Jesús vivió en Nazaret de Galilea en el siglo I d.C. durante el imperio romano. Era hijo de José y María, y trabajaba como carpintero. Predicó la palabra de Dios y realizó milagros, atraendo a grandes multitudes pero también generando oposición entre los sacerdotes. Fue condenado a muerte y crucificado, pero resucitó tres días después según los relatos.