San Benito de Nursia nació en Italia en el siglo VI y fundó la orden benedictina después de abandonar Roma para vivir como ermitaño. Estableció varios monasterios, incluido el importante Monte Cassino, donde desarrolló su Regla monástica que enfatizaba el trabajo manual, la oración y la lectura. La Regla de San Benito influyó enormemente en el desarrollo del cristianismo y la cultura europea, por lo que fue nombrado patrono de Europa.