1. “Alzó los ojos y vio tres
hombres que estaban
de pie delante de él. En
cuanto los vio corrió a
su encuentro desde la
puerta de la tienda”.
(Gen,18,1ss)
2. El Carisma que recibieron
nuestros fundadores Juan
Bonal y María Rafols, don
dinámico del Espíritu, sigue
vivificando nuestro ser y
nuestra misión en la Iglesia.
3. Al participar de este don,
estamos llamados a testimoniar
como Cristo el AMOR DEL PADRE
a los hombres. Con una CARIDAD
universal hecha HOSPITALIDAD
que nos lleva a atender y
ACOGER a la persona, sin
exclusiones hasta el heroísmo.
4. HOY…
Somos invitadas, de nuevo, a revivir nuestra historia
fundacional en una actitud de acción de gracias y
compromiso, descubriendo el don de Dios que nos ha
llamado y congregado como H.C.S.A. para ser
presencia verdadera, real y eficaz de Jesucristo a
través de nuestro Carisma.
5. Contemplar la figura de
los Fundadores, nos
interpela y nos invita a
seguir sus pasos. No
basta con agradecer lo
que ellos hicieron, sino
que nos exige ir
poniendo rostro a la
vivencia de la Acogida a
Dios, a mi propia historia,
a la comunidad y los
destinatarios.
6. La ACOGIDA a Dios
“Dios es amor “(I Jn.4, 8). El es la fuente del amor. Nuestra vocación exige una
unión permanente con el origen de donde brota el amor… Por eso nuestros
Fundadores insistieron tanto en la necesidad de que las Hermanas fueran
mujeres de una experiencia profunda de Dios, en todas las dimensiones de la
vida, con una coherencia perfecta entre su ser y su hacer, entre su oración y su
vida. ( Contemplación en la acción )
El primer encuentro, el que se realiza con el Señor en la oración, va más allá de
cualquier realidad o acontecimiento en el tiempo. Lo trasciende. Por eso, la
primera capacidad de escucha y de ACOGIDA que exige el voto de Hospitalidad,
es la que tenemos que tener ante el Señor en estos encuentros de oración,
dispuestas a escucharle y ACOGERLE sin condicionamientos.
7. ACOGERME A MI MISMA: Dios, al crearnos, nos ha regalado la vida y con
ella muchas cualidades que hemos de desarrollar. Junto a un cúmulo de
cosas positivas que todas tenemos, hay también carencias y deficiencias
que llevamos en nosotras y que hay que ir trabajando día a día con su
gracia para que disminuyan.
Ocurre con frecuencia que no estamos conformes con lo que nos ha
tocado en suerte. Nuestro físico, nuestra manera de ser, nuestra
inteligencia… y quisiéramos tener otras cosas. De ahí que, en ocasiones,
sentimos malestar interior, un desear ser como otras, un inconformismo
que suele trocarse en envidia.
Si no nos aceptamos a nosotras mismas, nuestros orígenes, nuestra
realidad social,biológica,psicológica y espiritual y andamos hambreando lo
que no somos ni tenemos, viviremos amargadas, con la desazón de luchar
contra un imposible
8. “Un marco importante para vivir
la hospitalidad como acogida,
es la propia comunidad que
exige a cada hermana un
corazón abierto y
acogedor para todas las
Hermanas que forman la
comunidad, y, de modo
especial, con las que más
carencias tienen. No olvidemos
que en cada Hermana acogemos
o rechazamos a Jesús”. ( Hna.
Maria Luisa Ferrero)
9. La Acogida es el primer
encuentro con las
personas que llegan a
nuestra casa, sabiendo
que cualquier ser humano
es mi hermano y en él está
presente Cristo.
Acoger es abrirle espacio
a mi prójimo. Mejor dicho:
reconocer que él tiene
derecho a ese espacio.
10. Por consiguiente, lo
contrario de acoger no es
exactamente rechazar, sino
negarse a reconocer el
espacio del otro en mí, esto
es, creer que todo mi
espacio es mío.
11. la Acogida hace
crear una atmósfera
peculiar por la que
alguien se siente en
mi casa, como si se
encontrara en la
suya, esto se logra
aplicando el
principio de la
proximidad: El ajeno
se hace próximo.
12. Pero hay que ir más allá: el otro empieza a ser prójimo cuando lo admito
cerca, cuando le abro mi proximidad, cuando lo acojo con dedicación
plena. La consecuencia se sigue: “tienes tantos hermanos como acogidos
y tantas soledades como indiferencias”.
13. «Y todo aquel que dé de beber tan
sólo un vaso de agua fresca a uno
de estos pequeños, por ser
discípulo, os aseguro que no
perderá su recompensa.»
(Mateo 10,42)
Consecuencias de una verdadera Acogida..
14. La Hospitalidad se practica en la Acogida en mi “propia casa”... ofreciendo
“mi casa” con una actitud especial: acoger desde la casa que soy . ofrecer
mis cualidades, y recibir en el corazón lo que no forma parte de mi corazón,
es decir, acoger lo distinto del otro y hacerlo mío, porque eso distinto, es lo
que hace a las personas originales y me ayuda a crecer.
15. ACOGIDA que se hace
SERVICIO Y SERVICIO
QUE:
• Asiste
• Cuida y
• Atiende teniendo como
centro a TODA LA
PERSONA en todas sus
dimensiones.
16. La Acogida necesita:
a) Flexibilidad... Ser flexibles,
dóciles interiormente, capaces de
olvidar lo mío, para dar entrada a
lo de los demás. Una flexibilidad
que es mucho más que
tolerancia. No es cuestión de
"tolerar al otro"
En la tolerancia se da una
resignación ante el otro, en la
flexibilidad hecha Acogida, se da
una practica de la compasión.
17. b) Personas de gran atención, despiertas para acoger. Que nadie tenga que
llamar a mi puerta, sino que yo me adelante. Acogida vivida en movimiento.
El Padre de la parábola no espera el regreso del hijo, de un modo pasivo. Cada
mañana contempla el horizonte para comprobar si su hijo vuelve... cuando lo ve,
no espera en casa, sino que SALE a su encuentro. El encuentro se produce EN EL
CAMINO. La Acogida es, pues un movimiento que requiere la salida de sí.
18. c) Ofrecida con naturalidad
y de corazón . Practicada
con bondad y sencillez de
trato, cercana que enseña y
y educa en actitud de
servicio y con creatividad
para responder con
prontitud a las urgencias
del entorno.
19. La vivencia de la ACOGIDA en
la Comunidad requiere:
Testimonio, Misericordia,
Dialogo Profético, humildad,
Comunicación abierta –
Escucha, Lealtad, Valoración
en la diversidad, Los detalles,
creando espacios comunitarios
fraternos de celebración, de
conocimiento, de
agradecimiento por los dones
y vocación de cada Hna.
20. ACOGIDA al hambriento, al sediento, al forastero, al
desnudo, al enfermo, al preso, (cf. Mt 25,34-37) al leproso, al
paralítico.
ACOGIDA al que no piensa como nosotras, al que no tiene
fe o la ha perdido. Y a veces por culpa nuestra.
ACOGIDA al perseguido, al desempleado.
ACOGIDA a las culturas diferentes, de las cuales está
conformado el Continente de América Latina,
ACOGIDA al pecador, porque cada una de nosotras
también lo es.
La Iglesia, como la quería
Jesús, es la casa de la
Acogida -Hospitalidad.
(Papa Francisco)
21. ACOGIDA que nos exige DEJARNOS AFECTAR por las/los EXCLUIDAS/OS de
nuestro tiempo, manifestando que queremos caminar con ellas/os haciendo
nuestras sus heridas:
Acogiendo las personas más vulnerables y todas las víctimas
de las esclavitudes modernas.
Acogiendo las mujeres marginadas y excluidas .
Acogiendo la vida de los niños jóvenes en esta hora histórica.
Acogiendo los adultos mayores.
Acogiendo las culturas afro e indígenas, con especial mirada en la realidad
amazónica.
Acogiendo las personas migrantes, desplazadas y refugiadas.
Acogiendo las víctimas de trata, tráfico y abusos.
Acogiendo las personas con diversidad de género.
22. Todos estos rostros
emergentes, cobran
nombre y un lugar
visible en la
ACOGIDA en el hoy y
aquí de nuestra
historia.
ESCUCHAR A JESUS EN ESTA HORA, Y CON EL
Y COMO EL, CAMINAR HACIA UN NUEVO
MODO DE SER ACOGIDA
23. Nosotras, nos sabemos enriquecidas con el carisma
que un día enamoró a María Ráfols y a Juan Bonal.
Somos herederas de una preciosa herencia... por ella,
estamos urgidas a seguir siendo parte de la orquesta
del Amor Misericordioso, Cercano y Acogedor; somos
llamadas a encarnar en nuestro hoy ese rostro de
hospitalidad-Acogida que actualice la cercanía de Dios
en el mundo, especialmente entre sus preferidos, los
más pequeños.
25. Con todo detalle, con
todo amor... Una
invitación a la apertura, a
la totalidad, a
sobrepasar la tolerancia y
vivir la Acogida que tiene
color de compasión y
misericordia.
26. “Con todo detalle, con
todo amor.»
componiendo juntas la
melodía de una entrega
que tiene el sonido de
una sinfonía donde cada
una regala su propia nota
y juntas construimos esta
hermosa partitura
llamada Hospitalidad.
27. Juan Bonal se hizo veredero en su
acogida y en su búsqueda.
Miró, intuyó, se esforzó, salió al
encuentro de la necesidad en su
mismo corazón.
Le importó la persona hasta el
punto de apostarlo todo. Vivió de
la confianza invitando a ser para
el otro lugar donde se detiene el
tiempo y ser definitivamente
"alguien ".
28. HOSPITALIDAD HECHA RIESGQ (Lc.
10.33)
Hospitalidad, hecha amor sin límites,
hasta dar la vida, asumiendo el riesgo.
Una hospitalidad que me exige vivir en
actitud de amor desbordado, sin
ponerle fronteras.
En las primeras Constituciones,
podemos ver como se habla del riesgo
que supone el atender a enfermos de
enfermedad contagiosa, el amor lleva
hasta asumir el riesgo de perder la
propia vida.
Hoy, este riesgo ha quedado muy
reducido, se podría decir que no se
corre riesgo.
29. Creo que hoy, son otros los riesgos
que debemos afrontar:
a) El riesgo de la comodidad, y el
aburguesamiento. Conformarnos
con ”ir tirando" y sin cuestionarnos
la vida, dejando que la vida pase por
delante de nosotras, pero sin
implicarnos en nada.
30. b) El riesgo de
amarrarnos al “siempre
se ha hecho así", no
porque
estemos convencidas de
que es lo mejor, sino
porque nos da seguridad
y no nos complica la
vida.
31. c) El riesgo de vivir en
actitudes individualistas (a
mí que no me
compliquen la vida) y
cerrarnos a nuestro
propio mundo.
32. d) El riesgo de creer que lo
nuestro es lo mejor y dejar que
aniden en nuestro interior
actitudes xenofóbicas, que nos
impiden acoger en nuestro
corazón la pobreza, la
marginación y la exclusión de
tantos hombres y mujeres que
vienen buscando acogida. Y qué
nosotras, Hermanas de Caridad,
nos atrevemos a "expulsarlos"
de nuestro corazón.
33. E) LAS REDES SOCIALES : “El ambiente
digital también es un territorio de
soledad, manipulación, explotación y
violencia, hasta llegar al caso extremo
del dark web. Los medios de
comunicación digitales pueden
exponer al riesgo de dependencia, de
aislamiento y de progresiva pérdida de
contacto con la realidad concreta,
obstaculizando el desarrollo de
relaciones interpersonales
auténticas.” (Francisco)
34. Juan Bonal salió al camino dándose a sí mismo, dejando a un lado
imágenes y títulos, prejuicios y prisas, comodidades y vacíos. No pidió
más de lo que el Padre le ofreció: humildad y bondad. No se dejó
alcanzar por la desesperanza en la dificultad sino que vivió con la
voluntad y la fortaleza del pobre: el agradecimiento.
35. Juan Bonal infundió esperanza a
cuantos se acercaban. Reclamó con su
vida la parte del que se abandona a la
suerte de Dios. Nadie pudo arrebatarle
su sueño de ser caridad hasta sus
últimos días.
Estos gestos acogedores son
ciertamente el presupuesto para el
anuncio gozoso del Evangelio.
La Acogida misericordiosa es signo para
todas las vidas y para todos los tiempos
porque son los mismos signos y gestos
de Jesús.
36. En la propia comunidad tenemos que ayudarnos
a vivir este talante de intuir, salir al paso, crear y
arriesgar nuestra vida en el servicio y poder decir
a los hombres y mujeres de nuestra historia... NO
PASES DE LAR6O ANTE MI HOSPITALIDAD.
Me pregunto, si hoy somos capaces de
permanecer en la puerta de nuestra vida personal
y comunitaria y decir:
• A los inmigrantes... no pases de largo.
• A los jóvenes... no pases de largo.
• A los desesperanzados... no pases de largo.
• A las nuevas pobrezas que nos rodean... no
pases de largo.
• A los enfermos... no pases de largo.
37. Este es nuestro patrimonio, una
vida tomada, bendecida, partida y
repartida, que se hizo alimento,
descanso, compañía para los
hombres y mujeres de su época.
Esta es nuestra herencia, vivir
dejándonos invadir por ese Dios
que dispuso de la vida de Juan
Bonal y poder así nosotras
actualizar y recrear de forma
significativa el don de la Acogida
en el hoy de nuestra historia.
38. Con Juan Bonal, Dios regala al mundo
un abrazo de Acogida que abarca el
mundo entero, que abraza cualquier
necesidad pero que siente predilección
por estrechar a los más pobres y
necesitados. Y un abrazo que no mide
intensidad. Un abrazo con riesgo, hasta
dar la vida, como el Maestro. Este
abrazo contagia y por eso hoy
podemos realizar con otras personas y
grupos el maravilloso proyecto de
Hospitalidad-Acogida de Dios que el
Espíritu inició en nuestros fundadores y
hoy quiere potenciar con formas
nuevas y un mismo compromiso: SER
CÁNTAROS REPLETOS DE ACOGIDA.
39. CANTAROS con agua buena, la que brota
de las entrañas, con acciones de Acogida,
compasión, de ternura, de verdad, de
justicia para que El los transforme en vino
de cercanía, de alegría, de
amor…Encarnando el proyecto de vida
en abundancia para todos nuestros
destinatarios y toda la creación.
Esta imagen de los cántaros repletos de
Acogida, de vino bueno, nos invita a
reflejar nuestra tarea como HCSA: el amor
que se expande y se contagia en el
servicio cotidiano de nuestra entrega.
40. El Papa Francisco nos invita a
volver con pasión al Seguimiento de
Cristo, a sentir el fuego ardiente por
la humanidad, que nos hace soñar
con innovar, recrear y buscar nuevas
formas para llegar al corazón de las
culturas, de hacer de este mundo tan
frio e indiferente, un lugar de calor,
de amor, que nuestras casas sean
lugares, “hospitales” de ACOGIDA,
acompañamiento, escucha, donde
se puedan sanar las heridas de la
humanidad.
41. TESTIGO DE DIOS
Juan Bonal testigo de Dios
Apóstol contemplativo, peregrino de la paz.
Muy pronto te alejaron de tu pequeña hermandad
De pueblo en pueblo caminas
Peregrino de la paz.
Buscaste caminos nuevos
Llenos de hospitalidad
te hiciste pobre mendigo mendigo por los demás
Tus veredas preparabas Junto a la Virgen del Salz
Y en el silencio del monte
Orabas sin cesar.
Dejaste huellas profundas en tu pequeña hermandad.
Héroe de todos los días, héroe de la Caridad.