Un presidente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social acosa a una trabajadora que solicitó un ascenso de puesto, insinuando que influiría en su ascenso a cambio de favores sexuales. La Biblia condena este tipo de comportamiento inmoral e irrespetuoso de la dignidad humana. Se recomienda al acosador no aprovecharse de su posición de autoridad y al acosado repudiar las insinuaciones y denunciar el acoso.