Este código de ética establece los deberes y obligaciones morales y éticas que deben guiar la conducta de los instructores policiales. Los instructores deben enseñar con respeto, profesionalismo e integridad para formar a los aspirantes a ser policías éticos y excelentes que sirvan a la comunidad. Los instructores también deben cumplir con sus responsabilidades docentes de manera puntual y competente, tratando a todos los aspirantes con igualdad y objetividad.