El documento propone sanciones para los centros educativos que pueden aplicar a los alumnos por conductas contrarias o gravemente perjudiciales para la convivencia escolar. Se clasifican las infracciones y se establecen diferentes tipos de sanciones como suspensión de actividades extraescolares, tareas de castigo, cambio de grupo o de centro, y en casos graves, expulsión temporal. El objetivo es mantener un buen clima de convivencia y respetar la autoridad del profesorado a la hora de imponer sanciones según cada caso.