Este documento presenta una serie de lecciones de vida real que todo joven debería aprender al terminar la adolescencia. Algunas de estas lecciones incluyen que el matrimonio es para siempre, que los problemas son inevitables pero se pueden transformar en ventajas, y que el respeto es más importante que la popularidad. Otras lecciones son que nadie es perfecto, que la responsabilidad y la autoridad deben estar equilibradas, y que la felicidad nace de un carácter fuerte y de un amor que sabe sacrificarse.