La autoridad en la familia debe basarse en el amor y la libertad, no en el dominio. Debe guiar a los hijos a conquistar su propia responsabilidad de manera gradual. Existen diferentes tipos de autoridad como la de animación, la compartida y la crítica, que buscan exponer puntos de vista y resolver conflictos de forma que todos los miembros de la familia participen y reconozcan sus errores. La familia debe funcionar como un grupo dinámico donde todos establecen las reglas de convivencia y las evalúan juntos.