El Estado Europeo Moderno se formó en los siglos XVI y XVII a través de un proceso de centralización del poder real y el desarrollo de instrumentos de gobierno a gran escala como la burocracia y la diplomacia. Las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII alteraron el poder de la aristocracia y dieron origen a principios liberales como la declaración de derechos, la separación de poderes y el Estado de Derecho.