El poema describe la vida de la persona en el fondo del mar. Vive en una casa de cristal que da a una avenida de madréporas. Cada día a las cinco, un gran pez de oro viene a saludarla y le trae un ramo de flores de coral. Duerme en una cama azul como el mar, y un pulpo le hace guiños a través del cristal. Alrededor de su casa hay un bosque verde con sirenas cantando y balanceándose.