1. Qué son las personas resilientes
Una persona resiliente o personas resilientes como aquellas que son capaces
de afrontar situaciones adversas y de, incluso, salir beneficiado de ellas. Las
personas que encajan en esta descripción tienen mucho camino avanzado tanto a
nivel personal como profesional. Como Nelson Mandela cuando decía «yo nunca
pierdo; o gano o aprendo», las personas resilientes muestran que pueden salir
ilesos de momentos difíciles y además poner en valor el aprendizaje de las malas
experiencias.
Pero ¿cómo saber si uno mismo es resiliente? ¿qué lo caracteriza? Para este
post hemos recogido 10 habilidades de las personas que aprendieron a ser
resilientes.
10 Cualidades de una persona resiliente
Adoptar una actitud positiva
Saber gestionar las emociones es clave para enfrentarse a cualquier obstáculo
que se interponga en el camino. Tal como sugiere la teoría ABC de Ellis -en que
«A» representa los hechos, «B» a los pensamientos y «C» a las emociones- lo
que condiciona cómo nos sentimos (C) no son las cosas que nos pasan (A), sino
nuestra forma de percibirlas (B). Por tanto, tenemos una alta capacidad para
determinar cómo nos sentimos, sólo atendiendo a la manera en que entendemos
lo que ocurre.
Ser realista
Actuar como una persona positiva no implica pasarse de optimista. A veces,
hay situaciones difíciles o situaciones límite que no pueden contemplarse de
una manera naif, pues son dolorosas, y aceptar la dificultad de esos momentos
puede servir para saber actuar en consecuencia. Se trata simplemente de
relativizar y tratar de pensar en las soluciones, y no en los problemas.
Usar el humor
Puede ser una herramienta muy eficaz para quitarle importancia a las cosas y
relajarse en momentos de tensión. Siempre que sea espontáneo y natural -por
tanto no forzado o con la intención de hacer reír a toda costa- el humor puede ser
un recurso muy valioso.
Ponerse retos
Aceptar que para todo hay límites no quiere decir que tengamos que estar de
acuerdo con la existencia de éstos. Los desafíos nos ayudan a desplazar lo que
creíamos que eran nuestras barreras un poco más lejos, y a explorar en el camino
posibles facultades hasta entonces desconocidas de nuestra personalidad. Las
personas resilientes ven los problemas como oportunidades para retarse y
redescubrirse.
Tener autonomía
La frustración en muchos casos deriva de la falta de control sobre una situación
concreta. Sentir la impotencia respecto a un asunto que nos importa puede
2. generar estrés y malestar. Estas personas suelen tener confianza en uno mismo,
por creer en nuestra capacidad de resiliencia para incidir en lo que sucede.
Conocerse a uno mismo
Reconocer cuáles son las principales fortalezas y habilidades de uno mismo, así
como las debilidades, es clave para identificar qué podemos mejorar, cómo
podemos reconstruirnos de forma que estemos más a gusto. La persona resiliente
puede tener momentos decadentes, pero se levanta a sí misma y fortalece su
autoestima en el esfuerzo. Es muy importante para ello aprender a desaprender, y
no dar todo por sabido. Cada día se puede encontrar diversas formas de afrontar
una misma cuestión.
Cultivar la empatía
Saber ponerse en el lugar del otro, hacernos una idea de cómo se puede sentir,
también es un signo de resiliencia. Ser empáticos nos ayuda a separar
pensamiento de acción, y nos acerca humanamente a la persona con la que
podemos estar teniendo un problema. Incluso, quien sabe, quizás esa falta de
entendimiento pueda derivar en una gran amistad futura.
Valorar las amistades
El apoyo social es fundamental y las personas resilientes lo saben. Para ello,
eligen rodearse de personas positivas, que saquen lo mejor de ellas y con las que
se disfrutan y aprenden, lo que tampoco supone excluir automáticamente a
aquellas otras personas que están pasando por una mala racha o tienen algunos
momentos negativos.
Tolerar la incertidumbre
No solo no podemos controlar todo lo que ocurre, sino que hay situaciones sobre
las que -seguro- jamás podremos incidir, como son las que ni siquiera
conocemos. Si no sabemos qué pasará, lo mejor que podemos hacer es aprender
a lidiar con la incertidumbre y aprender a desarrollar nuestras capacidades
cognitivas.
Conciencia de presente
Muchas de nuestras preocupaciones no pertenecen al ahora, sino a situaciones
futuras -que, en ocasiones, no podemos ni siquiera predecir- o a acontecimientos
del pasado, fruto en muchos casos de la culpa. Las personas resilientes suelen
ser personas con pensamiento lateral, disfrutan de los pequeños detalles del
presente y viven plenamente el aquí y el ahora, una de las formas más sencillas
de ser positivo en el día a día y de saber relativizar los problemas.