El documento propone que los libros clásicos son difíciles de entender para los estudiantes porque no están bien anotados o editados. Esto hace que los estudiantes se aburran y frustren al leer. La solución sugerida es que los libros deben estar bien anotados o editados para explicar el vocabulario y las referencias culturales, de modo que los estudiantes puedan disfrutar más de la lectura y comprenderla mejor.