El documento describe los daños ambientales causados por la explotación petrolera en la región de Casanare, Colombia. Señala que a pesar de que las empresas petroleras debían realizar estudios ambientales y planes de mitigación antes de la extracción, estos estudios se centraron solo en las zonas de perforación y no consideraron los impactos en otras áreas. Como resultado, el ecosistema frágil de Casanare, especialmente sus recursos hídricos, se han visto gravemente afectados por la pérdida de agua y desvíos de ríos