El documento habla sobre la evaluación holística de los procesos educativos. Propone que la evaluación debe considerar al ser humano en todas sus dimensiones e incorporarse al proceso educativo para facilitar la formación integral. Describe la evaluación como un proceso continuo, diferencial, multidimensional y sistémico que analiza las distintas dimensiones del desarrollo humano como la cognición, lo afectivo, lo psicomotor y lo moral a lo largo de las diferentes etapas del aprendizaje.