2. El Reciclaje transforma materiales usados, que de otro modo serían simplemente
desechos, en recursos muy valiosos. La recopilación de botellas usadas, latas,
periódicos, etc. son reutilizables y de allí a que, llevarlos a una instalación o puesto de
recogida, sea el primer paso para una serie de pasos generadores de una gran
cantidad de recursos financieros, ambientales y cómo no de beneficios sociales.
Algunos de estos beneficios se acumulan tanto a nivel local como a nivel mundial.
Beneficios del Reciclaje
El Reciclaje protege y amplía empleos de fabricación y el aumento de la
competitividad en EE.UU.
Reduce la necesidad de vertederos y del proceso de incineración.
Evita la contaminación causada por la fabricación de productos de materiales
vírgenes.
Ahorra energía.
Reduce las emisiones de Gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio
climático y global.
Ahorra en Recursos naturales como son el uso de la madera, el agua y los minerales.
Ayuda a mantener y proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.
3.
4. Diferentes arqueólogos han encontrado evidencia del origen del reciclaje; numerosos
estudios han revelado que incluso el reciclaje pudo haber nacido alrededor de 400
A.C., y que desde entonces se ha dado de muchas maneras. Sin embargo, algunos de
los cambios más significativos han ocurrido apenas en los últimos cientos de años,
debido a importantes acontecimientos históricos.
El Reciclaje en la Revolución industrial:
La cultura del reciclaje era muy rutinaria antes de la Revolución Industrial. La
producción en masa estaba muy lejos de la norma. Por este motivo, reutilizar sus
materiales era mucho más barato que comprarlos nuevos.
Como consumidor, resultaba más barato y más conveniente comprar nuevos
productos que reutilizar los viejos, dando como consecuencia que el reciclaje se
detuviera por algún tiempo.
El Reciclaje antes y durante la Segunda Guerra Mundial:
Las dificultades financieras y la escasez de materiales preocupaban en demasía.
Mientras las tropas luchaban en alta mar, muchos hogares tuvieron que arreglárselas
para hacer poco con menos, es decir, se incrementó la cultura del reciclaje. En este
momento de la historia, el reciclaje adquiere un sentido patriótico.
El Reciclaje después de la Segunda Guerra Mundial
5. Después de la Segunda Guerra Mundial el crecimiento económico se
elevó drásticamente. Se incrementó la producción de mercancías
nuevamente y pocos artículos eran reciclados. La frase de “ojos que no
ven, corazón que no siente” se popularizó mucho, ocasionando que las
personas compraran en exceso y tiraran todo lo viejo. La prosperidad
de la nación norteamericana (EUA) y otros países, significó menos
atención a la conservación y la preservación.
El Reciclaje en los 60’s y 70’s:
No es hasta los 60’s y 70’s que el reciclaje recuperó su ímpetu con los
movimientos ambientales. Las décadas de crecimiento de las industrias
y de eliminación incorrecta de desperdicios causaron bastante
preocupación respecto al estado del Medio Ambiente.
En 1970, los aspectos ambientales ganaron mucho terreno; se promovió
el primer Día de la Tierra, así como el desarrollo del símbolo universal del
reciclaje.
6. (1) PET o PETE (Polietileno tereftalato). Es el plástico típico
de envases de alimentos y bebidas, gracias a que es
ligero, no es caro y es reciclable. Una vez reciclado, el PET
se puede utilizar en muebles, alfombras, fibras textiles,
piezas de automóvil y, ocasionalmente, en nuevos
envases de alimentos.
(2) HDPE (Polietileno de alta densidad). Gracias a su
versatilidad y resistencia química se utiliza, sobre todo, en
envases, en productos de limpieza de hogar o químicos
industriales, como botellas de champú, detergente, cloro,
etc. También se emplea en envases de leche, zumos,
yogur, agua y bolsas de basura y de supermercado. Se
recicla de muy diversas formas, como en tubos, botellas
de detergentes y limpiadores, muebles de jardín, botes de
aceite, etc.
7. (3) V o PVC (Vinílicos o Cloruro de Polivinilo). También es muy resistente,
por lo que es muy utilizado en limpiadores de ventanas, botellas de
detergente, champú, aceites y mangueras, equipamientos médicos,
ventanas, tubos de drenaje, materiales para construcción, forro para
cables, etc. Aunque no se recicla a menudo, en tal caso se utiliza en
paneles, tarimas, canalones de carretera, tapetes, etc. El PVC puede
soltar diversas toxinas (no hay que quemarlo ni dejar que toque
alimentos), por lo que es preferible utilizar otro tipo de sustancias
naturales.
(4) LDPE (Polietileno de baja densidad). Este plástico fuerte, flexible y
transparente se puede encontrar en algunas botellas y bolsas muy
diversas (de la compra o para comida congelada, pan, etc.), algunos
muebles y alfombras, entre otros. Tras su reciclado, se puede utilizar de
nuevo en contenedores y papeleras, sobres, paneles, tuberías o
baldosas.
(5) PP (Polipropileno). Su alto punto de fusión permite envases capaces
de contener líquidos y alimentos calientes. Se utiliza en la fabricación
de envases médicos, yogures, popótes, botes de catsup, tapas,
algunos contenedores de cocina, etc. Al reciclarse se pueden obtener
señales luminosas, cables de batería, escobas, cepillos, raspadores de
hielo, bastidores de bicicleta, rastrillos, cubos, paletas, bandejas, etc.
8. (6) PS (Poliestireno). Utilizado en platos y vasos de
usar y tirar, hueveras, bandejas de carne, envases de
aspirina, cajas de CD, etc. Su bajo punto de fusión
hace posible que pueda derretirse en contacto con
el calor. Algunas organizaciones ecologistas
subrayan que es un material difícil de reciclar
(aunque en tal caso se pueden obtener diversos
productos) y que puede emitir toxinas.
(7) Otros. En este cajón de sastre se incluyen una
gran diversidad de plásticos muy difíciles de reciclar.
Con estos materiales se elaboran algunas clases de
botellas de agua, materiales a prueba, entre otros
9. Hace más de 40 años se creó uno de los íconos más famosos y
recordados del mundo: el símbolo del reciclaje. La historia de este hoy
tan famoso triangulito verde comenzó en la ciudad de Chicago, en
1970, cuando la Container Corporation of America cca empresa
dedicada a manufacturar empaques de cartón, lanzó la convocatoria
para el diseño de un símbolo gráfico que representara genéricamente
el proceso de «reciclado» de materiales.
El ganador del concurso resultó ser Gary Dean Anderson, un joven de
23 años recién graduado como arquitecto que en ese año estaba por
terminar su Máster en diseño urbano. El premio fue un crédito-beca por
2,500 dólares para ser aplicado en la universidad o centro de estudios
que él eligiera en cualquier lugar del mundo.
Gary Anderson creció en un suburbio de North Las Vegas, Nevada, en
una familia poco común para la época años 50, debido a sus frugales
hábitos de vida y a la, en ese entonces, poco habitual costumbre de
reciclar y reutilizar materiales. Desde su infancia, Anderson se sintió
atraído por la cuasi mágica Cinta de Möbius llamada así por August
Ferdinand Möbius, matemático alemán del siglo xix que muestra en
una simple banda el movimiento continuo; le llamaron especialmente
la atención las ilustraciones que el holandés M.C. Escher hizo a partir de
aquella idea.
10. Anderson encontró en ésta atinadamente muchas de las cualidades
que debería tener el camino hacia la síntesis gráfica del reciclaje: «un
objeto finito pero cuya superficie, de algún modo, es infinita»; «un
símbolo medio redondo pero, a la vez, angulado»; «un elemento que
parece plano y que encierra un espacio pero que, a la vez, es medio
hexagonal, medio triangular y medio circular, de algún modo estático
pero, también, dinámico».
La cca decidió dejar el símbolo como de dominio público para que,
mediante su uso continuo, se ayudara a divulgar y a instaurar lo más
rápido posible la idea y la costumbre del reciclaje.
Desde entonces, el símbolo ha sufrido una interesante dinámica y
diversos ajustes gráficos. Su adopción y estandarización como símbolo
universal ha derivado en versiones que hoy nos pueden indicar no sólo
que un empaque o un determinado material es reciclable o que se
manufacturó con materiales reciclables, sino con qué material se
elaboró e, incluso, orientarnos en qué tipo de depósito se debe
desechar.