Los juglares medievales eran artistas ambulantes que ofrecían espectáculos callejeros de música, literatura, acrobacias y charlatanería a cambio de dinero o comida. Se diferenciaban de los trovadores en que estos últimos componían sus propias obras, mientras que los juglares solo las interpretaban. Había varios tipos de juglares según su especialidad como juglares líricos o épicos.