimos años
sus necesidades financieras se agudizaron: el uso de los medios masivos de
comunicación –principalmente la televisión– se ha vuelto cada más influyen-
CAPÍTULO 4
Financiamiento de los partidos políticos
60. 64
te en la definición de una elección, por lo que las campañas electorales resul-
tan cada vez más costosas. Sumado a esto, no debe obviarse la sensible dismi-
nución de los ingresos percibidos por los partidos, provenientes de las cuotas
de sus afiliados, y que en otro tiempo constituyeron una fuente de financia-
miento sumamente importante. La combinación de estos factores expuso a los
partidos políticos a una situación de fuerte dependencia ante posibles donan-
tes, quienes con frecuencia pretenden influir –mediante sus contribuciones–
en la toma de decisiones gubernamentales.
La progresiva importancia que ha adquirido el financiamiento de la política
se ha manifestado en una oleada de reformas normativas en los distintos paí-
ses de Latinoamérica, que tuvieron como objetivo regular y transparentar el
uso del dinero con fines políticos. La Argentina constituye un claro ejemplo
de ello: el financiamiento político, a partir de 1994, adquiere estatus consti-
tucional.
Características del sistema de financiamiento
en la Argentina
La Constitución Nacional, a partir de su reforma en 1994, garantiza el finan-
ciamiento público, esto es, los aportes que los partidos políticos reciben por
parte del Estado para financiar sus actividades.
En la propia Constitución Nacional los partidos quedan consagrados como ins-
tituciones fundamentales del sistema democrático, por lo que resulta lógico que
el Estado contribuya a su sostenimiento. El artículo 38 de la Ley suprema, refe-
rido a los partidos políticos, sostiene en los párrafos tercero y cuarto: “El Estado
contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación
de sus dirigentes. Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y des-
Estado Partidos políticos
61. 65
tino de sus fondos”. En definitiva, “Quedan consagrados constitucionalmente
dos principios: el financiamiento público de los partidos y la obligación de los
mismos de rendir cuenta sobre el uso de las contribuciones que perciben”.20
En mayo de 2002, en vistas de reglamentar tales preceptos constitucionales, el
Congreso argentino sancionó la Ley 25.600,21
regulatoria del financiamiento
de los partidos políticos y de las campañas electorales en el ámbito nacional.
Esta ley dispuso un amplio sistema de regulaciones. Entre otras cuestiones,
obligó a los partidos a rendir cuentas tanto de su financiamiento ordinario
como del de campaña, estableció límites y prohibiciones a las contribuciones
privadas, fijó un límite máximo de gastos para las campañas, etcétera.
En diciembre de 2006, el Congreso de la Nación sancionó la nueva ley de
financiamiento de los partidos políticos y las campañas electorales (Nº
26215), que modifica ciertos aspectos de la Ley 25600 (por ejemplo, la prohi-
bición de contratar publicidad a terceros, o el aumento del tope de gastos per-
mitidos en una elección), aunque lo sustancial sigue vigente.
Rendición
de cuentas
Partidos políticos
Estado
(Financiamiento público)
Personas físicas
y jurídicas
(Financiamiento privado)
20
Sabsay, Daniel, “La financiación de la política en Iberoamérica”, pág. 3.
21
Esta ley fue modificada parcialmente ese mismo año por el entonces presidente Eduardo Duhalde, a través
del Decreto 990/02.
62. 66
Hay que tener en cuenta que la Argentina tiene un régimen de gobierno fede-
ral, por lo que las provincias del país –más la Ciudad de Buenos Aires– tienen
autonomía para legislar en materia electoral y de partidos políticos. Tan es así
que en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, la Ley 268 regula desde 1999
el financiamiento de los partidos políticos en las campañas electorales. De esta
manera, en el distrito porteño coexisten dos normativas en materia de finan-
ciamiento. Mientras que para la elección de cargos nacionales –diputados y
senadores nacionales, y presidente y vicepresidente de la Nación– rige la Ley
26215, la elección de jefe y vicejefe de Gobierno, y diputados por la Ciudad
está regulada por la Ley 268.
Descripción del marco normativo: la Ley 26.215
El financiamiento mixto
Existen tres tipos de sistemas de financiamiento: uno, basado exclusivamente
en aportes públicos; otro, de fondos únicamente privados (empresas y/o indi-
viduos), y por último, uno mixto, es decir, un sistema dual que combina el
financiamiento público y el privado. Es este último el que la Ley 26215 esta-
blece como sistema de financiamiento en la Argentina. A excepción de
Venezuela, donde el financiamiento es exclusivamente privado –el Estado no
financia a los partidos–, en el resto de los países de Latinoamérica el sistema de
financiamiento también es mixto.
Este tipo de sistema de financiamiento apunta a evitar la excesiva dependencia de
los partidos políticos tanto del Estado como de intereses particulares. En efecto,
sielfinanciamientoesexclusivamentepúblico,elriesgoquesecorreesquelospar-
tidos terminen siendo agencias burocráticas del Estado, con la consiguiente pér-
dida de independencia. Como contrapartida, cuando los recursos provienen úni-
camente de fuentes privadas, el flujo de dinero suele desequilibrar la competencia
política favoreciendo a algunos partidos en desmedro de otros, con lo cual se viola
un principio básico: la garantía de la igualdad de oportunidades entre los partidos
en competencia. Además, un sistema de financiamiento privado propicia condi-
ciones más favorables para la comisión de actos de corrupción.22
24
El concepto de corrupción hace referencia al abuso del poder que se les ha confiado por parte de líderes
políticos para obtener ganancias, con el objetivo de aumentar su poder o su riqueza. (Global Corruption 2004).
63. 67
En el financiamiento político pueden ser frecuentes los “intercambios de favo-
res”: una empresa podría realizar una donación o contribución a la campaña
de un determinado partido político, que luego, una vez en el gobierno,
“devuelve el favor” a su donante mediante una política o medida determina-
da (por ejemplo, una licitación).
El financiamiento público aparece entonces como una buena manera de neu-
tralizar, o al menos disminuir, la influencia de intereses particulares en la ejecu-
ción de políticas del gobierno de turno. Al mismo tiempo, garantiza un mínimo
de equidad en la competencia electoral entre los distintos actores políticos.
Financiamiento público ordinario y electoral
Los fondos que el Estado distribuye a los partidos políticos son utilizados para
financiar sus actividades regulares (desenvolvimiento institucional y capacita-
ción y formación política) y para las campañas electorales.
En la Argentina, el Ministerio del Interior de la Nación es el organismo encar-
gado de administrar el “Fondo Partidario Permanente”, nombre con el que se
designa al conjunto de fondos públicos asignados a los partidos políticos para
financiar sus actividades regulares, mientras que el “Aporte Extraordinario” se
utiliza para campañas electorales.
En la ley anual de presupuesto queda determinado el monto total del Fondo
Partidario Permanente. En cuanto a su distribución, el veinte por ciento
(20%) se reparte en forma igualitaria entre todos los partidos reconocidos, y
el ochenta por ciento (80%), en forma proporcional a la cantidad de votos que
el partido hubiera obtenido en la última elección de diputados nacionales. La
Ley 26.215 establece que este 80% se distribuye sólo entre los partidos y alian-
zas que obtuvieron el uno por ciento (1%) de votos del padrón electoral.
Es importante destacar que los partidos deben destinar por lo menos el vein-
te por ciento (20%) de lo que reciban para desenvolvimiento institucional al
financiamiento de actividades de capacitación para la función pública, for-
mación de dirigentes e investigación.
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Respecto del financiamiento para las campañas electorales, también se com-
binan en su distribución los criterios de igualdad y proporcionalidad: treinta
por ciento (30%) del monto asignado por el presupuesto, en forma igualita-
ria; setenta por ciento (70%) del monto asignado por el presupuesto, en forma
proporcional a la cantidad de votos que el partido o la alianza hubiera obteni-
do en la última elección de diputados nacionales.También en este caso el 70%
se distribuye sólo entre los partidos que obtuvieron el uno por ciento (1%) de
votos del padrón electoral.
A continuación, se detallan los montos que los partidos y alianzas recibieron
del Estado para financiar tanto sus actividades regulares como la campaña
electoral,23
en el período 2001-2005.
Fuente: Elaboración propia sobre los datos publicados en el sitio web del Ministerio de Economía y
Producción de la Nación (www.mecon.gov.ar).
23
En el período que se toma como referencia, hubo dos procesos electorales en el ámbito nacional: las
elecciones presidenciales y legislativas en 2003, y las elecciones legislativas de 2005.
Año Fondo Partidario Permanente Aporte Extraordinario (para campaña electoral)
(en pesos) (en pesos)
2001 19.030.000 No hubo elecciones
2002 19.016.000 No hubo elecciones
2003 18.997.776 16.151.868
2004 18.997.776 No hubo elecciones
2005 18.997.776 52.900.001
2006 18.998.000 No hubo elecciones
2007 25.125.947 61.197.000
Recomendaciones
A los partidos políticos
- PresentarantelaJusticiaFederalconcompetenciaelectoralelinformeprevioyelinfor-
me final de las donaciones recibidas y los gastos realizados en la campaña electoral.
- Publicar estos informes en sus respectivos sitios web.
- Acercar a los afiliados información sobre los fondos que maneja el partido.
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Sobre la campaña electoral
En junio de 2002, la Ley 25.610 introduce una serie de modificaciones al
Código Nacional Electoral, principalmente referidas a la campaña electoral.
A efectos de reducir los gastos crecientes y exorbitantes que se venían regis-
trando en las últimas campañas, y que eran objeto de fuertes críticas por parte
de la opinión pública, los legisladores apuntaron a reducir su período de dura-
ción: la nueva disposición estipula que la campaña para la elección de diputa-
dos y senadores nacionales puede iniciarse sesenta (60) días corridos antes de
la fecha fijada para los comicios, mientras que para la elección de presidente y
vicepresidente el período de campaña es de (90) días antes de los comicios.
Para ambas elecciones, la campaña debe concluir cuarenta y ocho (48) horas
antes de la iniciación de los comicios.
Con este mismo objetivo, la Ley 25.610 también restringió el tiempo para rea-
lizar publicidad en medios de comunicación con fines proselitistas a los trein-
ta y dos (32) días previos a la fecha fijada para el comicio.
El Código Nacional Electoral define la campaña electoral como “el conjunto de
- Adoptar prácticas transparentes de financiamiento para las campañas de internas del
partido.
- Analizar y comprender las diferentes normativas (locales y nacionales) referentes al
correcto financiamiento de una campaña antes de que comience el proceso electoral.
- Concientizar a todos los integrantes del partido acerca de la importancia de realizar
una campaña transparente.
- Definir políticas transparentes de recaudación de fondos entre sus miembros.
A los ciudadanos
- Informarsesobrecuántoycómopuedeunciudadanoaportaraunpartidopolíticopara
colaborar económicamente con su campaña o su financiamiento cotidiano.
- Informarse sobre qué partidos cumplieron con la legislación establecida y, de esa
forma, obtener mayor información, a la hora de votar, acerca de quiénes donan a las
campañas del partido de su interés.