Los sistemas totalitarios se caracterizan por (1) la obediencia ciega al líder carismático, el partido único y la eliminación de la oposición, (2) el control estatal de la economía, la sociedad, la educación y los medios, y (3) la superioridad de la raza, el ultranacionalismo y el militarismo. Los ejemplos son los regímenes fascistas de Mussolini en Italia y Hitler en Alemania en la década de 1930.