La UNESCO ha declarado las cooperativas como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Las cooperativas permiten que las comunidades se organicen para resolver problemas comunes y mejorar su calidad de vida mediante la asociación voluntaria y los intereses compartidos. Esta decisión reconoce la importancia de las cooperativas como modelo de organización que se transmite de generación en generación y que existe en casi todos los países del mundo, con cerca de 800 millones de miembros.