Entre 2015 y 2017 los Directivos de la organización empresarial cubana LABIOFAM, en condición de Cuadros de Dirección del Estado socialista cubano y militantes del Partido Comunista de Cuba, perpetraron un acoso laboral en represalia a la copiosa denuncia formulada sobre los actos de corrupción perpetrados por José Antonio Fraga Castro, un sobrino del General Raúl Castro. Ese acoso laboral fue objeto de un entramado de procesos judiciales en Cuba que generó una tremebunda mala práctica judicial.